Cómo afrontar la tristeza antes de que se convierta en depresión

Aprender a gestionar la tristeza puede ayudarnos a evitar mayores problemas. Te contamos algunas claves.
Cómo afrontar la tristeza antes de que se convierta en depresión
Bernardo Peña

Revisado y aprobado por el psicólogo Bernardo Peña.

Escrito por Valeria Sabater

Última actualización: 06 julio, 2023

La pena o la melancolía son sentimientos que, en mayor o menor medida, todos hemos experimentado. Pero, a pesar de tratarse de una vivencia cotidiana, aprender a afrontar la tristeza supone, sin duda, un valioso recurso para conocerse y regularse a uno mismo.

Es decir, gestionar las propias emociones de modo efectivo resulta fundamental para entender lo que nos pasa en cada momento. A su vez, estas estrategias nos permiten ir asimilando las diferentes adversidades sin caer en la desesperación.

Por ello, a continuación planteamos algunas reflexiones y claves útiles acerca de cómo afrontar la tristeza y adoptar una actitud positiva ante las dificultades. Si te interesa, ¡sigue leyendo!

La tristeza es una respuesta natural ante ciertos acontecimientos

Tristeza.

En primer lugar hay que saber que la tristeza es una reacción emocional natural. Todos la hemos sentido con más o menos intensidad o frecuencia, lo que pone de relieve la función adaptativa que la misma desempeña.

Sin embargo, alimentarla con más pensamientos negativos tampoco es la opción más saludable. En realidad se trata de asumirla, expresarla como tal y, después, dejarla ir.

  • Estar triste no significa que tengamos un trastorno depresivo. La pena es un evento puntual. En cambio, la depresión implica, entre otras manifestaciones, un bajo estado de ánimo continuado, así como la falta de energía o la pérdida del interés y el placer por todas o casi todas las actividades.
  • La tristeza puede deberse a múltiples desencadenantes y, a su vez, guarda relación con la propia personalidad. Así, habrá a quien le afecten determinados sucesos, mientras que a otros les preocuparán más distintos aspectos.
  • No obstante, cuando el desánimo se prolonga más de dos semanas, causa malestar al individuo e interfiere en las tareas diarias que este desarrolla (como ir a trabajar, salir con los amigos o asearse), la consulta médica y psicológica resulta imprescindible.

Cómo afrontar la tristeza

afrontar la tristeza

Como acabamos de comentar, sentirse triste puede ser algo ‘normal’ durante un período de tiempo concreto. Ahora bien, este estado también llega a representar la presencia de diversos problemas de salud.

Por ejemplo, como señala un reciente estudio publicado en la revista BMC Psychiatry, la anemia se asocia de forma significativa a la sintomatología depresiva en las mujeres antes y después del parto.

Datos como estos resaltan la relevancia de considerar otras patologías al abordar las alteraciones del estado de ánimo que cursan con un carácter persistente.

Sin embargo, una vez que se haya descartado la existencia de enfermedad o de otros trastornos, es posible tener en cuenta algunas pautas. De este modo, aprender a afrontar la tristeza comprende claves como las siguientes:

1. Expresar los sentimientos es el primer paso para afrontar la tristeza

Aunque a simple vista parezca fácil, a veces nos cuesta encontrar un manera adecuada para exteriorizar el dolor que sentimos.

Hay quien llora y alivia ese malestar. Otros, por el contrario, necesitan unos días de soledad e introspección para pensar en lo que les ocurre y, entonces, desahogarse.

Derramar lágrimas, escribir, pasear, leer o buscar apoyo en ese amigo incondicional que tan a menudo nos escucha son alternativas viables. En cualquier caso, la idea es darle espacio a esa emoción que estamos viviendo para poder ir asimilándola poco a poco.

Descubre: Descubre la importancia de expresar tus emociones a tiempo

2. Entender que la tristeza es una emoción temporal

Entender la tristeza.

Si con anterioridad hemos intentado liberarnos, nos será más fácil comprender el origen de esa sensación y racionalizar las circunstancias.

  • A pesar de que se perciba como algo obvio, recordar que el sufrimiento no es eterno nos ayudará a ver que esa emoción negativa es también pasajera.
  • Lo único que permanece es el cambio. Puede que ahora hayamos vivido una decepción, pero a la vuelta de la esquina nos esperan más oportunidades que tal vez queramos probar y disfrutar.
  • Nadie merece estar sintiendo tristeza para siempre. Los días se van a suceder los unos a los otros y llegarán nuevos amaneceres. En la medida en que vayamos ‘soltando’ el lastre del desánimo, dejaremos hueco para vivencias más positivas.

3. Descansar para afrontar la tristeza

En medio de toda esta experiencia de dolor, el descanso se presenta como una estrategia básica para enfrentarse a la adversidad con un mejor talante. Nos encontramos en una situación que requiere de un importante esfuerzo mental, por lo que recuperarse del mismo es crucial para progresar.

En este sentido, contar, por ejemplo, con un sueño reparador permite que el cerebro ‘desconecte’ de esas presiones diarias. Es decir, es probable que si dormimos cada noche el tiempo suficiente, podamos adoptar otras perspectivas al levantarnos.

Nada como un buen descanso para reponerse de la fatiga e intentar analizar las dificultades con una visión más optimista.

La experiencia de afrontar la tristeza

Una tristeza no tratada ni gestionada se vincula a mayores complicaciones a largo plazo.

Por ello, identificar el propio estado emocional, expresarlo e intentar asumirlo son movimientos claves para empezar a afrontar la tristeza.

Por supuesto, si en este proceso observamos que el malestar persiste y afecta a las actividades cotidianas, es indispensable buscar ayuda profesional.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


  • Durà-Vilà, G., Littlewood, R., & Leavey, G. (2013). Depression and the medicalization of sadness: conceptualization and recommended help-seeking. The International Journal of Social Psychiatry59(2), 165–175. https://doi.org/10.1177/0020764011430037
  • Hosseini, S. R., Zabihi, A., Ebrahimi, S. H., Jafarian Amiri, S. R., Kheirkhah, F., & Bijani, A. (2018). The Prevalence of Anemia and its Association with Depressive Symptoms among Older Adults in North of Iran. Journal of Research in Health Sciences18(4), e00431. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6941631/
  • Xu, F., Roberts, L., Binns, C., Sullivan, E., & Homer, C. (2018). Anaemia and depression before and after birth: a cohort study based on linked population data. BMC Psychiatry18(1), 224. https://doi.org/10.1186/s12888-018-1796-6

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.