6 razones del porqué a las mujeres les gusta recibir nalgadas

Sin necesidad de llegar al sadomasoquismo, podrías incluir unas atrevidas "nalgadas" en tu encuentro e incrementar así el nivel de excitación. 
6 razones del porqué a las mujeres les gusta recibir nalgadas
Isbelia Esther Farías López

Revisado y aprobado por la filósofa Isbelia Esther Farías López.

Última actualización: 28 agosto, 2022

A algunas mujeres les gusta recibir nalgadas. Esto se ha convertido en un acto que muchas parejas disfrutan en la intimidad. No se trata de una forma de agresión, sino que conforman una parte de un juego que puede ayudar a aumentar el deseo y, al mismo tiempo, generar placer.

Aunque a muchos les pueda causar extrañeza, hay mujeres que piden recibir algunas nalgadas en la cama para excitarse más. Por lo general, suelen indicar cómo y en qué punto exacto les gusta más recibirlas.

Así pues, es evidente que para ellas, lejos de causar dolor, este tipo de contacto permite gozar del encuentro, como puede ocurrir, asimismo, con otras prácticas.

¿Por qué a las mujeres les gusta recibir nalgadas?

Ante la palabra “nalgada”, es frecuente pensar en el castigo físico. Sin embargo, no se trata de eso, sino de un juego de adultos que resulta placentero para las mujeres por varias razones.

Así, pues, las nalgadas que se dan en la cama para excitar a una mujer no forman parte de un castigo, sino de una práctica sexual que puede brindarles mucho placer, a ambos.

1. Reacción orgánica

Durante el sexo, el cerebro produce endorfinas, neurotransmisores encargados de generar sensaciones de bienestar. Al recibir nalgadas, se activa un efecto analgésico propio de las endorfinas.

Esto se describe en un estudio de 1992 publicado en el Journal of Neurology, Neurosurgery & Psychiatry. Según el mismo, el resultado es la reducción del dolor y la excitación, al mismo tiempo.

2. Sensibilidad del área

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Las nalgas están ubicadas al borde de la espina dorsal, donde se encuentran muchos de los receptores de los nervios, tal y como detallan publicaciones especializadas en Medicina.

Por esa razón, recibir un golpe en esa zona puede resultar más bien placentero, a diferencia de lo que ocurriría en otras partes del cuerpo. Además, la persona sabe que la intención no es la agesión.



3. Las nalgadas y el contexto cultural

La cultura y la sociedad también influyen en el factor sexual, como se explica en una tesis presentada en la Universidad de Granada. Y las nalgadas constituyen un acto que se ha practicado desde hace bastante tiempo.

También, a medida que más personas lo realizan, o más leemos sobre ello, se incrementan los deseos de probarlo. Incluso, aquí habría un factor de transgresión, en el sentido de que se disfruta haciendo algo que podría considerarse inapropiado.

4. Relación entre placer, dolor y castigo

Sabemos que las nalgadas están relacionadas con un posible castigo, pero la combinación con el sexo les quita ese matiz y les añade una dosis de algo más: el placer culpable, o el placer asociado con la culpa, incluso con el dolor, aunque sin agresión, ya que se presentan en una situación consensuada, en la que ambos confían.

5. Sumisión

A algunas personas les resulta placentero entregar el poder a su pareja y experimentar la sensación de que hay cierto “dominio” sobre ellas, en ese momento. De hecho, ya la postura sexual que se adopta para recibir nalgadas implica cierto sometimiento.

6. El factor sorpresa

Y, por último, el solo hecho de que pueden aparecer súbitamente en una situación de placer, resulta excitante. Es el factor sorpresa que a veces falta en una relación para salir de la rutina.

¡Y a los hombres les fascina dar nalgadas!

Algunos hombres son los principales impulsores de que las nalgadas formen parte de las relaciones. A ellos les gusta porque reafirman su lado masculino; es una formar instintiva de “marcar su territorio”.

Disfrutan de sentir la carne de su pareja a través de una palmada o tanteando su trasero porque, además, los glúteos están cerca la vagina y esto los hace más provocativos.

En el sexo es tan placentero dar como recibir, lo que hace que los hombres se exciten al sentir cómo se mueve el cuerpo de su pareja al recibir una nalgada. También se eleva su ritmo cardíaco, lo que estimula que la sangre circule y facilite la erección.

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Para dar y recibir unas buenas nalgadas

Es curioso que la idea de que alguien nos dé nalgadas pueda ser considerado erótico, pero es cierto. Si quieres experimentar con uno de estos “golpecitos”, te proponemos seguir estos pasos:

  • Toma la delantera y pídele a tu pareja que te dé una palmadita en la cama. Es más espontáneo y funciona bien para las relaciones que tienen buena comunicación.
  • Sugiéreselo en una conversación y hablen acerca de los gustos de cada uno.
  • Dale un buen masaje o pídele que lo haga por ti usando un aceite especial. Esto hará maravillas más adelante, cuando comiences a incorporar las palmadas.
  • Esto de las nalgadas no sabe de géneros, pueden dártelas a ti o tú dárselas a tu pareja. Todo es cuestión de gustos; mientras los dos estén de acuerdo, vale la pena experimentar.

A disfrutar las nalgadas…

No se recomienda dar nalgadas como una forma de castigo corporal, ni mucho menos, en la formación de los hijos. Sin embargo, entre los adultos, en la intimidad y durante el acto sexual, son otra cosa, es decir, su connotación es distinta: constituyen otra forma de placer.

En definitiva, el sexo es un fenómeno peculiar que vale la pena estudiar para comprenderlo. En este artículo, conocimos varias razones que explican el porqué a las mujeres les gusta recibir “nalgadas”; pero puee haber más y todas son válidas. Así que, ¡prepara tus glúteos, relájate y disfruta de unas buenas nalgadas!


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