El síndrome de shock tóxico y el uso de tampones

El síndrome del shock tóxico está producido por una bacteria que suele proliferarse en ambientes húmedos. Su consecuencias pueden llegar a ser fatales si no se identifica a tiempo.
El síndrome de shock tóxico y el uso de tampones
Maricela Jiménez López

Revisado y aprobado por la médico Maricela Jiménez López.

Última actualización: 24 mayo, 2023

El síndrome de shock tóxico (SST) es una complicación que ocurre por la liberación de unas toxinas, vinculada principalmente al uso prolongado de tampones superabsorbentes. 

Aunque se trata de una afección poco común, ha conseguido cobrarse la vida de muchas mujeres. Por ello, no se deja de alertar e informar al respecto.

Cabe destacar que el síndrome de shock tóxico alcanzó una mayor popularidad cuando salió a la luz el caso de la modelo estadounidense Lauren Wasser, quien perdió una pierna a causa de ello a sus 24 años. Posteriormente, inició una batalla legal contra Kotex Natural Balance.

¿Qué es el síndrome de shock tóxico?

El síndrome de shock tóxico (SST) es una afección grave, algunas veces mortal, que se produce por bacterias como la Staphylococcus aureus y el Streptococcus pyogenes cuyo crecimiento anormal produce toxinas con un gran poder para desencadenar una sepsis.

Fue descubierta en la década de 1980 por el microbiólogo Philip Tierno y su equipo, quienes determinaron que su desarrollo se había dado por las condiciones que los materiales sintéticos le brindaban a las bacterias.

Muchos de esos materiales identificados ya no están permitidos en la industria, pero la enfermedad continúa siendo un problema y siguen surgiendo casos asociados.

Cabe aclarar que el SST no solo se produce como consecuencia del uso de tampones sino que también puede desencadenarse por otras complicaciones, como en ciertas cirugías, por ejemplo.

¿Por qué el uso de tampones se asocia al síndrome de shock tóxico?

Bacteriólogos y especialistas en enfermedades infecciosas sugieren que, dada la capacidad de absorción de los tampones y forma de colocación en la vagina, los estafilococos aumentan la producción de toxinas y consiguen el ambiente adecuado para proliferarse. Además, esto permite una mayor concentración de oxígeno en la zona, lo cual aumenta el riesgo de contraer una infección.

Por eso se aconseja utilizar este producto con cuidado y, en lugar de optar por las presentaciones superabsorbentes, utilizar aquellos que tengan menor grado de absorción.

Bajo ninguna circunstancia se debe utilizar un mismo tampón durante más de ocho horas seguidas.

¿Cuáles son los síntomas?

Al principio, el paciente experimenta un malestar general, acompañado de fiebre alta, confusión y mareos. Luego, conforme avanza, la tensión arterial disminuye, la piel presenta alteraciones y son recurrentes los episodios de vómitos y diarrea.

Dado que se complica de forma rápida y repentina, puede conducir a complicaciones muy graves como la insuficiencia renal, hepática o cardiaca. Y de no tratarse a tiempo, de la forma adecuada, puede causar la muerte del paciente.

¿Hay tratamiento? ¿Cómo es?

Tratamientos disponibles
Cuando se trata de una infección bacteriana, el médico puede sugerir la toma de antibióticos. Sin embargo, es importante consultar y no automedicarse.

El tratamiento general de la enfermedad incluye la administración de líquidos y antibióticos para frenar la producción de la toxina.

A su vez, se recurren a otros medicamentos y acciones para recuperar y mantener estables las constantes vitales del paciente: fármacos para tratar la hipotensión, terapia de soporte o recuperación de fluidos, entre otros. En caso de absceso, se drena el área para eliminar el pus.

Es necesario que los pacientes permanezcan bajo observación para que el médico pueda hacer un seguimiento de su presión sanguínea, respiración y actividad de sus órganos.

¿Es la prevención una buena estrategia?

Las infecciones por tampones no son habituales. Pero como nadie está totalmente exento de padecerlo si no se les da un uso adecuado, lo más conveniente es tomar medidas preventivas. 

  • Cambiar el tampón cada 4 horas. 
  • No utilizar el mismo tampón por más de 8 horas seguidas.
  • Por la noche, lo mejor será utilizar compresas. 
  • En caso de tener menstruación abundante lo mejor es optar por las compresas o bien, la copa menstrual.
  • Lo ideal es elegir los tampones de baja absorción ya que, cuanto más fluidos absorba, mayor es el riesgo de que se produzca un crecimiento mayor de las bacterias y, por tanto, se contraiga el síndrome del shock tóxico.

En definitiva, la prevención es la mejor estrategia para cuidar de la salud.

¿Qué más hay que tener en cuenta?

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A pesar de que hay quienes aseguran que menos de la mitad de los casos están relacionados con el uso de tampones propiamente, a modo de prevención, no se dejan de dar recomendaciones acerca de cómo realizar un uso adecuado.

El síndrome del shock tóxico es una enfermedad que requiere atención inmediata ya que, de lo contrario, las consecuencias pueden ser fatales. Asimismo, se recomienda consultar de inmediato al médico en caso de sentir los síntomas citados, sobre todo si se identifican los factores de riesgo.


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