Diente de león, un remedio para desintoxicar tu cuerpo naturalmente
El diente de león es una planta medicinal que no es difícil encontrar en el campo si se sabe reconocer. Muchas personas la asocian con la magia, los deseos e incluso la libertad, pero la sabiduría popular indica que tiene varias propiedades medicinales y hace énfasis en que es un remedio capaz de desintoxicar el cuerpo naturalmente.
En este artículo te explicaremos más acerca de esta planta, y en especial, su facilidad para eliminar toxinas y líquidos, así como las pistas para reconocerlo en plena naturaleza.
¿Qué hay que saber sobre el diente de león?
Conocida en latín como Taraxacum officinale, el diente de león es una planta que se ha asociado con frecuencia con la salud hepática. Se puede comer en ensaladas, o bien aprovechar sus beneficios medicinales en infusiones.
Se dice que, además de estimular la eliminación de líquidos retenidos, el diente de león es capaz de ayudar al organismo a expulsar todo aquello que no necesita y que, si lo acumula, puede resultarle perjudicial. Por ejemplo, las toxinas, que a su vez podrían promover:
- Colesterol alto.
- Ácido úrico alto o gota.
- Piedras en los riñones.
- Infecciones del aparato urinario.
No obstante, existe limitada evidencia científica al respecto. Por lo que no es posible confirmar que, en efecto, la planta sea eficaz en los casos mencionados.
Ahora bien, a pesar de que aún no se ha podido comprobar el verdadero alcance de este mecanismo de depuración o limpieza, muchas personas siguen aprovechando eventualmente las propiedades que se le atribuyen al diente de león. En especial, en caso de retención de líquidos por viaje, sedentarismo y otras circunstancias comunes.
Por ser una planta con acción diurética, se considera que mejora la función de los riñones, ayuda a eliminar líquidos y prevenir molestias asociadas a este problema.
Otros beneficios
Según los autores de un artículo publicado en la Revista Internacional de Acupuntura,
“la importancia nutricional del diente de león desde el punto de vista médico reside en su alto contenido en principios amargos (taraxacina, eudesmanólidos), triterpenos, flavonoides, xantófilos, carotinoides, vitamina B2 y C así como potasio”.
Asimismo, comentan que el diente de león tiene acción colerética y diurética, pero también estimuladora del apetito. Y señalan que puede actuar como coadyuvante en “patologías hepáticas, las colecistopatías y los trastornos de la digestión, especialmente cuando existe una mala digestión de las grasas”.
¿Cómo reconocerlo en la naturaleza?
El diente de león, que se considera una “mala hierba”, crece naturalmente al borde de muchos campos y jardines y se caracteriza por sus hojas dentadas y su flor amarilla. También es muy conocida porque después de florecer, los pétalos amarillos son sustituidos por un grupo de tallos con hebras blancas esponjosas que los niños suelen soplar para soltar en el viento como si fueran pequeños paracaídas. Esto ayuda a esparcir las semillas.
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Depuración con diente de león
Siempre y cuando no exista alguna contraindicación que te lo impida, puedes usar el diente de león fresco o seco para hacerte infusiones y tomar una o dos al día, antes de las comidas. Si no tienes la planta, puedes adquirirla en herboristerías en forma de hierba, tintura o comprimidos. Además puedes añadir las hojas frescas en los platos que cocines.
Como curiosidad, el diente de león se conoce también como Achicoria amarga, y se puede usar como sustituto del café. Para ello se usan las raíces de la planta, tostadas y molidas, pero también podemos comprarla ya preparada en dietéticas.
Mientras dure el tratamiento depurativo deberemos beber bastante agua fuera de las comidas, para ayudar a expulsar las toxinas que se irán movilizando.
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También deberemos cuidar más la alimentación e intentar evitar los siguientes alimentos y hábitos:
- Tabaco.
- Alcohol.
- Harinas blancas.
- Alimentos fritos.
- Azúcares refinados.
- Carnes grasas y embutidos.
- Grasas trans o hidrogenadas.
- Estimulantes como el café o la cola.
- Lácteos, sobre todo quesos grasos y natas.
Recomendamos siempre consultar con un médico o terapeuta antes de realizar cualquier tratamiento con plantas medicinales, ya que éstas pueden tener contraindicaciones o algunos efectos secundarios si se consumen en exceso.