¿Dejar de fumar engorda?

La mayoría de las personas aumenta de peso durante los 3 primeros meses después de dejar de fumar. Sin embargo, al llegar a los 12 meses es posible que ya hayan perdido el peso que ganaron en ese periodo.
¿Dejar de fumar engorda?
Nelton Abdon Ramos Rojas

Revisado y aprobado por el médico Nelton Abdon Ramos Rojas.

Última actualización: 06 julio, 2023

Una de las tantas excusas que se ponen los fumadores para seguir consumiendo esta adictiva droga es que al dejarlo seguro que ganan unos kilos de más. ¿Pero qué hay de cierto en esto? ¿Es un mito o es una realidad contrastada? Ante todo hay que decir que dejar de fumar es una decisión excelente y una inversión en calidad de vida.

Tal como indican los profesionales del Programa de Control contra el Tabaco, el consumo de tabaco es la principal causa de enfermedad, discapacidad y muerte en el mundo. Cada año mueren más de 5 millones de personas en el mundo a causa del tabaquismo. Siendo las causas de muerte más importantes relacionadas con el consumo de tabaco ciertas enfermedades del corazón, algunos tipos de cáncer y enfermedades respiratorias.

Dejar de fumar influye de forma significativa en el bienestar. Muchos ex-fumadores afirman que al poco tiempo de haber dejado el hábito, han notado cómo tienden a sufrir menos resfriados y, a su vez, sentir con mucha menos intensidad los síntomas. Y sin embargo, existe la duda y el aparente problema de que al dejar de fumar se engorda. A continuación desarrollamos esta idea.

¿Mito o realidad?

De acuerdo a una reciente investigación, las mujeres que dejan de fumar suelen ganar algo de peso durante los tres primeros meses. Pasado un tiempo, cuando el organismo empieza a estabilizarse de nuevo (al final, se está saliendo de una adicción, con todo lo que ello conlleva), dicha ganancia se reduce. Así, a los 12 meses de haber dejado el cigarrillo, ya han perdido el peso que pudieron haber ganado. Por lo tanto, el aumento de peso se considera algo pasajero.

Unos buenos hábitos de vida pueden ayudar a evitar un aumento excesivo de peso, mejorar la salud en líneas generales y aportar bienestar diario.

¿Pero cuál es la razón real de que al dejar de fumar ganemos peso?  La principal razón se encuentra en el hecho de que, tal como indican los profesionales de Medline Plus, cuando un fumador consume una caja de 20 cigarrillos diarios, la nicotina presente en los mismos ayuda a “quemar” más de 250 calorías.

Así mismo, tal como se ha comprobado en  algunas investigaciones, el tabaco también tiende a provocar en la persona una sensación irreal de saciedad que hace que se pueda perder un poco el apetito. Por ello, cuando finalmente se deja de hacerlo, se puede producir justamente el efecto contrario. 

Y de ahí, que se puedan ganar entre 4 o 8 kilos durante las primeras semanas. Debido a esto, en ciertos casos, muchas personas entran en una especie de shock al ver cómo engordan. En esos casos, se puede tomar esa causa como una excusa para volver al vicio.

Sin embargo, el aumento de peso (si ocurriera, ya que es posible evitarlo) no tiende a durar más de 6 meses. Es más, transcurrido este periodo de tiempo, el cuerpo se empieza a acostumbrar a no depender del tabaco.

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Recomendaciones básicas

Para evitar subir de peso cuando se deja de fumar, es fundamental cuidar mucho la dieta y no dejar de hacer ejercicio físico de forma habitual. Además, siempre es bueno pedir ayuda profesional, sobre todo de cara a evitar volver a caer en el vicio antes de tiempo.

Así, es importante evitar las bebidas con cafeína y, en su lugar, beber agua. Al beber suficiente cantidad de líquido a lo largo del día, no solo ayudamos a mantener bien hidratado el organismo, sino que  “saciamos” un poco el ansia de fumar y el apetito.

En todo caso, es fundamental mantener una dieta equilibrada, siguiendo las pautas de tu médico. Es fundamental evitar la bollería industrial, los refrescos, las golosinas y afines, ya que estos comestibles solo contribuyen al aumento de peso. En su lugar, aprovecha los alimentos ricos en fibra. La avena, por ejemplo, es muy recomendable.

Realizar ejercicio de forma habitual. No hay mejor manera de olvidarse del tabaco que moviendo el esqueleto. Recordemos que con el ejercicio se liberan endorfinas, las hormonas de la felicidad. Así, solo tenemos que buscar una actividad que nos llame la atención y nos agrade para practicarla durante al menos 30- 40 minutos al día.

No aceptar cigarillos

En muchos casos, al principio resulta especialmente duro empezar a realizar actividad física, ya que con el tabaco se perdió mucha capacidad pulmonar. Sin embargo, con el tiempo, poco a poco la persona comienza a notar mejoras significativas, además de ganar cada vez más resistencia.

Como comentábamos al inicio, dejar de fumar es invertir en salud.
Nota: tanto si estás planeando dejar de fumar como si ya lo has hecho, es imprescindible que cuides bien de tu salud y sigas las indicaciones de tu médico. 


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