Fácil y delicioso: buñuelos de calabaza
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Gracias a su sabor neutro, la calabaza puede formar parte tanto de recetas dulces como saladas. Nos ayuda a fortalecer el sistema inmunitario y es rica en fibra.
¿Has probado alguna vez los delicados y sabrosos buñuelos de calabaza? Se deshacen en la boca y son un complemento excelente para tu desayuno o para combinar con el café. ¡Te damos la receta!
Ingrediente principal: la calabaza
La calabaza es un vegetal con numerosos beneficios para la salud. ¿Quieres que te recordemos sus virtudes?
- Presenta muy pocas calorías; es, básicamente, agua y fibra. En nuestro postre le vamos a añadir azúcar, de ahí que su nivel calórico aumente, pero no en exceso.
- Es muy adecuada para prevenir el estreñimiento, gracias a su alto nivel de fibra. Así lo señala este artículo publicado en el Malaysian journal of nutrition.
- Tiene propiedades antioxidantes. Ese atractivo tono naranja se lo debe básicamente a los carotenos, cumarinas, licopeno… Estos elementos contribuyen a prevenir el envejecimiento y el ataque de los radicales libres, como señala este estudio de la revista Emirates Journal of Food and Agriculture.
- Es diurética; es decir, ayuda a evitar la retención de líquidos, a depurar toxinas y a filtrar todas esas sustancias que debemos expulsar del cuerpo.
- Favorece la producción de glóbulos rojos y blancos. Gracias a ello, nuestro sistema inmunitario se ve reforzado. Esto es gracias a los folatos, tal y como señala esta investigación llevada a cabo por la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua.
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Buñuelos de calabaza
¿Qué necesito?
- 300 gramos de calabaza.
- 125 gramos de harina.
- 25 gramos de azúcar.
- 2 huevos.
- 1/2 cucharadita de levadura química.
- La ralladura de la piel de una naranja.
- Una pizca de sal.
- Un poco de azúcar para rebozar.
¿Cómo hago mis buñuelos de calabaza?
Calabaza
- Primero, pela la calabaza y quita las semillas (puedes reservarlas para comerlas crudas).
- A continuación, trocéala y ponla a hervir. Cuando esté ya blandita y lista, retira y guárdala en un cuenco apartando toda el agua.
- Luego, tritúrala con la batidora para que quede una masa bien finita.
- No tires el agua con la que has cocido la calabaza, ya que después tendrás que usarla para hacer la masa.
Huevos
- Primero, separa las yemas de las claras.
- Acto seguido, móntalas a punto de nieve.
- Una vez listas, déjalas a un lado y reserva.
Amasado
- Coge un bol y tamiza la harina.
- Haz con ella una especie de volcán para que en el centro puedas colocar el azúcar, la pizquita de sal, la levadura, la ralladura de naranja y las dos yemas de huevo.
- Empieza a trabajar la masa para conseguir una mezcla bien homogénea.
- Mientras amasas, puedes añadir un poquito de esa agua con la has cocido la calabaza (basta con unas 10 cucharadas). La pasta debe quedar ligera pero consistente.
- A continuación, agrega el puré de calabaza. Una vez más, vuelve a mezclar bien para conseguir una masa uniforme, fina y sin tropezones. Si lo prefieres, utiliza la batidora.
- Ahora, con unas varillas o espátula, añade las claras a punto de nieve a la masa. Poco a poco, para que coja consistencia y quede bien mezclada.
Hora de freír
- Pon una buena cantidad de aceite de oliva en la sartén y sube el fuego. Debe estar caliente para que los buñuelos de calabaza puedan hacerse.
- Coge pequeñas cucharadas de la masa que has preparado. Si eres muy hábil, cógelos con la mano de modo que te queden con un agujero en el centro (tipo dónut); es decir, la forma típica del buñuelo.
- Debes freír bien para que queden doraditos y crujientes.
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Finalmente, cuando saques tus buñuelos de la sartén, ponlos sobre un papel absorbente para que no queden restos de aceite. Espolvorea un poco de azúcar por encima y… listos. ¡Disfrútalos!