Anhedonia, cuando la vida pierde su sentido

No permitas que el sufrimiento te atrape. Aunque no lo creas, el dolor no dura para siempre. Día a día irá disminuyendo y aprenderás a vivir y a disfrutar de nuevo de la vida.
Anhedonia, cuando la vida pierde su sentido
Bernardo Peña

Revisado y aprobado por el psicólogo Bernardo Peña.

Escrito por Valeria Sabater

Última actualización: 25 mayo, 2023

Si bien es cierto que la anhedonia está relacionada con los trastornos depresivos, todos nosotros, en alguna ocasión, podemos experimentarla en mayor o menor intensidad. Se trata de una sensación que nos quita las energías, las ganas y todo tipo de interés.

En psiquiatría, la anhedonia se define como la “incapacidad de experimentar placer”, tal y como la describió Théodule Armand Ribot, de acuerdo con lo que se detalla en un estudio publicado por la Revista Latinoamericana de Psicopatología Fundamental.

En el siguiente espacio, te invitamos a profundizar sobre esta sensación tan desoladora, para que la conozcas y aprendas a combatirla. Recuerda, sin embargo, que la atención de un psicólogo o psiquiatra es indispensable para afrontar este problema.

¿Qué es la anhedonia?

La anhedonia no es una enfermedad o un trastorno en el sentido íntegro. Se trata más bien de un síntoma, un rasgo que acompaña a otros trastornos, como puede ser una depresión, la distimia o incluso la esquizofrenia, según la investigación citada previamente.

Lejos de alarmarnos ante estos procesos, vale la pena informarse más al respecto y descubrir que muchas personas sufren esta sensación a ‘pequeña escala’ en su vida cotidiana. Para poder aclarar las ideas, veamos más a continuación acerca de la anhedonia, por partes.

  • Podríamos definir la anhedonia como la pérdida del placer en las cosas más comunes, una caída del interés por todo lo que nos envuelve, acompañada de apatía.
  • Es común sentirse así en determinados momentos y periodos de tiempo breves. Entonces, optamos por quedarnos en casa, apartados de todos y todo. No nos apetece hablar, la comida pierde su sabor y ningún estímulo causa interés.
  • La persona con anhedonia pierde la capacidad de disfrutar de las cosas. Nada lo satisface, las caricias dejan de tener sentido e incluso pierde el interés por el sexo o cualquier tipo de emoción.
  • Se produce una gradual ‘desconexión’ del mundo, algo que puede ser muy peligroso si no se trata a tiempo. Podemos empezar con esta sensación y luego llegar desarrollar una depresión encubierta.

Es importante conocer el origen de la anhedonia. Si bien es cierto que casi siempre se relaciona con trastornos depresivos, en personas mayores puede ser la antesala de la enfermedad del Parkinson o el alzhéimer. De hecho, una investigación publicada en el Journal of Neurological Sciences confirmó que se encontraba en casi la mitad de los pacientes con párkinson.

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Distintos tipos de anhedonia

Como con otros trastornos psicológicos, no existe una definición que pueda describir a todos los casos por igual. C ada persona es única, con sus antecedentes y características propias.

Asimismo, una investigación publicada por el National Institute of Mental Health detalla que las diversas formas de depresión pueden no compartir el mismo cuadro clínico. Por ello, no todos los individuos desarrollan los mismos tipos de anhedonia.

A continuación, enumeraremos algunas de las situaciones más frecuentes:

  • Hay quienes experimentan una ‘desconexión’ total de todo su entorno; la anhedonia afecta a todos los ámbitos de su vida.
  • Otros solo presentan anhedonia social, un concepto recogido por investigaciones como una publicada en Schizophrenia Bulletin en 1998. Básicamente, estos individuos evitan el contacto social de todo tipo: con familiares, amigos, pareja, etc.
  • También se han descrito casos más curiosos, por ejemplo, la anhedonia musical. Como explica una investigación de 2014 publicada en Current Biology, la persona afectada es incapaz de sentir ninguna sensación ante el estímulo musical. No encuentra placer en ella y ni siquiera la percibe.

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Cuando el cerebro elige dejar de sentir para no sufrir

El cerebro dispone de mecanismos intrincados que nunca dejan de asombrarnos. No obstante, en ocasiones estos nos juegan en contra y nos sumen en estados poco convenientes para la integridad emocional y psíquica.

Cerebro en las manos

En determinadas circunstancias, el cerebro nos aparta de la realidad para evitar un sufrimiento mayor. ¿Es esta estrategia adecuada o saludable? En absoluto; se trata de un mecanismo de defensa poco adaptativo que debemos saber afrontar.

Nuevamente, es necesario aclarar que ninguna depresión es igual; cada persona vive los hechos de forma única. Lo que a uno le hace daño, a otro lo bloquea y, en cambio, otras personas lo afrontan con entereza… ¿cómo lo hacen?

Reflexiona sobre estos aspectos:

  • Sé consciente de que la vida, en ocasiones, trae adversidades. Tienes derecho a sufrirlas, a llorar las pérdidas, a sentir la frustración o la rabia. Vive y experimenta el desahogo emocional, que es el primer paso para levantarte de nuevo.
  • Todo proceso de pérdida, de tristeza o de decepción es un acto que se vive de forma solitaria. El dolor lo sufrirás tú, no tus amigos o familiares. Ahora bien, esto no significa que debas vivirlo aislado de ellos; permite que estén contigo y permítete ser ayudado.
  • El dolor o la decepción que sientes ahora no durarán para siempre. No te permitas ser cautivo del sufrimiento y de la anhedonia. Día a día, aunque no lo creas, el dolor será mucho menor. Nunca olvidarás, pero aprenderás a vivir de nuevo y descubrirás que la felicidad no está vetada para ti.
Mujer llorando con depresión.

Si padeces anhedonia, no la ignores

Como mencionamos con anterioridad, la anhedonia no es un trastorno, sino un síntoma de otra condición. En cualquier caso, si crees que puedes estar padeciéndola, lo más prudente es buscar la guía de un psicólogo o psiquiatra para encontrar la salida. Recuerda que este problema puede derivar en condiciones patológicas mucho más graves.

Finalmente, recuerda que la vida es una aventura que merece la pena vivir y transitar en todos sus senderos. La vida es aprender, caer y levantarse. Sé valiente cada día de tu vida.


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