5 tipos de dosis en farmacología

Tener en cuenta las dosis adecuadas de cada medicamento es indispensable para que los fármacos tengan el efecto que buscamos. En algunos casos, excedernos puede llevarnos a atentar contra nuestro propio bienestar.
5 tipos de dosis en farmacología

Última actualización: 31 mayo, 2023

Los médicos son grandes conocedores de los tipos de dosis en farmacología que más se adecuan a cada paciente y sus necesidades. Por esto mismo, necesitamos sus indicaciones antes de tomarnos muchos tipos de medicamentos.

Cada vez que intentamos automedicarnos estamos cometiendo un gran error. Al hacerlo, es común que terminemos con una dosis inadecuada y que el problema inicial no se resuelva, sino que empeore y nos lleve a sentirnos peor.

A continuación descubriremos hasta 6 tipos de dosis en farmacología que es necesario que conozcamos y tengamos bien presentes. No solo para saber su significado, sino para ser conscientes de la importancia que tiene acudir a un profesional que nos indique la dosis adecuada del medicamento recetado.

Tipos de dosis en farmacología imprescindibles

Vamos a tratar cada uno de los 6 tipos de dosis en farmacología por separado. Los veremos en profundidad, pondremos algún ejemplo y descubriremos por qué no es nada recomendable que nos automediquemos. ¡Vamos a ello!

1. Dosis ineficaz

Este primero hace referencia a esa dosis que resulta ineficaz para un paciente.

Imaginemos que nos han recetado un jarabe para aliviar la tos, pero a pesar de tomar la dosis máxima permitida no produce ningún efecto. Cuando una dosis resulta ineficaz lo que suelen hacer los médicos es recetar otro fármaco diferente, pero cuyo objetivo sea el mismo.

En ocasiones, por motivos que a veces no tienen respuesta, algunos fármacos no nos ayudan a resolver las enfermedades que padecemos.

Ver también: La buena atención farmacéutica

2. Dosis mínima

Cuando se nos receta un fármaco, siempre existe una dosis mínima y otra dosis máxima que no debe nunca superarse. Lo normal es que al principio siempre se nos recete la dosis mínima. Esta es la cantidad más pequeña de un medicamento que nos produce algún efecto sanador.

Si tenemos gripe, por ejemplo, y nos recetan unos sobres efervescentes para aliviar los síntomas, es muy posible que con la dosis mínima (2 al día) nos vaya bien.

3. Dosis máxima

¿Qué ocurre si con dos sobres efervescentes al día los síntomas de la gripe no remiten? Que tendremos que probar a aumentar esa dosis. Dependiendo de los fármacos se puede hacer de manera paulatina.

Por ejemplo, si estamos tomando unas pastillas y la dosis mínima es tomar una, pero la máxima es tomar hasta tres, antes de llegar a este extremo probaremos a tomar dos. De esta manera, evitaremos consumir una dosis mayor innecesaria. Este tercer tipo de dosis en farmacología es de vital importancia que no lo sobrepasemos. Pues, la dosis máxima de un medicamento no encierra ningún riesgo. Pero, si pasamos esta frontera, puede que nos pongamos en peligro.

4. Dosis tóxica

Cuando nos excedemos y sobrepasamos la dosis máxima y segura de un fármaco entraremos en lo que conocemos como dosis tóxica.

Le brindamos al cuerpo una cantidad de fármaco que ya resulta dañina y los efectos secundarios no tardarán en aparecer. Vómitos, diarreas, bajadas de tensión… Estos son algunos de los síntomas que puede acarrear una dosis tóxica de un medicamento.

¿En qué momentos incurrimos en una dosis tóxica? Cuando un medicamento no nos hace efecto, desesperados y sin tener bien claro la dosis máxima.

5. Dosis mortal

Es muy importante que prestemos mucha atención al último de los tipos de dosis en farmacología. Porque, aunque algunos medicamentos por mucha cantidad que se ingieran solo puedan resultar tóxicos, otros pueden llevar a la muerte.
Los medicamentos destinados a aliviar depresiones o síntomas de ansiedad son muy susceptibles de llevarnos hacia una dosis mortal si nos excedemos en su consumo.

En ocasiones, para llegar a una dosis mortal hay que consumir una gran cantidad de fármaco. El seguimiento y la receta emitida por parte de un médico es siempre muy importante. Automedicarnos puede llevarnos a una dosis tóxica o mortal por total desconocimiento.

Sin embargo, el hecho de que un profesional haga un seguimiento de todo esto nos garantizará que, al final, consumamos aquello que nos va a hacer efecto en las dosis adecuadas.


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