7 señales de advertencia de una mala circulación que a veces ignoramos

Muchas veces se relacionan ciertos síntomas con un exceso de actividad física, una deficiencia nutricional o unas defensas bajas, pero también puede ser indicativo de una mala circulación.
Nelton Abdon Ramos Rojas

Revisado y aprobado por el médico Nelton Abdon Ramos Rojas.

Escrito por Valeria Sabater

Última actualización: 11 enero, 2023

La mala circulación constituye una serie de molestias que afectan significativamente el bienestar de muchos. Y con el paso de los años, se nota aún más. Por ello, la mayoría de las personas que conviven con este problema, pertenecen al grupo de la tercera edad.

Sin embargo, la mala circulación no es un asunto que dependa solamente del paso del tiempo en el organismo. Existen varios grupos de riesgo, con rangos de edad muy diversos. Por ello, es evidente que la mala circulación no solo afecta a adultos mayores, sino a personas con ciertas condiciones de salud o bien, malos hábitos de vida.

A continuación, te comentamos cuáles son las siete señales de advertencia que muchas veces pasan desapercibidas y que pueden ser un indicativo de mala circulación.

1. Cambios en la piel

La piel es un órgano que refleja las alteraciones que se producen en el organismo. Por ello, cuando aparecen manchas de cierta pigmentación, en ciertas zonas del cuerpo, puede ser una señal de mala circulación.

Las zonas más comunes donde aparecen ‘manchas’ de mala circulación son las piernas y los pies. Estas manchas pueden tener un color rojo o bien, violáceo y se producen cuando la sangre se filtra fuera de los vasos sanguíneos.

En lugar de manchas, puede ser que la piel presente un aspecto excesivamente pálido o bien, un tono azulado. En este sentido, las zonas más afectadas son: nariz, labios, orejas, pezones, manos y pies.

Los cambios en la piel pueden acompañarse por otros síntomas, como la resequedad de la piel. Si bien la resequedad no se suele asociar a la mala circulación, no está de más tenerla en cuenta.

2. Hinchazón en los pies

Cuando hay una mala circulación, las extremidades son las últimas en recibir el aporte de oxígeno y nutrientes que brinda la sangre. Al no llegar la sangre en la misma cantidad, el organismo intenta compensar el fallo mediante la acumulación de líquidos, también conocida como ‘edema’.

El edema produce, a su vez, cianosis. Esto quiere decir que, además de adquirir un tono azulado, los pies se inflamarán con regularidad y los dedos tendrán un aspecto magullado, como si hubiesen sufrido una contusión. 

3. Cabello y uñas débiles

La pérdida del cabello y las uñas débiles pueden ser síntoma de muchas cosas, desde estrés hasta un déficit nutricional. Ahora bien, también puede indicar una mala circulación.

En este sentido, si el cabello y las uñas no reciben el aporte de oxígeno y nutrientes que necesitan, se debilitarán y caerán con facilidad. Entonces, el cabello seco y débil así como las uñas quebradizas, pueden ser una señal de mala circulación.

4. Digestiones más lentas

El proceso digestivo requiere de un buen flujo sanguíneo para poder llegar a término correctamente. Por ello, cuando se produce de forma pesada, acompañado de: dolor abdominal, diarrea, constipación, calambres, deposiciones sanguinolentas, puede que esta sea una señal de mala circulación.

5. Defensas bajas

Este es otro aspecto que, aunque no suele asociarse a la mala circulación, se debe tener en cuenta. Cuando el flujo sanguíneo es más lento, el sistema inmunitario deja de detectar y de combatir patógenos con la eficiencia debida. Por ello, es más vulnerable a las infecciones.

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6. Manos y pies fríos

Este viene a ser el síntoma más conocido de mala circulación: la sensación de frío en las manos y los pies. Esta señal indica que la circulación sanguínea es más lenta en esas partes del cuerpo, porque la sangre tarda más tiempo en llegar a ellas. 

7. Fatiga

La fatiga crónica extrema es otro síntoma de mala circulación. Esto se debe a que el corazón debe bombear con más fuerza (lo cual viene a ser un sobreesfuerzo) para poder facilitar el retorno venoso y así, mantener el funcionamiento del organismo.

Cuando existe una cantidad de oxígeno y nutrientes pobre, al poco tiempo de empezar a trabajar, subir escaleras o hacer algo de ejercicio suave, aparecerán la fatiga y el malestar. Esto se debe en gran parte a la falta de oxígeno que reciben los músculos.

En caso de que experimentes alguno o varios de estos síntomas, acude a tu médico para que te haga una evaluación física y te indique cuál es el origen de tu malestar. En caso de que te indique que tienes mala circulación, procura seguir sus indicaciones y mejorar tu estilo de vida cuanto antes.

¿Cómo evitar la mala circulación sanguínea?

La mala circulación sanguínea se puede prevenir y combatir con un estilo de vida saludable que tenga entre sus pilares una buena alimentación y rutina de ejercicios.

Recuerda, los hábitos coherentes y sanos ayudarán a prevenir tanto la mala circulación como problemas más graves, como: infartos, varices, coágulos, trombos e, incluso, un ictus.


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