5 maneras de frenar las relaciones tóxicas en la familia

Debemos aprender a ponernos en el lugar del otro y estar dispuestos a entender más allá de las palabras y los actos
5 maneras de frenar las relaciones tóxicas en la familia
Bernardo Peña

Revisado y aprobado por el psicólogo Bernardo Peña.

Escrito por Raquel Aldana

Última actualización: 24 mayo, 2023

Hay familiares tóxicos que pueden hacernos mucho daño. Cada uno en la medida de sus posibilidades, pueden hacernos la vida muy difícil con sus comportamientos y sus palabras en el núcleo familiar. De hecho, la familia es uno de los escenarios más comunes en los que se desarrolla el drama de las relaciones tóxicas.

Además, a esto se le suma una dificultad más: no podemos desligarnos de ellos para siempre, sobre todo cuando aún no somos independientes.

La familia nos viene impuesta, no podemos elegirla y esto requiere que, aunque no nos guste, nos tengamos que adaptar a ella si queremos permanecer en el grupo familiar. Suele ocurrir que nos veamos sometidos a ciertas normas dentro del núcleo familiar y que eso nos ahogue.

No permitas que se queden en tu vida relaciones tóxicas

Esto genera que nos sintamos esclavos, que estemos a disgusto y que nos sintamos atrapados y sin salida. Además, ocurre que, cuanto más relevante sea el puesto o la posición que ocupan los familiares tóxicos, más difícil sea salir de allí o hacer valer nuestros derechos.

Se dice que hay dos tipos de familias: las rígidas y las flexibles. En las primeras abundan las relaciones tóxicas, pues su funcionamiento es fruto del uso intenso e irracional del poder y el control mediante la autoridad.

El hecho de que esto suceda implica gran dificultad a la hora de relacionarnos, a la vez que nos impide expresar con libertad nuestros sentimientos y nuestras opiniones, conversar o mostrarnos tal y como somos.

Estos familiares son, sin duda, vampiros emocionales. Son esas personas que nos someten a la imposición y puede que al acoso de alguien que, en principio, debería cuidarnos más que nadie en este mundo.

Como hemos comentado, lo más lógico y probable es que no podamos romper esa relación con facilidad, pues un vínculo familiar no se deshace tan a la ligera. Sin embargo, hay veces que las relaciones se recrudecen y no queda otro remedio que huir del ambiente tóxico.

¿Cómo podemos actuar frente a relaciones tóxicas?

10 tipos de relaciones tóxicas

Según apunta Laura Rojas Marcos, la mayoría de los conflictos vienen originados por las luchas de poder, el sentimiento de derecho y la falta de límites.

¿Cuáles son las claves para liberar la carga que supone que un familiar nos dañe con sus palabras o sus actos?

1. Ponerse en el lugar del otro: la empatía

Esto no significa que nos debamos someter a los deseos y a las necesidades de los demás, sino que tengamos la disposición de comprender lo que ocurre más allá de las palabras y los actos.

Es decir, “practicar la empatía” implica mantener la disposición de escuchar y de considerar lo que los demás nos tienen que decir. Esto nos ayudará a aceptar la posibilidad de no llegar a un acuerdo sobre lo que nos pidamos, pues cada uno tiene necesidades diferentes. Así lo sugiere este estudio realizado por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Argentina).

En estos casos, debe existir un pacto de respeto al desacuerdo, algo que facilitará la convivencia. Esto es: tú quieres algo que no es compatible con lo que yo deseo, aceptémoslo y sigamos.

2. Respetar la intimidad y el espacio de cada uno

evita las relaciones tóxicas en la familia

Respetar al otro significa aceptar que el “no” sea la respuesta, tolerando así la frustración, aunque parezca injusto. No nos podemos permitir eso de “donde hay confianza da asco”, ya que la intromisión da lugar a grandes conflictos familiares.

Tal y como apunta Rojas Marcos:

E n las relaciones familiares se dan por hecho cosas en las que no existe acuerdo. Si se entra sin avisar en casa de un hijo o se hace una llamada a destiempo, hay que estar preparados para recibir una respuesta que puede no gustarnos y que marque los límites de la relación”.

3. Ser respetuosos y mantener las formas

Suele ser habitual que, en conversaciones familiares, se diga lo primero que nos viene a la mente. Esto sucede porque no le pasamos el filtro de la educación y del respeto a nuestras palabras y a nuestras acciones. 

Esto generará grandes conflictos, por lo que es importante que tomemos distancia en las situaciones y pongamos límites de forma calmada, respondiendo que lo que dice está causando dolor emocional.

4. Ser asertivos y utilizar las palabras mágicas

relaciones tóxicas mantenidas por palabras

Hay relaciones tóxicas familiares que se basan en juegos de poder. Es probable que no quieras poder, que solo quieras libertad de acción y de expresión y que haya personas que dificulten esta transición.

En estas situaciones debemos hacernos valer manifestando nuestros “no puedo”, “no quiero” o “no estoy de acuerdo” sin temor. Es importante sentirse seguro de uno mismo, actuar con determinación y hacer uso de nuestra capacidad de elección.

Además, aunque estemos en familia, sigue siendo de gran importancia pronunciar las palabras “gracias” y “por favor”, ya que con ellas expresamos consideración y amabilidad, mostrando respeto por el tiempo y el esfuerzo que las peticiones y los favores requieren.

5. Ser pacientes

Impacientarnos ocasiona que seamos impulsivos e irreflexivos a la hora de valorar las circunstancias y tomar decisiones. Por esta razón, es indispensable desarrollar nuestra capacidad de espera y de reflexión antes de actuar.

Puede ocurrir que no podamos solventar las dificultades que acompañan al agotamiento que provoca una relación familiar tóxica. Por eso, a veces se hace inevitable tomar decisiones que rompan con el núcleo familiar como, por ejemplo, alejarse de esas personas.

No debemos olvidar que los vampiros y los depredadores emocionales están presentes en todos los contextos de nuestra vida, lo que requiere que seamos hábiles en identificarlos y en protegernos de ellos.

Así, se hace especialmente importante que aprendamos a controlar la intensidad de emociones como el enfado, las cuales pueden generar dramas de gran extensión.

Debemos mantener la cordura y valorar mucho las consecuencias de nuestros actos, teniendo en cuenta los límites emocionales y físicos que nunca deberíamos sobrepasar.


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  • Laura Rojas Marcos. La familia. De relaciones tóxicas a relaciones sanas. 1th ed. Editorial Grijalbo. 2014.
  • Montes, C., Rodríguez, D., & Serrano, G. (2014). Estrategias de manejo de conflicto en clave emocional. Anales de Psicologia30(1), 238–246. https://doi.org/10.6018/analesps.30.1.135171
  • Andrade, S., Castro, P., Giraldo, L., & Martínez, M. (2013). Relaciones Tóxicas de pareja. Psicologia.Com17(2), 1–15.

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