Árnica para tratar los dolores: todo lo que debes saber

Analgésica, antiinflamatoria y calmante, el árnica se usa como aliada contra varias formas de dolor. Sin embargo, hay que considerar sus riesgos.
Árnica para tratar los dolores: todo lo que debes saber
Franciele Rohor de Souza

Revisado y aprobado por la farmacéutica Franciele Rohor de Souza.

Última actualización: 27 octubre, 2023

En la medicina tradicional, el árnica se ha usado como complemento para tratar varios tipos de dolores. Debido a sus componentes antiinflamatorios y analgésicos, es un conocido remedio para calmar el dolor causado por los golpes, los esguinces, los problemas articulares y las picaduras de insectos.

De nombre científico Arnica montana, esta planta perenne llama la atención por sus vistosas flores de color amarillo anaranjado, similares a las margaritas. Aunque es originaria de Europa y Siberia, en la actualidad también se cultiva en América.

¿Qué dice la ciencia sobre sus propiedades? ¿Su aplicación es segura? En el siguiente espacio te contamos por qué ayuda contra los dolores, cómo utilizarla y cuáles son sus riesgos potenciales. ¡Sigue la lectura!

¿Cómo ayuda el árnica al tratamiento de los dolores?

Hasta la fecha no hay certeza de cuál es el mecanismo de acción del árnica para el tratamiento de los dolores. La mayoría de los estudios se han realizado en el laboratorio y en animales, lo que mantiene la necesidad de hacer investigaciones en humanos en un entorno clínico.

A pesar de esto, es uno de los remedios herbales más populares para calmar distintos tipos de dolor. Tal y como lo expone una publicación de Mount Sinai International, se usa de forma tópica para afecciones como las siguientes:

  • Hematomas.
  • Esguinces.
  • Dolores musculares.
  • Cicatrización de heridas.
  • Flebitis superficial.
  • Dolor en las articulaciones.
  • Inflamación por picaduras de insectos.
  • Hinchazón por huesos rotos.
  • Quemaduras.

En particular, se le atribuyen propiedades calmantes y antiinflamatorias que, según una hipótesis, actúan de forma similar a algunos analgésicos. En una publicación de la Clínica Cleveland, la quiropráctica Candice Price sugiere que «el árnica es muy similar en su funcionamiento al diclofenaco y al ibuprofeno».

Esto basándose en un ensayo de 2007 compartido a través de Rheumatology International, que determinó que un preparado de árnica no es inferior al ibuprofeno en el tratamiento de la osteoartritis de las manos.

De cualquier modo, Price aclara que la evidencia disponible es contradictoria e insuficiente. Recomienda un uso prudente de la planta, sobre todo porque contiene una sustancia llamada helenalina que es tóxica en grandes cantidades.


Investigaciones sobre los efectos del árnica contra el dolor

Además del ensayo mencionado, hay otras investigaciones que respaldan el potencial analgésico del árnica. Una revisión divulgada a través de Medicines determinó que el extracto de esta planta, así como los geles y cremas, pueden servir como terapia complementaria para el tratamiento del dolor agudo y crónico.

Para ser más precisos, sus efectos fueron prometedores en el alivio del dolor posoperatorio, la artritis, el dolor lumbar y otros tipos de dolor musculoesquelético. Aun así, los resultados de los estudios han sido mixtos.

En un estudio compartido por Annals of Pharmacotherapy, el uso de árnica se relacionó con un aumento del dolor. La investigación concluyó lo siguiente:

«En lugar de disminuir el dolor en las piernas, se descubrió que el árnica aumentaba el dolor en las piernas 24 horas después de los ejercicios excéntricos de pantorrilla».

Por su parte, una investigación divulgada en Frontiers in Surgery determinó que el árnica tiene un efecto pequeño en comparación con el placebo al prevenir el hematoma y otras secuelas de las cirugías. Dicho efecto fue comparable al de las sustancias antiinflamatorias.

Cómo se utiliza el árnica para tratar los dolores

Ahora mismo, el árnica está disponible en forma de cremas, geles, espumas, ungüentos y roll-ons para uso tópico. Cuando se trata de calmar los dolores, estas presentaciones se consideran las más seguras y eficaces. Por lo general, se aplican en la zona afectada con un suave masaje, dos o tres veces al día.

En el mercado también hay tratamientos homeopáticos de árnica en presentaciones como tabletas, tintura y gránulos solubles. A menudo, se elaboran diluyendo cantidades muy pequeñas del extracto de árnica al punto de que es casi indetectable. Esto con el fin de reducir el riesgo de intoxicación y daño hepático.

El problema es que muchos de estos productos no provienen de fabricantes confiables ni están regulados. De ahí que se recomiende limitar su uso solo a lo tópico.

La Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. (FDA) determinó que el consumo de árnica puro no es seguro. Por ello, hay que abstenerse de utilizar las flores sueltas en forma de té o infusiones. Tampoco se recomienda el uso de tinturas caseras y similares.

Cuidado con los inyectables de árnica

Aunque en la actualidad no es tan común encontrarlos, es importante hacer mención especial a estos. En el mercado también fueron populares los inyectables de árnica, que prometían un alivio rápido de los dolores. No obstante, la FDA advirtió que estos son más riesgosos que las presentaciones tópicas u orales.

«Esto debido a que se administran directamente al cuerpo, a veces directamente al torrente sanguíneo y, por lo tanto, evitan algunas de las defensas clave del cuerpo contra las toxinas y los microorganismos que puede conducir a condiciones graves y potencialmente mortales».

Si te proponen este tratamiento como solución contra los dolores, recházalo por completo.

Riesgos y efectos secundarios

Para la mayoría de las personas, los tratamientos tópicos con árnica son seguros. Aun así, se recomienda hacer una prueba de parche antes de aplicarlos en su totalidad.

Esto consiste en frotar una pequeña cantidad del producto en una zona pequeña de la piel. Se deja actuar durante 2 horas para observar las reacciones. Si no hay molestia alguna, puede aplicarse sin problema.

De todos modos, conviene tener en cuenta que su uso prolongado está relacionado con un mayor riesgo de irritación cutánea, descamación, eccema, ampollas e infecciones. Por ningún motivo debe aplicarse en heridas abiertas. Si se observan estos síntomas, hay que suspender su uso al instante.

En cuanto a los tratamientos homeopáticos, cabe recordar que los riesgos son mayores. Si decides probarlos, ten en cuenta que puede causar mareos, temblores y alteraciones del ritmo cardíaco. Si la dosis es alta, también causa malestar estomacal y vómitos. En grandes dosis llega a ser letal.

Evita tomar árnica oral sin supervisión médica. No consumas preparados caseros o de dudosa procedencia.

La planta también está contraindicada en los siguientes casos:

  • Embarazo y lactancia.
  • Enfermedades renales y hepáticas.
  • Trastornos sanguíneos.
  • Antecedentes de alergia a las plantas de las familias Asteraceae y Compositae.
  • Personas en tratamientos con corticosteroides, antihipertensivos, anticoagulantes u otros suplementos herbales.
  • Personas próximas a someterse a una cirugía.


¿Qué hay que recordar sobre el árnica para el tratamiento de los dolores?

Durante muchos años, los productos con árnica se han promovido como una opción eficaz para calmar diferentes tipos de dolor. Por ahora las evidencias son limitadas y contradictorias. Aun así, su aplicación tópica suele ser segura para la mayoría de las personas, por lo que puede considerarse como un complemento.

En cualquier caso, hay que tener presente que la planta no es adecuada para todos. Puede que en algunos cause efectos y en otros no. La mejor forma de saberlo es probando por sí mismos estos productos, sean geles, cremas, ungüentos u otros. Asegúrate de adquirirlos en farmacias y herbolarias confiables.


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