3 reflexiones sobre la importancia de salir de la zona de confort

En lugar de conformarnos con nuestras condiciones y quedarnos en nuestra zona de confort, debemos atrevernos a salir de esta para vivir de verdad
3 reflexiones sobre la importancia de salir de la zona de confort
Bernardo Peña

Revisado y aprobado por el psicólogo Bernardo Peña.

Escrito por Bernardo Peña

Última actualización: 06 julio, 2023

Es momento de avanzar. No seas prisionero de la conformidad. Hay experiencias que te están esperando y, mientras no quites los candados y salgas de tu zona de confort, no podrás disfrutarlas. ¿Qué es lo que te da miedo? Los seres humanos buscamos el momento en el que nos sentimos seguros, queremos un trabajo estable, casa y ver a nuestra familia desarrollarse de la mejor manera.

Pero, ¿qué hay con nuestros objetivos? ¿Dónde queda el reto de vivir? Si quieres ser alguien exitoso hay que superar pruebas, no importa si te tiemblan las rodillas. La vida es un campo de aprendizaje, donde todos somos pequeñas esponjas absorbiendo lo que hay alrededor. Da igual nuestro nivel educativo: todos tenemos algo que enseñar.

¿Qué es la zona de confort?

La zona de confort está definida como un estado mental cuya característica principal son los comportamientos rutinarios para lograr un nivel constante de rendimiento sin tener sentido de riesgo. En otras palabras, son conductas, actitudes y estrategias que solemos emplear para permanecer en el ambiente que nos hace sentir seguros. 

El problema es que, aunque todo parece estar bajo control, a menudo conlleva a un estado de apatía y vacío existencial que nos impide sentir satisfacción u orgullo por lo que se hace. Además, en muchos aspectos personales y profesionales obstaculiza el crecimiento personal.

Por lo tanto, se trata de un estado psicológico y comportamental de comodidad y de conformidad. Se trata de evitar la incertidumbre y el compromiso que conllevan los cambios, aunque estos sean positivos.

¿Por qué nos cuesta salir de la zona de confort?

Hay que atrevernos a salir de la zona de confort.

Reaccionamos por instintos, esquivando las posibles amenazas, queremos lo que nos cause felicidad y, sin embargo, huimos de la incertidumbre y los fracasos. El problema es que vamos con un montón de excusas por temor a enfrentar el riesgo. 
Eres el ratón que vive en el agujero viendo todo desde adentro y quieres estar ahí fuera, pero no te atreves a dar ese paso, no quieres que te coma el gato. ¿La razón? No confías en ti, no eres consciente de tus capacidades porque no sabes que si corres sin mirar atrás, no te podrá alcanzar.
¿Por qué vives de tu imaginación? En ella viajas al lugar que soñaste, renuncias al trabajo que te agobia, luchas por hacer lo que realmente te gusta, disfrutas cada momento, una buena compañía y hasta de la soledad.
Has hecho de todo por mantener la “vida perfecta” ante el resto, accediendo a lo que los demás quieren y, simplemente, te perdiste en el camino. ¡Despierta! No eres una máquina, rompe la rutina y sal de tu zona de confort.

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1. La idea de “es la vida que me tocó”

¿Por qué sigues ahí si todo ha salido mal? Estamos tan inmersos en la rutina que nos conformamos con pensar: “es lo que me tocó”. El papel de víctima es algo que nos sale a la perfección y, de hecho, buscamos eso que encaja con el drama y la decepción. Rechazamos lo que nos hace voltear a otro lado, aunque en el fondo sabemos que es mejor.

La pregunta es, ¿realmente es eso vivirCuando dejas de experimentar el conocer gente nueva, intentar una nueva receta, terminar la relación que no te hace feliz y trabajar solo por trabajar lo único que estás haciendo es morir, aunque los latidos de tu corazón te recuerden lo contrario.
Deja esos clichés que se han vuelto cruces en tu espalda. No te equivoques, no es la vida que tocó, es la vida que tú decidiste tener. E res el autor de tu historia: puedes modificar el guión cuando lo desees, eliminar personajes y hacer una revolución si tú quieres, pero no temas encontrar un final feliz.

2. El “ya habrá tiempo”

¿Eres eterno? ¿Quién nos ha dado la seguridad de creer que siempre habrá un mañana? La agenda es la prueba de que no nos arriesgamos. Planeamos con detalle lo que nos espera en el futuro e indagamos en lo que no tenemos para ponerlo por delante. “Cuando tenga mi casa”, “el día que me case”, “cuando crezcan mis hijos”…

¿Y si no llega ese momento? La vida es hoy¡Hazlo ahora!, no mañana. Hazlo aunque sientas que tu corazón se sale del pecho y la sangre te sube a la cabeza. Porque en la espera puedes quedarte a mitad de camino y no hacer nada. Puedes tener días cómodos y un techo seguro, una zona de confort, pero si no tienes una sonrisa en la cara, ¿de qué te sirve?

En resumen, no esperes al momento perfecto, porque no existe. Además, lo perfecto es enemigo de lo bueno. Y el buen momento es ahora.

3. El autobloqueo

Es positivo salir de la zona de confort y superar límites autoimpuestos.

Llegó el momento de trascender, de convertir tus debilidades en un impulso para mejorar. Nadie tiene por qué tomar tus decisiones, deja de culparte por no cumplir las expectativas de otros. Cada persona es diferente, ¿hasta dónde puedes llegar?
La única persona que puede detenerte eres tú. Si te bloqueas no puedes avanzar. Supera tus propias metas. Si eres capaz de dibujarlo en tu mente, ¡puedes hacerlo! Empieza por aceptarte, por tomarte un tiempo para conocerte y entonces pregúntate: ¿soy feliz? Ahí está la respuesta. Si es un no, es momento de cruzar el puente, aunque te dé vértigo.

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