Cuidado con las palabras, también sirven para hacer daño

El problema de las palabras es que pueden hacernos daño mucho tiempo después de haberlas escuchado, ya que se quedan en nuestro subconsciente y van minando nuestra autoestima
Cuidado con las palabras, también sirven para hacer daño
Bernardo Peña

Revisado y aprobado por el psicólogo Bernardo Peña.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 12 abril, 2022

¿Alguna vez te has parado a pensar en el poder que conllevan las palabras? ¿Reflexionaste sobre aquello que dijiste mientras discutías? Aunque las palabras no puedan tocarse, pueden acariciar o arañar el alma en unos segundos.

Quizá te interese: Grisines de queso

Lo que a veces decimos

Imaginen que alguien le dice con insistencia a un niño, o incluso a ustedes mismos, que no valen para nada. Esa persona puede ser su madre, su padre, su amigo, etc… O un conjunto de personas a lo largo del tiempo. La acusación puede ser injusta y exagerada. Sin embargo, si se la repiten mucho, la mente inconsciente podría jugarle una mala pasada, almacenado esa información, junto al sentimiento de cólera, depresión o resignación.

Con el paso del tiempo, podríamos empezar a creer que en realidad, no valemos para nada y que somos incapaces de realizar algo bien, ya que nuestra mente inconsciente activaría el mensaje automático que teníamos guardado, en aquellas situaciones en las que tenemos que probarnos a nosotros mismos.

Podríamos entrar en un círculo vicioso: como creemos que no valemos para nada, actuaremos de acuerdo a ello. Así, la acusación inicial se conviertiría en realidad, aún en el caso de que, al principio no fuera verdad.

Aún así, no todas las personas almacenarían la información identificándose con aquello que les dijeron, también podría ser al contrario, podrían sentirse molestos, ofendidos o decepcionados. Respuestas e interpretaciones hay muchas, tantas como personas. Lo importante del asunto es que cuando nos comunicamos con alguien, ya sea de una manera formal e informal, las palabras que utilizamos son algo muy importante, y en lo que reparamos poco tiempo, sobre todo en las discusiones. Solemos arrojarlas sin reflexionar.

Las palabras suelen pasar desapercibidas muchas veces cuando las usamos, pero otras podrían dejar huellas marcadas para toda la vida.

Las palabras también arañan… ¿Qué hacer para concienciarnos de ello?

Un útil consejo, primero a probar, y luego, tan solo con recordarlo bastará, sería hacerle caso a este pequeño relato anónimo:

-Coge una hoja de papel, y arrúgala, estrújala, dóblala o haz una bola de papel, lo que quieras. Cada uno puede hacerlo a su manera.

Luego intenta dejarla como estaba antes.

¿Puedes? ¿Difícil verdad?

Resulta imposible con nuestras manos dejar el papel en el estado en el que lo encontramos. Siguen quedando pliegues y arrugas.

El corazón de las personas es como ese papel, la impresión que dejamos en ellos será tan difícil de borrar como esas arrugas, sobre todo cuando lastimamos con nuestras acciones y palabras. Por impulso, a veces no nos controlamos y lanzamos palabras llenas de odio y rencor, y cuando tenemos un momento de reflexión nos arrepentimos, resultando tarde, a veces casi imposible.

Qué distinto sería si pensáramos antes de actuar, o si frente a nosotros estuviéramos solo nosotros mismos y recibiéramos todo aquello que saliera de nosotros.

¡Aprendamos a ser comprensivos y pacientes!

Alguien dijo alguna vez: Habla cuando tus palabras sean tan suaves como el silencio.

Dedos con palabras positivas

Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


  • Portrait of crying young woman - concept photo (BW)

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.