6 cosas que te pueden estar causando calambres

Aunque lo más común es que se deban a un sobresfuerzo físico o a una falta de electrolitos, si los calambres se presentan de forma frecuente es conveniente acudir al médico.
6 cosas que te pueden estar causando calambres

Última actualización: 25 mayo, 2023

Los calambres son contracciones involuntarias de uno o más músculos. Producen una sensación de dolor que puede ser leve o intensa, la cual puede prolongarse por varios minutos.

Una de sus características principales es que impide la relajación del músculo al instante, lo que hace que se torne rígido y tenso.

Por lo general, involucran los miembros inferiores, como la zona posterior de la pierna y el muslo, aunque también se dan en las manos, los brazos y otras partes del cuerpo.

Si bien no representan algo grave y se dan de forma esporádica, a veces indican otros problemas a los que sí se les debe prestar más atención. Por esta razón, si se vuelven recurrentes, lo más conveniente es evaluar si tienen que ver con alguno de los 6 factores que compartiremos a continuación.

1. Mala circulación sanguínea

La mala circulación puede provocar calambres.

Los trastornos que dificultan la circulación de la sangre son una de las causas que, a menudo, originan dolorosos calambres musculares.

A lo largo de la jornada los músculos dependen de la buena circulación para recibir el oxígeno que necesitan para funcionar correctamente. Si los vasos sanguíneos no consiguen transportarlo, las células musculares no procesan de forma óptima sus impulsos y, producto de esto, se produce la contracción.

Es necesario revisar qué está ocasionando la mala circulación y, basado en esto, darle un tratamiento.

2. Deficiencia de minerales

La mayoría de los pacientes que experimentan calambres recurrentes tienen una deficiencia de magnesio. Sin embargo, la falta de este mineral no es la única relacionada.

En general, los músculos pueden sufrir esta dolencia por una baja concentración de electrolitos debido al desequilibrio de potasio, calcio y sodio.

Es muy común entre los deportistas y personas expuestas a actividades físicas de alta exigencia ya que, a través del sudor, se eliminan estas sustancias.

  • Para contrarrestarlo es fundamental consumir bebidas isotónicas, en especial después de entrenar.
  • Así mismo, se debe aumentar el consumo de estos nutrientes, ya sea mediante frutas, vegetales o cualquier alimento saludable que los contenga.

3. Deshidratación

Los calambres o espasmos musculares son más recurrentes en los lugares de clima caluroso o los meses de verano. Sin embargo, no quiere decir que la temperatura como tal sea su causa.

La pérdida de fluidos debido a la transpiración, así como el deficiente consumo de agua, pueden dar lugar a este molesto síntoma.

La deshidratación sensibiliza las terminaciones nerviosas y desencadena contracciones en diferentes grupos musculares del cuerpo.

  • Con el fin de evitarlo se recomienda el consumo de 6 a 8 vasos de agua al día.
  • También es recomendable ingerir infusiones, jugos naturales o frutas ricas en agua.

4. Sobrecarga física

El exceso de actividad física, ya sea por una maratón, un entrenamiento de alta intensidad o un trabajo específico, puede producir calambres en las piernas en horas posteriores a su realización.

Cuando los músculos quedan demasiado agotados, las células musculares se irritan y no consiguen procesar de forma correcta las señales electrónicas que reciben.

  • Para evitarlo, y para prevenir otras lesiones, es primordial adoptar planes de entrenamiento acordes a la capacidad física.
  • Además, antes y después de finalizar una rutina, se deben realizar ejercicios de calentamiento y estiramiento, respectivamente.

5. Temperaturas frías

Los calambres también pueden producirse por las temperaturas frías.

La exposición del cuerpo a bajas temperaturas, en especial en un cambio brusco de calor a frío, puede conllevar a una fuerte tensión de los músculos. Este tipo de calambres es menos frecuente y puede evitarse tomando medidas para mantener el calor corporal en niveles estables.

6. Motivos anatómicos y médicos de los calambres

Los calambres son tan comunes que muchos no alcanzan a imaginar que se pueden originar por cuestiones anatómicas y médicas. Si bien estas últimas deben ser evaluadas por un especialista, no hay que descartar la posibilidad.

Entre estas causas se incluye:

  • Cirrosis hepática.
  • Vasos constreñidos.
  • Lesiones en los nervios.
  • Desalineaciones de las piernas, caderas o tronco.
  • Efectos secundarios de algunos medicamentos.
  • Alteraciones metabólicas como diabetes, hipotiroidismo e hipoglicemia.
  • Enfermedades neurológicas como la enfermedad de Parkinson, enfermedades de la neurona motora o enfermedades primarias de los músculos (miopatías).
  • Insuficiencia venosa y venas várices.

Nos atrevemos a asegurar que todos, por lo menos, una vez en nuestra vida, nos hemos enfrentado a este incómodo síntoma.

No suele ser necesario un tratamiento porque desaparecen rápido. Sin embargo, si aparecen de forma constante, en especial durante la noche, lo mejor es consultar al médico.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.