Claves para conseguir una relación afectiva saludable

Tener pareja no está reñido con preocuparse por la familia, mantener las amistades o disfrutar de las aficiones. Hay que saber buscar el equilibrio. De lo contrario, puede que la relación acabe haciéndose tóxica.
Claves para conseguir una relación afectiva saludable
Bernardo Peña

Revisado y aprobado por el psicólogo Bernardo Peña.

Escrito por Valeria Sabater

Última actualización: 06 julio, 2023

Son muchas las parejas que han aprendido a llevar su vida juntos de manera armónica y positiva. Aunque parezca utópico, es posible experimentar una relación afectiva sana y feliz, solo hace falta un poco de empatía.

Pero, ¿qué es lo que distingue a una pareja de otra? ¿cuales son los secretos de aquellas que consigue perdurar en el tiempo? Algunas investigaciones parecen tener la respuesta.

De acuerdo con Aitana Cindocha Romá, en su Trabajo de Fin de Grado presentado en la Universitat Jaume I (España), las parejas que son más extrovertidas y estables a nivel emocional suelen desarrollar relaciones mucho más fructíferas (tanto a nivel personal, como familiar) que las que no.

Pero, ¿basta solo con esto para que una relación perviva? ¿O hay otros puntos que haya que tener en cuenta?

Parejas con una relación afectiva feliz: ¿Cuál es su secreto?

Las diferencias entre querer y amar son múltiples
La mayoría de los expertos apuntan a que no se puede amar a una persona sin haberla querido en el pasado, y por lo tanto están íntimamente relacionadas.

Puede que tú mismo formes parte de una relación afectiva estable, satisfactoria y feliz. Si es así, conocerás cuáles son los pilares que la sustentan, es decir, los esfuerzos cotidianos. Estos son el mecanismo mediante el cual se encuentra la ilusión diaria que sostiene cualquier vínculo afectivo.

Además, para que una relación se mantenga y sea satisfactoria deben cumplirse dos principios: encontrar a la persona idónea y saber mantener una convivencia exitosa y feliz.

Como es sabido, en ocasiones no basta con quererse, a veces el amor no es suficiente. Influyen también las siguientes dimensiones:

1. Escuchar, respetar, comunicar

Puede que a simple vista parezca algo evidente. ¿Quién no se comunica con su pareja? Bien, he aquí una pequeña aclaración: no es lo mismo dialogar que comunicar.

Una actitud positiva sería: “Yo hablo contigo sobre mis necesidades, mis pensamientos, mis problemas. Por lo tanto, espero que tú no solo me escuches de forma abierta. También espero que me entiendas y que puedas ponerte en mi lugar”.

Si no hay una comunicación abierta, si no es posible expresar en voz alta los pensamientos y necesidades, aparecerán la frustración y el aislamiento. Comunícate y atiende también a la otra persona. Ponte en su lugar, del mismo modo que tú deseas que entiendan tu punto de vista y tus necesidades.

2. Mantener la ilusión todos los días

Puede que pienses que una vez convivas con tu pareja, ya estará todo conseguido. Hay personas que piensan que el amor es algo estable y que se mantiene porque sí sin esfuerzo alguno.

Amar es esforzase cada día, es conquistar y crecer en pareja cada momento. No descuides la atención entre ambos, el mantener el lenguaje de las caricias, de los abrazos; tampoco las miradas cómplices, las cenas románticas o las escapadas de fin de semana. Tienes que demostrarle a la persona que amas que es lo mejor de tu vida.

El enamoramiento inicial termina y puedes sentir que tu relación afectiva ya no es como antes. Por ello, trabaja a diario por mantenerla viva y sana.

3. El respeto, la libertad, el crecer en pareja y también como persona

Tener pareja no significa cortar las alas del crecimiento personal. Por lo tanto, no renuncies a tus amistades, a tu familia ni a tu profesión.

Todo ello te hará feliz, y la felicidad repercute en la pareja. Si yo estoy orgulloso de mí mismo, si mantengo una buena autoestima y un buen autoconcepto, aportaré esta estabilidad emocional a la persona que quiero.

Al mismo tiempo, respeta a tu pareja, dale libertad para que tenga sus aficiones, para que cultive sus aspiraciones. Así, podrán formarse dos universos en un mismo planeta íntimo y familiar.

El madurar juntos y dejar que los años pasen con armonía aprendiendo el uno del otro es esencial para una relación afectiva.

4. Valorar a la otra persona, evitar egoísmos

¡Cuidado! Muchas personas caen en el error de pensar y actuar siempre poniendo el ‘Yo’ por delante. “Yo quiero, yo necesito, yo creo, yo espero”… Es un riesgo elevado, que al final acaba hiriendo gravemente la relación de pareja.

Este tipo de egoísmos son habituales en esas relaciones tóxicas, donde a menudo los participantes quedan apartados a un rincón reducido y enfermos emocionalmente.

Valora siempre a la otra persona, escucha su voz, sus opiniones y establece pactos, acuerdos entre los dos.
Si empiezas pensar únicamente en primera persona, al final la relación afectiva acabará deshilachándose como un fino tejido incapaz de sostener más peso.

En una pareja equilibrada, la ayuda mutua, el diálogo y los esfuerzos por mantener el amor forman una base sólida que resiste inalterable el paso del tiempo.

El amor de verdad no ocurre todos los días

El amor de verdad, el que surge a través del respeto, el cariño y la atracción, no es fácil de encontrar. Que una pareja funcione, asimismo, es incluso más difícil. Cada persona es un mundo, por eso, cuando conectas con alguien de verdad hay que luchar por mantener lo que te une a ella.

Es probable que se tengan malos días, que la rutina pueda amortiguar la ilusión y que la chispa del principio ya no arda tan fuerte como antes. Es en esos momentos en los que uno tiene que hacer acopio de valor y rescatar esos pequeños gestos capaces de cambiar el rumbo de una relación.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.



Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.