7 hábitos de las personas emocionalmente inteligentes

Es muy importante que nos conozcamos a nosotros mismos y que nos aceptemos, pero también es fundamental que sepamos empatizar y ponernos en el lugar del otro
7 hábitos de las personas emocionalmente inteligentes
Bernardo Peña

Revisado y aprobado por el psicólogo Bernardo Peña.

Escrito por Raquel Aldana

Última actualización: 06 julio, 2023

Desde hace varios años venimos escuchando de manera reiterada la importancia de desarrollar y de exprimir al máximo nuestra inteligencia emocional. Sin embargo, estamos tan saturados con el concepto que al final solo sabemos que hay un montón de habilidades que tenemos que alcanzar, pero no sabemos si vamos por buen camino o si ya solo debemos esforzarnos por mantenerlas.

Las personas emocionalmente inteligentes tienen una gran capacidad para manejar sus sentimientos y los de los demás de manera adecuada. Lo cierto es que el hecho de ser seres emocionales y, además, ser inteligentes puede parecer bastante complicado. No obstante, esto depende en gran medida de cómo nos planteemos nuestros objetivos.

Todos, sin excepción, podemos encender una mecha en nuestro interior que nos ayude a controlar nuestras emociones, poner límites y derribar barreras emocionales indeseables.

Es por esta razón por la que, para hacerlo más sencillo, en este artículo os hemos querido acercar los hábitos que suelen tener las personas emocionalmente inteligentes.

“Cualquiera puede enfadarse. Eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo”.

-Aristóteles-

1. Las personas emocionalmente inteligentes se conocen a sí mismas

Las personas emocionalmente inteligentes son capaces de comprender las causas que les llevan a sentirse de una manera u otra. Ellas identifican adecuadamente la situación y la fuente de sus sentimientos, manejando mejor los conflictos y los momentos difíciles.

Esto no es tarea fácil, ya que nuestra vida emocional puede llegar a ser muy complicada. De hecho, localizar qué nos provoca emociones fuertes como la ira, el miedo o la alegría es particularmente difícil.

2. Las personas emocionalmente inteligentes toman decisiones

Las personas emocionalmente inteligentes también tienen miedo, pero no se precipitan a la hora de tomar decisiones. En cambio, sopesan sus opciones y las consecuencias de cada posible decisión.

Tener nuestra inteligencia emocional desarrollada nos ayudará a reconocer y asumir nuestra responsabilidad, trazando así planes para conseguir lo que queremos en la vida.

3. Las personas emocionalmente inteligentes gestionan sus emociones

Para Daniel Goleman y otros estudiosos del tema, la autoconciencia es uno de los pilares de la inteligencia emocional. Esta capacidad consiste en saber reconocer nuestros estados de ánimo, emociones y sentimientos.

Además, la autoconciencia también implica ser consciente de cómo nuestros estados de ánimo influyen en otras personas. Gestionar nuestros recursos emocionales es una parte fundamental de la inteligencia emocional.

El hecho de regular nuestras emociones está en sintonía con el establecimiento de relaciones saludables, tanto con los demás como con nuestro espacio interior. Ser conscientes de lo que sentimos nos permite que seamos nosotros quienes gobernamos nuestras emociones, y no al revés.

4. Las personas emocionalmente inteligentes empatizan

“Las emociones son contagiosas. Todos lo conocemos por experiencia. Después de un buen café con un amigo, te sientes bien. Cuando te toca un recepcionista mal educado en una tienda, te vas sintiéndote mal”.

 -Daniel Goleman-

La empatía o la capacidad de ponerse en el lugar del otro es un pilar más de la inteligencia emocional. Saber lo que sienten los demás facilita la relación y el manejo de las distintas situaciones interpersonales que puedan darse.

Podemos neutralizar nuestros sentidos, pero no somos capaces de escaparnos de las emociones propias y ajenas. En cambio, las personas hábiles en el manejo de las emociones controlan muy bien esta dimensión.

5. Las personas emocionalmente inteligentes abren su corazón

La apertura y la confianza en nuestras relaciones es un indicador esencial de que somos personas con alto grado de inteligencia emocional. Es decir, abrirnos y dejar las reservas a un lado es beneficioso para cimentar relaciones saludables. 

Además, ser emocionalmente hábiles no solo nos permite sentir y gestionar nuestras emociones de manera adecuada, sino expresarlas y transmitirlas correctamente.

6. Las personas emocionalmente inteligentes están altamente motivadas para llevar a cabo sus proyectos

Aunque estén nerviosos a la hora de hacer un cambio en sus vidas, ellos saben que la gestión del miedo es la clave del éxito. Al dar un salto y realizar el cambio, saben que pueden hacer su vida mejor y eso les hace estar un paso más cerca de la consecución de sus objetivos.

Además, ya que manejan de forma adecuada sus emociones, pueden tolerar altos niveles de frustración y demorar la gratificación con el fin de lograr sus metas a largo plazo.

7. Las personas emocionalmente inteligentes se responsabilizan de su vida

La autoaceptación y la autoconfianza nos ayudan a tomar conciencia y a comprometernos con nosotros mismos. Es decir, somos responsables de nuestras alegrías y de nuestras desgracias; por lo tanto, la carga de solucionar nuestros asuntos nos corresponde a nosotros en exclusiva.

¿Cómo podemos mejorar nuestra inteligencia emocional?

“Hay correlación cero entre coeficiente intelectual y empatía emocional. Están controlados por diferentes partes del cerebro”.

 -Daniel Goleman-

No hay relación directa entre lo que entendemos por inteligencia académica y la inteligencia emocional. Una persona puede ser sumamente inteligente y haber destacado en la escuela pero, sin embargo, no destacar en su vida.

Es muy importante entender que la inteligencia emocional no es lo opuesto a la inteligencia. No es el triunfo del corazón sobre la cabeza, sino la intersección de ambas en un mismo punto.

Así, en la vida cotidiana, podemos llevar a cabo distintas actuaciones para alcanzar un mayor conocimiento de nuestras emociones:

  • Conócete a ti mismo. Hazte preguntas, cuestiona tus comportamientos y reflexiona sobre tus valores. Realizar diariamente ejercicios de introspección marcará un antes y un después en tu autoconocimiento emocional.
  • Regula tus emociones. Digamos que esto tampoco es sencillo; sin embargo, merece la pena trabajar en controlar nuestras emociones, tanto positivas como negativas. Si sientes que estás enfadándote, tómate tu tiempo cuanto antes y aléjate de la situación durante unos instantes. No te olvides de que solo tú tienes el control sobre tu vida y sobre tus comportamientos y emociones.
  • Empatiza con los demás. Ponte en el lugar de la gente que te rodea, incluso de la que no te resulta agradable. De esta manera, entenderás que cada uno tiene su historia, lo que quizás te ayude a sobrellevar mejor situaciones complicadas.
  • Busca tu motivación diariamente. Levántate cada mañana con la ilusión de avanzar en tu vida. Los grandes logros están hechos de pequeños éxitos, no lo olvides.

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