Para ser feliz hay que tomar decisiones: 5 claves para conseguirlo

Es fundamental que las decisiones que se toman no apunten solo al bienestar personal, sino que se han de centrar en la felicidad común. ¿Cómo se debe orientar la toma de decisiones para lograrlo?
Para ser feliz hay que tomar decisiones: 5 claves para conseguirlo
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 25 mayo, 2023

William James, célebre filósofo y psicólogo de principios del siglo XX, dejó claro a través de sus trabajos algo que, a pesar del tiempo, sigue estando vigente en la actualidad: para ser feliz hay que tomar decisiones.

La felicidad es como intentar mantener el equilibrio sobre una tabla. Un paso adelante o un paso hacia atrás provoca que la situación se descompense. De ahí que sea tan importante tomar decisiones acertadas para mantenernos en ese punto idóneo de equilibrio.

Ahora bien, sabemos que no siempre es fácil. Hay situaciones que nos empujan un paso más adelante de lo que deberíamos y, entonces, aparece el vacío en el estómago, el miedo y la sensación de que estamos perdiendo el control.

Otras veces, los pensamientos propios hacen que retrocedamos, que quedemos anclados en un punto del pasado donde también perdemos la calma, la seguridad y la tranquilidad.

Algunos tips para lograr tomar decisiones

A continuación, te invitamos a conocer cinco claves sencillas con las cuales aprender a tomar decisiones más eficaces, que a su vez nos ayudarán a ser más felices.

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1. Un pensamiento nuevo, una emoción más poderosa

En ocasiones, pocas cosas pueden llegar a ser tan poderosas como aprender a cambiar los pensamientos para, de este modo, mejorar las emociones y la percepción de la realidad.

Según la psicología positiva —explicada en detalle por autores como Vera Poseck (2013)—, para ser felices hay que creer que lo merecemos. Algo que, en apariencia, nos parece tan simple puede cambiar por completo el día a día:

  • Cambia tus pensamientos para permitir que los hechos negativos o estresantes que puedan sucederte no se conviertan en muros o en piedras en el camino. Una atribución menos fatalista permite, sin duda, afrontar las cosas con más entereza.
  • Perder un trabajo, por ejemplo, puede ser traumático, pero a veces nos obliga a empezar de nuevo e incluso a poner en marcha proyectos que a menudo son más productivos.
  • Romper con la pareja, discutir con un amigo y perderlo… todas esas también son situaciones muy duras, que nos obligan a vivir determinados duelos pero, a veces, estos instantes vitales nos enseñan a ser más fuertes.

2. Persistencia

Persistir no es aguantar cualquier cosa, soportar hechos que nos hacen daño o permanecer impasibles ante las adversidades. Persistir también es luchar, sacar fuerzas de la flaqueza y, ante todo, ser resilientes, de acuerdo con lo explicado por un grupo de psicólogos en otra publicación de Papeles del psicólogo.

Los neuropsicólogos explican que el cerebro está diseñado para analizar todo lo negativo que nos ocurre y aprender de la adversidad. Somos más fuertes de lo que pensamos, y este es un hecho que no podemos olvidar.

3. Pon atención, céntrate en el aquí y ahora

Muchos especialistas en salud mental hablan de los grandes beneficios de la meditación o el yoga. Por ejemplo, una investigación publicada en Complementary Therapies in Clinical Practice afirma que la práctica regular de yoga ayuda a reducir «significativamente» los niveles de ansiedad y contribuye en la prevención de la depresión.

Si no eres muy dado a este tipo de ejercicios, no dudes en seguir hábitos tan sencillos como salir a caminar, pasear, estar en silencio y calma en un entorno relajado. Si te acostumbras a estar centrado y en calma, te aferras con fuerza al presente para vislumbrar tus objetivos y el rumbo donde se inscribe la felicidad.

Mindfulness para combatir la enfermedad de la prisa.
Con la meditación puedes encontrar un centro que te devuelva a lo importante. Esta práctica debería ser rutinaria.

4. Gratitud y humildad

Para ser feliz hay que tomar decisiones y, ante todo, ser humildes. Desear cosas que están fuera de la realidad de cada uno y que no son factibles es fuente de sufrimiento.

  • Descuidar y no agradecer cada cosa hermosa que nos envuelve es ponernos unas gafas oscuras que velarán la capacidad de ser felices.
  • La familia, un día tranquilo y en armonía, la salud de quienes nos rodean, la alegría de los niños, la compañía de las mascotas… todos son aspectos por los que deberíamos estar agradecidos.

5. Ser capaces de dar y recibir felicidad

En ocasiones, hay quien llega a caer en un tipo de “materialismo de la felicidad” en el que cada estrategia, cada acción y pensamiento está orientado a propiciar la felicidad propia. Poco a poco, se cae en un estilo de vida algo egoísta, y no es lo adecuado.

  •  La felicidad es como una energía que aumenta si es compartida. Hemos de ser capaces de dar felicidad y, a su vez, saber aceptarla y recibirla de los demás.
  • No hay nada tan gratificante como tomar decisiones en las que todos ganemos y nadie pierda; en las que un cambio que uno inicie beneficie a varios, en las que cada uno sea capaz de entender que la vida es más hermosa cuando se busca el bienestar común.
Un abrazo puede hacer feliz a alguien.

Medita tus decisiones para ser más feliz

Uno de los mayores deseos que todos tenemos es llegar a ese punto de sutil y excepcional equilibrio en la vida en el que nos digamos “estoy bien, ya no deseo nada más”.

Esta sensación es una mezcla de paz interior, madurez personal, bienestar y, por supuesto, felicidad. No dudes en tomar siempre buenas decisiones, aquellas que te dicte el corazón.


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