5 posturas para practicar sexo anal

Muchas mujeres se niegan al sexo anal por miedo al dolor o porque están convencidas de que no es un acto natural. Te sugerimos diferentes posturas sexuales para que te sientas cómoda.
5 posturas para practicar sexo anal
Isbelia Esther Farías López

Escrito y verificado por la filósofa Isbelia Esther Farías López.

Última actualización: 04 noviembre, 2023

Aunque muchas personas tienen el sexo anal dentro de sus principales fantasías, aún hay muchos que tienen prejuicios acerca de esta práctica y por tanto, la evitan. No obstante, es cierto que en los últimos tiempos el sexo anal ha ido ganando más y más terreno en la intimidad de las parejas. 

Existen diferentes posturas sexuales (tanto cómodas para ambos como estimulantes) que pueden adaptarse a la pareja para la práctica del sexo anal. Es posible que incluso algunas ya las hayan practicado durante sus encuentros con intimidad oral o vaginal.

Cabe destacar que el sexo anal no está limitado a las parejas homosexuales. Cualquiera puede disfrutarlo, siempre y cuando se lleve a cabo de forma consensuada y sana.

Por otra parte, hay que aclarar que la práctica del sexo anal no elimina el sexo genital. Simplemente se trata de otra forma de alcanzar el placer y disfrutar de la pasión en pareja.

5 posturas sexuales para practicar sexo anal

1. La postura de la cucharita

La mujer se coloca de lado en posición fetal y su pareja por detrás toma el control de la situación. Es una forma más romántica de practicar sexo anal. Él puede abrazarla y comenzar la penetración suavemente susurrando palabras tiernas en su oído. La mujer, por su parte, puede tumbar su torso hacia adelante si desea modificar la posición de su vagina.

2. El perrito

Es la postura sexual más conocida para practicar sexo anal. Algunos la definen como pasional y sumamente excitante para los hombres. Desde su lugar se sienten seres con todo el poder y la mujer juega un rol más sumiso. Cada movimiento y gesto está a la vista del macho que arrodillado o parado domina el acto.

Con sus manos puede estimular el clítoris o marcar el ritmo tomando de las caderas a su amada. Otros, optan en algún momento por tirarse unos centímetros sobre la espalda de la compañera y agarrarse de sus pechos.

En esta postura sexual la penetración es más profunda y directa. La mujer apoyada en sus rodillas y manos puede hacer un balanceo para acompañar. Asimismo, también es una posibilidad que baje el pecho hacia el piso. Una pequeña variante que provoca otras sensaciones durante el coito.

3. El ventilador

Para practicar sexo anal con esta postura se necesita un elemento adicional. Puede ser una silla, una mesa o cualquier mueble que permita a la mujer ponerse en posición. Ella se estira hacia adelante y se apoya en el mueble.

Se recomienda que abra un poco sus piernas -que permanecen rectas en el piso-. El hombre se ubica entre los miembros inferiores y tiene el ano a disposición. La fuerza de la penetración y el ritmo es fundamental con esta postura para no ocasionar dolor.

4. La cabalgata

La mujer también puede, al practicar sexo anal, ser la que tenga el control. La cabalgata de frente o de espaldas al compañero es la postura que le brinda a la mujer el control. Ella decide cuánto tiempo dura, si es más rápido o más lento, más suave o más pasional. Y él, simplemente, disfruta de verla moverse encima mientras decide si usar sus manos o dejarlas a los laterales.

5. La rana

En esta postura sexual quien recibe sexo anal se tumba boca abajo en la cama doblando las piernas como una rana. El hombre se coloca encima por detrás y puede estimular primero el ano para proceder al coito. Es aconsejable para las parejas que se están iniciando en esta práctica sexual.

El consenso es clave

Para practicar sexo anal ambos deben estar seguros de la decisión. Si uno tiene miedo al dolor o simplemente no está de acuerdo con este tipo de sexo, hay que respetar su oposición. Obligar nunca es una buena opción, ya que los nervios pueden afectar a la dilatación y terminar lesionados.

Asimismo, el uso de lubricantes a base de aceite es de gran ayuda para hacer más fácil la penetración. El hombre debe ser responsable en el acto y estar consciente de que el control de su fuerza es fundamental. Los lubricantes a base de agua se pueden usar, pero hay que tener en cuenta que estos se suelen absorber más rápido y que habrá que retocar por ratos.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.