¿Consumir alimentos cocidos o crudos? ¿Qué es mejor?

Existe gran controversia sobre los beneficios de comer alimentos crudos o cocidos. En este artículo, analizamos ambas posturas sobre base científica.
¿Consumir alimentos cocidos o crudos? ¿Qué es mejor?
Maria Patricia Pinero Corredor

Revisado y aprobado por la nutricionista Maria Patricia Pinero Corredor.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 09 julio, 2023

Actualmente, existe una dicotomía creciente entre opiniones sobre comer alimentos crudos o ingerirlos cocidos y los beneficios de una u otra opción, lo que recolecta una gran cantidad de seguidores en ambos “bandos”. La catarata de argumentos a favor y en contra de cada postura es muy amplia, es por eso que haremos una pequeña síntesis a continuación.

¿Alimentos cocidos o crudos?: ventajas

Bacterias

Entre los argumentos a favor de los alimentos crudos, los especialistas sostienen que esta modalidad de alimentación aportaría una mayor cantidad de nutrientes, algunos de los cuales desaparecerían mediante la cocción. Por supuesto, según señala un artículo de International Journal of Gastronomy and Food Science, esto dependería de la clase de cocción a la que se somentan los alimentos.

Además, optar por no cocinar lo alimentos significaría ahorrar en tiempo y recursos energéticos. Por último, se cree que los alimentos crudos serían más digestivos y no crearían somnolencia después de comer.

Sin quedarse atrás, aquellos que apoyan la cocción de los alimentos argumentan que este proceso acabaría con las bacterias presentes en la comida, por lo que se estarían previniendo diversos malestares potenciales.

Además, las fibras de ciertos alimentos suelen ablandarse cuando se cocinan, por lo que la digestión de los mismos mejoraría. El frío también se combate mediante la cocción de alimentos, lo que ayuda a que nuestro metabolismo sea más eficiente.

Por otra parte, al cocinarlos se estaría acabando con los anti-nutrientes propios de algunas plantas. Estas sustancias dificultan e impiden la absorción de nutrientes. No obstante, no hemos encontrado datos que prueben dicha postura.

Puntos en contra en ambos flancos

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La manipulación cuidadosa de los alimentos es importante para evitar casos de contaminación cruzada. Hay que prestar atención a la higiene y almacenamiento de los alimentos.

Por el lado de las desventajas, si no se lavasen bien, los alimentos crudos podrían contagiar enfermedades bacterianas. Además, algunas personas suelen hincharse y quejarse de malestares estomacales al ingerirlos en cantidad. Aunque en verano los alimentos crudos pueden refrescarnos, durante las estaciones de invierno los mismos pueden dar a las personas sensaciones de frío.

Para contraatacar, los defensores de los alimentos crudos sostienen que cocinar implica grandes gastos de tiempo y energía. Además, por lo general, el consumo de salsas y grasas también aumenta para acompañar los alimentos cocidos, lo que podría repercutir negativamente en la salud y el estado físico.

Por último, sostienen que la cocción de los alimentos empeoraría la absorción de nutrientes, pues la ingesta de alimentos cocidos se alteraría la mucosa intestinal (responsable de la correcta absorción de los componentes nutritivos). Cabe aclarar que no hemos encontrado base científica para esta afirmación.

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Con respecto a esta división de posturas que hemos planteado, ambas disciplinas concuerdan en que la alimentación debe adaptarse a las características de cada persona y a la estación del año en la que nos encontramos, por lo que nuestra alimentación no debería ser la misma en verano que en invierno.

Lo más importante en relación a este tema es poder hacer una observación y análisis objetivo sobre nosotros mismos, sobre nuestras características y nuestras orientaciones. Esto quiere decir que, si somos personas calurosas y de tendencias activas, quizá lo mejor sea aumentar nuestra ingesta de alimentos crudos. Por el contrario, si sufrimos mucho el frío, lo más probable será que nos beneficiemos más al incluir alimentos cocidos en nuestra dieta.

Por supuesto, deberías consultar con un nutricionista si deseas cambiar tus hábitos alimenticios o tienes dudas sobre cómo llevar una alimentación equilibrada y saludable. Recuerda que nadie mejor que un profesional podrá aconsejarte al respecto.


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