6 consejos para curar las heridas de un niño

¿Sabes qué tienes que hacer para curar las heridas de un niño? Es importante saber actuar, por eso, en esta ocasión te compartimos algunas recomendaciones.
6 consejos para curar las heridas de un niño
José Gerardo Rosciano Paganelli

Revisado y aprobado por el médico José Gerardo Rosciano Paganelli.

Última actualización: 25 mayo, 2023

Los raspones, arañazos y cortes son parte de la vida cotidiana de los más pequeños. Por eso, antes de perder la calma en dicha situación, es importante saber cómo curar las heridas de un niño y qué procedimiento seguir para su correcta limpieza y desinfección.

Pero antes de nada, es primordial evaluar si se trata de las típicas heridas superficiales o si es un tipo de lesión que requiere intervención médica. Cuando hay sangrado abundante o sus bordes no se juntan, lo mejor es acudir a emergencias, por si el niño necesitase puntos u otros tratamientos.

Si, por el contrario, es algo leve, entonces conviene aprender algunas medidas sencillas para tratarlas en casa. ¿Qué hay que hacer en estos casos? ¿Cuáles son los remedios que se pueden usar? A continuación, te resolvemos estos interrogantes y te aclaramos qué errores conviene evitar.

Los mejores consejos para curar las heridas de un niño

 

Madre curando herida de su niña
Brindar seguridad a los niños es el requisito previo a la curación de las heridas.

La primera medida para curar las heridas de un niño es mantener la calma. A veces las reacciones de los adultos ante la presencia de sangre aumentan el temor en los pequeños y la situación se torna estresante. Por eso, es primordial transmitirles seguridad y darles a entender que todo estará bien.

Luego, tras evaluar la severidad de la lesión, es momento de proceder a desinfectarla para evitar que se genere una infección. Lo indicado es utilizar guantes desechables para que las manos no tengan contacto directo con la sangre y la zona expuesta.

1. Enjuagar con agua y jabón para curar las heridas de un niño

El desinfectante más económico y accesible es el agua con jabón neutro. Así pues, después de que la sangre haya dejado de brotar, lo primero que hay que hacer, tal y como señala esta información de la American Academy of Pediatrics (AAP), es enjugar el área lesionada, teniendo cuidado de no maltratar más la piel. Uno de los objetivos será eliminar los restos de suciedad o sangre para poder tratar como tal la herida.

2. Aplicar un antiséptico

La aplicación de un antiséptico tiene dos objetivos al curar las heridas de un niño: por un lado, eliminar los microbios que hayan podido quedar a pesar del lavado. Por otro, tiene un efecto protector que impide que la lesión se contamine en horas posteriores. Al ponerlo sobre la lesión, se debe empezar desde el centro hacia los bordes.

Así, los gérmenes no pueden pasar desde la periferia al interior de la herida. También se debe aplicar con la ayuda de una gasa estéril o paño limpio. En estos casos se recomiendan opciones como la clorhexidina, que no produce irritación.

3. Usar protección

Usar vendaje al curar las heridas de un niño

Dado que son erosiones pequeñas y sin gravedad, no es necesario taparlas. Sin embargo, si existe el riesgo de roces o contaminación, lo mejor es cubrirla con un vendaje suave o blanda.

4. Emplear remedios caseros

Hay varios remedios de origen natural que pueden ayudar a proteger la piel en caso de no contar con un antiséptico convencional. Estas alternativas, entre otras cosas, contienen nutrientes y propiedades que ayudan a cicatrizar en menos tiempo. Algunas opciones recomendables son:

  • Miel de abejas orgánica.
  • Gel de aloe vera.
  • Agua con un par de gotas de aceite esencial de árbol de té.

5. Repetir la desinfección

A pesar de que la herida es superficial y no suele haber demasiado riesgo, lo más conveniente es repetir el proceso de curación cada vez que el niño se duche. De esta manera, se evitan posibles infecciones.

6. Utilizar gasas estériles

Si la herida es sangrante, se deben utilizar gasas estériles o cualquier pañuelo limpio para tratar de cortar un poco la circulación. No se debe aplicar demasiada presión; esta debe ser directa y suave. Si la hemorragia es evidentemente alarmante o si dura más de cinco minutos, es mejor acudir al médico.

Errores que no debes cometer al curar las heridas de un niño

Seguir las recomendaciones anteriores es la forma adecuada de curar las heridas de un niño. Sin embargo, cabe mencionar de manera especial esos errores que es mejor evitar al manipularlas en casa, por lo que lo más recomendable siempre es acudir al médico:

  • Frotar de forma brusca para quitar la suciedad.
  • Intentar extraer un cuerpo extraño sobre la herida (como vidrio, por ejemplo).
  • Poner vendajes demasiado ajustados.
  • Usar algodón y alcohol.
  • Aplicar ungüentos o antibióticos sobre la herida.
  • Retrasar la asistencia médica cuando es necesaria.

Síntomas de infección de una herida

A pesar de seguir las recomendaciones para curar las heridas de un niño, a veces es inevitable que se generen infecciones. De ocurrir esto, lo mejor es acudir al médico para conocer qué pautas seguir para su control. Los síntomas de infección pueden incluir:

  • Inflamación o edema en los bordes de la herida.
  • Enrojecimiento del contorno de la piel afectada.
  • Sensación de calor y pinchazos.
  • Herida de color amarillo-verdoso (con pus).
  • Sangrados intermitentes.

En definitiva, para curar las heridas de un niño has de seguir tres pasos simples: calmar, lavar y desinfectar. Si hay complicaciones o señales evidentes de lesiones graves, entonces, lo mejor es ir cuanto antes a emergencias.


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