5 maneras efectivas de eliminar los mocos de tu hijo

Aunque los mocos son un mecanismo de defensa del organismo, si se acumulan pueden ser un problema mayor para los bebés y los niños pequeños.
5 maneras efectivas de eliminar los mocos de tu hijo
Maricela Jiménez López

Revisado y aprobado por la médico Maricela Jiménez López.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 06 julio, 2023

Los mocos forman parte del mecanismo de defensa del organismo contra los virus y las bacterias que pueblan el aire. Sin embargo, una mucosidad excesiva en bebés o niños pequeños es molesta, ya que no pueden o no saben como expulsarlos. Por eso, te diremos como eliminar los mocos de tu hijo de forma efectiva.

Los mocos y la flema en exceso dificultan la respiración; con lo cual, los niños pasan malas noches y tienen peores días. Se sienten mal y con ellos también sus padres, que no saben qué hacer.

Lo primordial si esto sucede es acudir al médico o pediatra familiar para que les realicen una revisión. En esta línea, algunas acciones también son beneficiosas para aliviar esta sensación o prevenirla con anterioridad. ¡Toma nota!

¿Por qué aparecen los mocos?

Los mocos y las flemas provienen de las vías respiratorias. La diferencia es que los primeros son expulsados por la nariz y las segundas, por la boca. Según explica un artículo publicado por The Nemours Foundation, estas mucosidades son segregadas para defender al organismo de agentes externos como virus, bacterias y partículas irritantes que entran por la nariz.

Los gérmenes se quedan adheridos a estas mucosidades y pueden ser eliminados. De esta manera, el organismo evita que proliferen y se produzcan infecciones.

Cuando un niño se enferma de las vías respiratorias, aumenta la producción de moco para combatir la infección. Pero no hace falta que el pequeño esté enfermo para que se presenten mocos y flemas. Estos se segregan de forma preventiva; ya que el organismo detecta que hay factores ambientales perjudiciales y los genera para defenderse.

¿Qué pasa con los mocos en bebés y niños?

Los bebés y los niños pequeños no saben sonarse bien. Por eso, mientras crecen y aprenden, es común que segreguen un poco más de moco del que pueden eliminar. Y su organismo reacciona ante este exceso de mucosidad tosiendo y estornudando.

Como bien se explica en un artículo publicado por la Revista El Farmacéutico, la tos es el mecanismo utilizado por el cuerpo para movilizar y expulsar la mucosidad de los pulmones. Por eso, hay que permitir que los niños tosan antes de recurrir a medicamentos. Eso sí, vigilando que esta no provoque molestias ni dificulte su calidad de vida.

En el caso de los bebés, las flemas les hacen sufrir arcadas, incluso vómitos. Asimismo, las diarreas suelen ser comunes en períodos de mucosidad excesiva; ya que el bebé se traga las flemas y las expulsa a través de las heces.

En cualquier caso, los problemas se presentan cuando los mocos se acumulan. En este sentido, se pueden desencadenar dificultades para respirar, sinusitis (inflamación de los senos paranasales) o sorderas producidas por otitis (inflamación del oído debida, sobre todo, a una infección).

¿Cómo eliminar los mocos?

Los mocos no se eliminan de forma definitiva porque, en cuanto son expulsados, las mucosas respiratorias vuelven otra vez a formarlos.

No obstante, existen algunos métodos que, aprobados antes por un especialista, contribuyen a evitar la acumulación y a limpiarlos de forma puntual. Además, cabe decir que los adultos saben cómo sonarse la nariz y cómo expulsar la flema. Pero, en el caso de bebés y niños, hay que ayudarlos.



1. Lava las fosas nasales

Eliminar los mocos de tu hijo con lavados nasales
Entre los beneficios de los lavados nasales en los niños pequeños están su elevada efectividad y bajo costo.

Lavar las fosas nasales con suero fisiológico o solución salina es el método más utilizado y eficaz para ayudar a tu hijo a eliminar los mocos. Además, no irrita ni tiene efectos secundarios.

Lo mejor es utilizar una solución en spray o aerosol, aunque también se puede administrar con goteros. Eso sí, hay que evitar el uso de jeringuillas porque es más difícil calibrar la presión con la que sale el líquido y se puede ocasionar un mal mayor.

Para aplicar el líquido:

  • Acuesta al bebé o al niño de lado y aplica el suero fisiológico en el orificio nasal que queda hacia arriba.
  • Luego, tumba al niño hacia el otro lado y repite el procedimiento en el otro orificio.
  • Puedes calentar el envase de suero fisiológico con las manos antes de aplicarlo para que el líquido resulte menos molesto.

2. Usa aspiradores nasales con precaución para eliminar los mocos

Si bien lo ideal es no abusar de estos instrumentos, las peras o aspiradores nasales funcionan bien después de lavar las fosas con el suero fisiológico. Estas son de utilidad para eliminar los mocos que se encuentran en la nariz de tu hijo, pero no sirven para las flemas.

Por otro lado, la “Guía de 2020 para madres y padres de bebés prematuros tras el alta hospitalaria” advierte que:

  • Es recomendable ablandar la mucosidad espesa antes de aspirar la zona.
  • Hay que usar las peras con precaución para no dañar la mucosa nasal.

Por eso, esperar a que el moco sea expulsado de forma natural después del lavado es lo más recomendable.

3. Mantén al niño hidratado

El agua alivia el malestar que ocasiona la mucosidad excesiva en bebés y niños. Esto es porque los líquidos ayudan a hidratar la garganta, que suele resecarse cuando la nariz está congestionada. Además, licúan las flemas que son tragadas; evitando que se acumulen y pasen a los oídos.

La hidratación también ayudará a diluir los mocos y las flemas del bebé, haciendo que sean menos espesos y facilitando su expulsión. Esto se debe a que la mayor parte del moco de tu hijo es agua, por lo que mientras mayor cantidad del líquido tenga el organismo, más fluido y diluido estará el moco.

Por este motivo, hay que incentivar la ingesta de agua en los niños. Aunque también pueden tomar jugos de frutas naturales que incrementen sus defensas, como aquellos hechos con naranja y limón.

Por otro lado, la mejor forma de tener hidratado a un bebé es con lactancia materna. El sistema inmunitario de la madre, además, ayuda al bebé a defenderse de la infección; con lo cual, el beneficio es doble: hidratación e inmunización.

4. Procura un ambiente húmedo

Los ambientes húmedos contribuyen a mejorar la congestión nasal y la tos. Por ende, es posible utilizar un humidificador en la habitación, pero hay que tener la precaución de limpiarlo a diario para evitar que proliferen hongos y bacterias.

Siguiendo los métodos tradicionales, también puedes preparar un baño caliente al niño o meterlo en una habitación donde has colocado una olla con agua caliente y algunas hierbas como eucaliptos, menta o malva. Eso sí, procura que el niño respire ese vapor de agua sin acercarse demasiado.

Según un estudio avalado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), algunas madres utilizan el vaho que producen esas plantas para ayudar al niño a eliminar los mocos, pero hay que tener sumo cuidado con el calor. No dejes al niño solo mientras se aplica este remedio natural y consulta antes a un especialista; sobre todo, si hay problemas alérgicos o respiratorios.

5. Mantén el hogar limpio

5 zonas del hogar donde se acumulan más bacterias.

La acumulación de polvo en una zona genera el ambiente ideal para aumentar la producción de mocos. Así que limpia a diario, tratando de no levantar el polvo. Para ello, evita el uso de escobas, aspiradoras o ventiladores; lo mejor es usar un paño humedecido.

Por otro lado, las almohadas, los cojines y los peluches pueden acumular polvo. Evalúa cuántos de estos objetos debes conservar, con qué frecuencia los debes lavar o cuáles deben ser descartados.

También es importante que evites el uso de productos de limpieza abrasivos; ya que suelen expeler gases que irritan las vías respiratorias. En esta línea, el vinagre blanco es la mejor opción natural para eliminar gérmenes y bacterias en el hogar.



Otras medidas para eliminar los mocos de tu hijo

Si bien las opciones anteriores resultan las más efectivas de todas, existen otras medidas que se puede aplicar para favorecer el proceso. Estas medidas puede que no ayuden a eliminar el moco de tu hijo propiamente dicho, pero aliviarán los síntomas presentados, haciendo que se sienta mejor. Dentro de estos consejos destacan los siguientes:

  • Colocar un paño húmedo y tibio en la cabeza del niño.
  • No suprimir la tos.
  • Mantener la cabeza elevada.
  • No fumar cerca del pequeño.
  • Evitar que el niño esté en contacto con olores fuertes como perfumes.
  • Bañar al pequeño con agua tibia o caliente.
  • Limpiar la nariz y la garganta del bebé con una gasa o paño suave.
  • Darle de comer frutas con mucha agua al niño.
  • Añadir aceite esencial de eucalipto a la bañera antes del baño.
  • Haz que duerma lo suficiente.

Eliminar los mocos de tu hijo para que no se acumulen

Aunque es bueno no obsesionarse con los mocos, hay que actuar con decisión para evitar que se acumulen. Como has comprobado, la tos, el agua o la limpieza son aliados naturales para ayudar al hijo a aliviar la congestión y eliminar los mocos. Eso sí, evita automedicar a bebés y niños con mucolíticos de venta libre en las farmacias.

Si los mocos, la flema y la tos son persistentes y ocasionan malestar, consulta con el pediatra. El médico especialista es quien puede hallar si hay una razón de mayor peso que esté causando la mucosidad excesiva, y te aconsejará el mejor método para eliminar los mocos.


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