La ciática y el lumbago: ¿cómo puedes tratarlos?

El ejercicio físico focalizado en la musculatura del torso y el abdomen puede aliviar los síntomas de la ciática y el lumbago.
La ciática y el lumbago: ¿cómo puedes tratarlos?
Diego Pereira

Revisado y aprobado por el médico Diego Pereira.

Escrito por Yamila Papa Pintor

Última actualización: 06 julio, 2023

La ciática y el lumbago son afecciones muy similares que provocan dolores y falta de movimiento en la espalda. Cada vez son más los pacientes que consultan por estos dos problemas. Se asocian al empleo inadecuado de la fuerza o bien al estar sentado mucho tiempo sin moverse. Conoce en este artículo qué son la ciática y el lumbago y cómo puedes aliviar sus síntomas.

La ciática: qué hay que saber

La irritación del nervio ciático, más conocido como “ciática” provoca dolores en la parte baja de la espalda. Dicho dolor se extiende por la parte de atrás de las piernas y puede llegar hasta la punta de los pies. El dolor puede durar días, semanas o hasta años y no permitir libertad de movimientos.

Se trata de una de las consultas más frecuentes en los adultos, sobre todo en los hombres de mediana edad. Destacan entre aquellos que tienen empleos muy sedentarios, como el de oficinista.

La ciática se produce al comprimirse el nervio ciático. Puede deberse a un mal movimiento, a levantar mucho peso o simplemente por dejar la espalda en una misma posición durante mucho tiempo.
Las raíces de este nervio comienzan en la médula espinal, salen a través de las vértebras y bajan por detrás de los glúteos, hasta el borde externo del pie.


Algunas de las causas más frecuentes de la ciática son las siguientes:

Los síntomas más comunes de esta dolencia son:

  • Falta de reflejos.
  • Cojera al caminar.
  • Debilidad muscular.
  • Alteraciones en la sensibilidad de la piel.
  • Dolor que varía de intensidad según el movimiento.
  • Imposibilidad de moverse con libertad. Por ejemplo, para levantarse de la cama, atarse los cordones o levantar algo del suelo.

Ver también: Aprende a mejorar tus posturas con estos sencillos pasos

El lumbago: qué hay que saber

La gran mayoría de las personas han sufrido de lumbalgia al menos una vez en la vida. También conocido como “lumbago”, es un dolor en la zona del torso, más precisamente desde el punto final de las costillas hasta donde finalizan los glúteos.

  • Se trata de la principal causa de invalidez y la sufren más las personas entre 20 y 45 años.
  • Se va intensificando a medida que se envejece.

La columna vertebral se compone por diferentes huesos (vértebras) que se separan por unos discos de cartílago que amortiguan los choques o movimientos. A su vez, las vértebras se recubren de una fina capa de cartílago y se mantienen en su lugar gracias a los músculos y ligamentos.

La parte lumbar es el sector inferior de la espalda y consta de cinco vértebras. Conectan el tórax con la pelvis y las piernas. Esta zona nos permite:

  • Girar.
  • Caminar.
  • Movernos.
  • Correr y estar de pie.
  • Agacharnos e inclinarnos.
  • Nos da la fuerza para levantarnos.

Cuando se sufre de lumbalgia se siente dolor al hacer cualquiera de estas actividades.

Tipos de lumbagos

El lumbago específico

Se conoce la causa de su aparición, algo que sucede en el 20 % de los casos. Algunas de las razones por las que se desencadena el problema son las siguientes:

  • La osteoporosis.
  • La hernia de disco.
  • La estenosis vertebral.
  • La osteoartritis (artritis degenerativa).

El lumbago inespecífico

El lumbago puede aparecer por diversas razones.

En el caso de la lumbalgia inespecífica, en el 80 % restante de los paciente, no se sabe el origen del dolor. Los factores que la desencadenan con más frecuencia son:

  • El estrés.
  • Levantar cargas muy pesadas.
  • Las posturas incorrectas repetidas.
  • Factores psicológicos, entre otros.

Otra clasificación para la lumbalgia se basa en el tiempo que se mantiene el dolor.

  • Aguda: de menos de 7 días de duración.
  • Subaguda: de 7 días hasta 7 semanas.
  • Crónica: más de 7 semanas.

¿Cómo se pueden tratar la ciática y el lumbago?

Fuera del enfoque tradicional, existen estudios psicológicos que indican que este tipo de dolores pueden ser una somatización por problemas emocionales como, por ejemplo:

  • El divorcio.
  • La pobreza.
  • El abandono.
  • La falta de trabajo.
  • Etc.

Desde aquí, siempre recomendamos acudir en primera instancia a un profesional sanitario para que proporcione un diagnóstico y tratamiento adecuado, y para consultarle cualquier duda antes de realizar algún cambio en los hábitos de vida.

No obstante, a continuación proporcionaremos algunas prácticas que se pueden llevar a cabo para intentar aliviar los síntomas de la ciática y el lumbago

Solicitar masajes para la ciática y el lumbago

Según se señala en este estudio publicado en La Biblioteca Cochrane Plusel masaje puede ser beneficioso para aquellas personas que padezcan dolor lumbar inespecífico o crónico, sobre todo cuando se combina con algo de ejercicio físico.

  • Coloca en un recipiente aceite de almendras o también aceite esencial de hipérico.
  • Mézclalo con esencia de romero y extracto de árnica, todo en la misma proporción.
  • Masajea desde la planta del pie y sube hasta la parte baja de la espalda, así el cuerpo se va calentando y relajando.

Sin embargo, para que la técnica sea aún más eficaz, se recomienda continuar con los masajes en todo el cuerpo, sobre todo en los omóplatos, hombros y la nuca.

Acudir a terapia

En el caso de que el dolor esté producido por un problema emocional o psicológico, es recomendable acudir a un terapeuta.

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Hacer ejercicio para la ciática y el lumbago

Ciertos tipos de movimientos o disciplinas, como es el caso del yoga, el Tai Chi, la natación o el aquagym pueden ayudar a mejorar el cuadro.

Asimismo, tal y como señala este artículo publicado en la Revista de Salud Pública, entre los ejercicios recomendado para este tipo de dolencias se encuentran los relacionados con la musculatura del tronco y el abdomen, los de resistencia muscular, Pilates, técnicas de Feldenkrais, etc., debido a que la musculatura de la espalda tiende a debilitarse debido al reposo.

Estar en movimiento

No se aconseja estar en exceso en reposo, ni tampoco quedarse quieto en una misma postura durante muchas horas seguidas. En el trabajo, si es posible, levántate cada una hora y da un pequeño paseo, por ejemplo.

Aplicar calor

Colocar una manta eléctrica en la zona dolorida durante media hora mientras ves la televisión, lees o charlas con alguien puede aliviar los síntomas de la ciática y el lumbago.

Acude al fisioterapeuta

Como puedes ver, existen varias formas de obtener el alvio de estas dolencias. No obstante, es esencial que siempre consultes con tu médico cualquier duda que puedas tener si persisten o se intensifican. Asimismo, sería recomendable que acudieses al fisioterapeuta para que el profesional te haga los masajes apropiados.

Recuerda que ni el reposo absoluto ni el exceso de ejercicio son la solución, sino aquello que te indiquen los profesionales.


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Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.