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En ocasiones, 36 preguntas no bastan para enamorarse y enamorar. A veces, es suficiente con una mirada y otras nos hacen falta años para darnos cuenta de nuestros sentimientos.
Todos sabemos que uno de los factores claves para enamorarse y enamorar es, sin duda, establecer un espacio mutuo de intimidad.
Conseguir este vínculo de complicidad y confianza con otra persona nos ofrece de pronto una emoción intensa, mágica y especial que puede propiciar la aparición del amor.
Ya sabemos que, en ocasiones, la atracción entre dos personas escapa a la lógica y la razón. Sin embargo, son muchos los estudios que se han hecho para averiguar cómo funciona esta química, estos comportamientos y pulsiones humanas que hacen que nos juntemos en parejas.
Desarrollamos así, un fuerte sentimiento que puede durar meses y, por qué no, toda una vida.
Fue en 1996 cuando el psicólogo social Arthur Aron llevó a cabo un curioso experimento a nivel de laboratorio en su departamento de Relaciones Interpersonales en la Universidad de Stony Brook, en Nueva York.
Su objetivo era averiguar cómo funcionaban esas variables que podían establecer una unión entre dos personas desconocidas. Quiso averiguar cómo, mediante una serie de preguntas, se conseguía crear entre ellas un fuerte vínculo de intimidad.
En un principio, el trabajo de Aron no buscaba en absoluto conseguir que dos personas se enamoraran. Su trabajo era puramente académico y llevado a cabo como decimos en un contexto experimental y de laboratorio.
Ahora bien, en enero de este mismo año, la revista «The New York Times» publicaba nuevamente este estudio de mano de una académica: Mandy Len Catron.
¿Su intención? Según ella misma, mediante las 36 preguntas que el profesor Aron estableció para conseguir ese vinculo de intimidad entre dos personas, era posible enamorarse y enamorar.
Ella lo había realizado y daba constancia de que era así. Estamos seguros de que este tema te va a interesar. Descubre con nosotros cómo funciona esta batería de preguntas.
Empezaremos aclarando una serie de aspectos. Las preguntas que vas a leer a continuación ahondan en temas muy íntimos y personales. De hecho, es muy posible que parejas ya establecidas no hayan llegado nunca a plantearse uno al otro toda esta serie de cuestiones.
Las 36 preguntas están dispuestas en tres bloques.
De hacer esta prueba con un desconocido deberíamos ir con calma y realizar, en primer lugar, la serie inicial, de forma que nosotros mismos pudiéramos ver cómo nos notamos.
Si percibes incomodidad, es mejor dejarlo. Pero si notas que se crea cierta complicidad y el ambiente es lo bastante cómodo como para facilitar el diálogo con facilidad, adelante. La experiencia vale la pena.
Cabe decir que en caso de que ya dispongas de pareja, es muy interesante llevar a cabo esta prueba igualmente.
Lejos de ser un simple juego, cada pregunta «escudriña, ahonda y enciende». Saldrán a la luz los miedos y las necesidades personales, los defectos y las virtudes. Esas voces en ocasiones muy calladas que no siempre evidenciamos con tanta facilidad ante quien queremos .
Te animamos a realizar estas 36 preguntas con quién tu desees. Con ellas, conseguiremos desnudarnos y desnudar a quien tenemos en frente para verlo como igual, reflejarnos, saber y comprender al otro.
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¿Empezamos?
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En conclusión, estos trabajos sobre las relaciones humanas y las emociones siempre resultan interesantes. Ahora bien, nunca debemos olvidar que en ocasiones 36 preguntas no bastan para enamorarse o enamorar.
A veces es suficiente con una mirada o, por el contrario, hacen falta varios años para darnos cuenta de que amamos a alguien.
Es sin duda, una aventura que siempre merece la pena experimentar.