Relación entre la tortícolis y el estrés: aprende a tratarla

El cuello es de las primeras zonas en notar las sobrecargas por culpa del estrés. Evita los movimientos bruscos y apóyate en remedios naturales, como la alternancia de frío y calor
Relación entre la tortícolis y el estrés: aprende a tratarla
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 09 julio, 2023

¿Has padecido alguna vez esa rigidez de cuello que provoca la tortícolis? Si bien es cierto que es una dolencia muy común, sufrirlo ocasiona muchos problemas. Incluso, llega hasta el extremo de ser muchas veces motivo de baja laboral.

No podemos girar la cabeza y, cuando lo intentamos, pueden aparecer mareos e incluso cierta angustia o hasta náuseas. No podemos hacer nada hasta que se reduzca la inflamación, así que lo más común es pasar unos días en reposo tomando analgésicos.

Ahora bien, la mejor forma de evitar que nos vuelva a ocurrir es prevenir su aparición. Y por ello es interesante saber que la mayoría de procesos asociados a la tortícolis se deben al estrés. Te invitamos a conocer más sobre este dato y, a su vez, a descubrir de qué manera podemos tratar la tortícolis para que desaparezca lo antes posible.

La relación entre la tortícolis y el estrés

Los médicos nos indican que la tortícolis suele tener, por lo general, dos orígenes:

Hereditaria o etiológica

Una mala posición del feto, presión intrauterina durante la gestación, o incluso heredar de nuestros padres ciertas anomalías en los músculos del cuello pueden determinar este problema.

Adquirida

La relación entre la tortícolis y el estrés

Es la causa más común. Tiene que ver con malas posturas, con algún accidente o lesión y, en especial, con problemas de fatiga y estrés.

Cuando estamos sometidos a situaciones de estrés durante largas temporadas no solo se producen cambios a nivel metabólico y hormonal. Nuestras estructuras musculares tienden también a sobrecargarse.

En la mayoría de los casos, muchos de nosotros no tenemos los músculos del cuello, hombros y espalda muy ejercitados. No son muy elásticos ni están acostumbrados a experimentar tensiones de forma tan persistente.

Músculos como el trapecio y otros del cuello suelen ser muy débiles si no estamos acostumbrados a utilizarlos. Por ello, la tensión tiende a centrarse en estas zonas más sensibles.

La rigidez producida y la sobrecarga acaban inflamando nervios, músculos y todas esas complejas estructuras que irradian desde los hombros a la cabeza.

Descubre los mejores tratamientos para la tortícolis

Según nos explican muchos fisioterapeutas y médicos especializados, hay personas que exteriorizan el estrés en dolor muscular, y en especial en dolor de cuello y tortícolis. Todos los nervios y esa carga emocional se concentra en esta parte de nuestro cuerpo.

Los mejores tratamientos para la tortícolis

1. Un tiempo de descanso

Necesitas tiempo para ti. La tortícolis que tienes ahora es un aviso que debes tener en cuenta para empezar a hacer algunos cambios en tu vida y aprender a establecer prioridades.

Necesitarás entre una semana y 10 días para que la tortícolis desaparezca y vuelvas a tener funcionalidad en el cuello. Para ello, es necesario que bajes el ritmo y que guardes reposo.

  • No fuerces el cuello.
  • Mantén unos movimiento armónicos en relación cuello-hombros-cabeza. No hagas movimientos bruscos y, cuando debas girarte, acompáñate de todo el cuerpo y no solo del cuello.

2. Tratamiento frío-calor

El tratamiento frío-calor es una de las técnicas más básicas y esenciales para reducir los problemas de inflamación muscular. Para ello, debes hacer lo siguiente:

¿Qué necesito?

  • Un paño de lino
  • 500 ml de agua
  • Aceite esencial de romero 
  • Una bolsa de cubitos o una bolsa específica para estos tratamientos

¿Cómo lo hago?

  • Deberás hacer este sencillo tratamiento 3 veces al día. Para ello, lo primero que haremos será poner a hervir esos 500 ml de agua. Cuando ya esté caliente, permite que repose lo necesario para que no nos queme y la podamos utilizar sin hacernos daño.
  • Lo habitual es alternar cada 5 minutos la bolsa de frío con el paño caliente. Para ello, aplica en primer lugar la bolsa de hielo.
  • Después, sumerge el paño en agua caliente, escúrrelo, añade unas gotitas de aceite esencial de romero y aplícatelo en el cuello.
  • Estos tratamientos deben durar entre 20 y 25 minutos, y hacerlos, como decimos, 3 veces al día.

3. Sigue las pautas de los especialistas

Sigue las pautas de los especialistas

En ocasiones somos un poco reacios a seguir las recomendaciones de los médicos, o más aún, evitamos acudir a los especialistas. Siempre es adecuado contar con sus consejos, en especial si nos vemos en la obligación de tomar calmantes o analgésicos.

Evita automedicarte y sigue las pautas que te prescriban.

4. Ejercicios suaves a medida que pasan los días

  • Será tu cuerpo el que te irá diciendo cómo avanza la tortícolis. Los primeros días deberás guardar reposo y no ejercitar demasiado el movimiento cervical.
  • A medida que notes menos tensión, será el momento de favorecer un poco el movimiento a través de ejercicios armónicos. 
  • Gira el cuello de forma suave de izquierda a derecha. Lo que te permita el dolor y mediante movimientos muy suaves.
  • Evita ante todo mover el cuello hacia atrás porque ello agrava el problema. Siempre de forma delicada.
  • Acompaña estos movimientos con suaves masajes con tus manos, siempre de forma circular, ahí donde tengas localizado el dolor.

A medida que pasen los días, este sufrimiento y la tortícolis irán suavizándose.

El dolor de cuello es uno de los más molestos del cuerpo. Además de impedir que te muevas con normalidad, puede producir cefaleas y tensiones en otros músculos. Por eso, has de encontrar su causa lo antes posible. Si es debido al estrés, es conveniente que te pongas en manos de un especialista.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


  • Linton, S. J. (2000). A review of psychological risk factors in back and neck pain. Spine25(9), 1148–1156. https://doi.org/10.1097/00007632-200005010-00017
  • Häuser, W., Galek, A., Erbslöh-Möller, B., Köllner, V., Kühn-Becker, H., Langhorst, J., … Glaesmer, H. (2013). Posttraumatic stress disorder in fibromyalgia syndrome: Prevalence, temporal relationship between posttraumatic stress and fibromyalgia symptoms, and impact on clinical outcome. Pain154(8), 1216–1223. https://doi.org/10.1016/j.pain.2013.03.034
  • Blackburn-Munro, G., & Blackburn-Munro, R. E. (2001). Chronic pain, chronic stress and depression: Coincidence or consequence? Journal of Neuroendocrinology. https://doi.org/10.1046/j.0007-1331.2001.00727.x

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.