14 señales de un nivel alto de azúcar en la sangre

Sed excesiva, hambre, micciones frecuentes y pérdida de peso podrían ser indicativos de que tienes el azúcar alto. Descubre otros signos y previene enfermedades como la diabetes.
14 señales de un nivel alto de azúcar en la sangre
Leonardo Biolatto

Revisado y aprobado por el médico Leonardo Biolatto.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 09 enero, 2024

Tener un nivel alto de azúcar en la sangre puede indicar que algo no está muy bien en nuestro sistema. La diabetes, la prediabetes y el síndrome metabólico son algunas condiciones que comparten este síntoma. No hay que alarmarse, todas son controlables si se detectan a tiempo.

Afortunadamente, el cuerpo puede dar señales de hiperglucemia (azúcar alta) de manera progresiva. En muy pocos casos se manifestará con signos agudos o urgentes y, si estamos atentos a detectar los signos iniciales, podremos efectuar una consulta que nos permita iniciar un tratamiento acorde.

Valores superiores a 125 mg/dL de glucosa en la sangre en ayunas o mayores a 180 mg/dL tras dos horas de haber comido se consideran elevados. Para determinar estos niveles es necesario realizarse un examen, existen aparatos para mediciones caseras y pruebas de laboratorio específicas para ello. Si bien las cifras mencionadas son un indicador importante, después de un tiempo manteniendo estos niveles, pueden aparecer en el cuerpo las siguientes señales de que tus niveles de azúcar están altos.

Toma en cuenta que, ni la medición exacta, ni las señales que te compartimos a continuación son suficientes para un diagnóstico de diabetes. Ante cualquier sospecha, acude a tu médico de confianza.

1. Aumento del apetito

El nombre técnico del síntoma es polifagia. Se trata de una sensación de hambre que excede a lo habitual y que aparece en diferentes momentos, no necesariamente asociada a los horarios de las comidas grandes.

Los niveles altos de azúcar en sangre pueden desencadenar aumento del apetito a causa de la insulina. Si esta hormona no es suficiente o no logra actuar en las células, porque ellas no le responden, el cerebro solicitará más comida. Así aparecerá el hambre persistente.

En algunos casos de diabetes, el hambre no se traduce en aumento de peso. Al contrario, como veremos luego, puede aparecer una pérdida inexplicable de masa corporal. Esto es así porque lo que se ingiere no puede aprovecharse por completo, en razón de la disfunción de la insulina.

2. Debilidad o fatiga

Otra de las señales que pueden indicar un nivel alto de azúcar en la sangre es el cansancio constante. Este síntoma aparece aun cuando no se ha realizado un esfuerzo, trabajo o rutina de ejercicio.

El porqué de esta fatiga responde a muchas causas. En principio, las células no usan bien la glucosa cuando hay problemas con la insulina, como sucede en la diabetes. Por lo tanto, carecen del combustible esencial para su funcionamiento.

También, cambia el metabolismo. Las células empiezan a utilizar grasas como combustible, en lugar de la glucosa, lo que reduce las reservas energéticas. Además, aumenta unos compuestos en la sangre, llamados cuerpos cetónicos. Los mismos son, en parte, responsables de la debilidad.



3. Aumento de la cantidad de orina

La micción frecuente o poliuria es otra de las señales que indican un nivel alto de azúcar en la sangre. ¿Por qué ocurre? Pues porque los riñones intentan desechar el exceso de glucosa de la sangre.

Para ello, el azúcar es eliminada a través de la orina. Lo que sucede es que la molécula de glucosa es capaz de arrastrar bastante cantidad de agua. Entonces, si hay hiperglucemia, hay más salida de orina «por arrastre».

Aunque el volumen de orina se incrementa durante todo el día, suele ser más frecuente a la noche. Por lo tanto, uno de los signos tempranos de la diabetes es la necesidad de levantarse de la cama para ir al baño.

4. Más sed

La sed excesiva, también conocida como polidipsia, es un síntoma común de la hiperglucemia. Ya dijimos que hay más volumen de orina, por lo tanto, el cuerpo necesitará reponer esos líquidos y enviará una señal al cerebro para generar sed.

Pero también la polidipsia se genera por el desequilibrio hidroelectrolítico que causa la hiperglucemia en los tejidos. La molécula de glucosa tiene efecto osmótico. Esto quiere decir que, cuando está muy concentrada en la sangre, hace que el agua de las células se mueva hacia el torrente sanguíneo, para provocar una dilución. Este proceso lleva a que las células se deshidraten y haya más sed.

De forma clásica, siempre se ha dicho que los síntomas marcadores de la diabetes son la polidipsia, la poliuria y la polifagia.

5. Pérdida de peso inexplicable

La pérdida repentina de peso, en poco tiempo y sin corresponder con un descenso en el apetito, es otra señal. De acuerdo a lo que ya explicamos antes, hay una mala utilización de la energía metabólica por la ineficiencia de la insulina. Ello provoca que no se aprovechen las calorías de los alimentos.

También hay utilización de las grasas para la energía, por lo que se queman los depósitos y se reduce este tejido. Si a eso le sumamos una deshidratación por pérdida de líquidos, entonces, tenemos una combinación que implica kilos de menos.

6. Visión borrosa

Este síntoma puede estar relacionado con varios factores asociados a la hiperglucemia. En general, tiene que ver con aumentos muy bruscos del azúcar en la sangre o con aumentos más leves, pero sostenidos en el tiempo.

La hiperglucemia puede afectar la forma del cristalino del ojo, que es la lente natural ubicada detrás del iris. Por lo tanto, habrá cambios en la refracción de los rayos de luz.

Si el problema persiste, se podría generar edema macular. Es la acumulación de líquido en la parte central de la retina. También, de modo crónico, aparecería retinopatía diabética, que implica daños en los vasos sanguíneos de la retina. Todo ello se manifiesta con problemas severos en la visión, incluida la ceguera.

7. Cambios en el estado de ánimo

Las personas con un alto nivel de azúcar en la sangre son más propensas a la irritabilidad. También se ha evidenciado, por las estadísticas, que quienes viven con diabetes tienen más posibilidad de desarrollar ansiedad y depresión.

No solo juega un papel importante el metabolismo alterado, sino que hay que considerar que la presencia de otros síntomas contribuye. Por ejemplo, si hay un peor descanso por la poliuria o se está con hambre todo el día.

Las fluctuaciones extremas en los niveles de glucosa pueden afectar el funcionamiento del cerebro, contribuir a cambios en el estado de ánimo y elevar los riesgos de desarrollar patologías mentales. Esto porque el cerebro tiene al azúcar como su principal combustible. Aun así, se debe tomar con cierto recelo la asociación, ya que las variaciones del ánimo son multifactoriales.

8. Cicatrización lenta de las heridas

La cicatrización deficiente es un problema común en las personas con hiperglucemia. En el caso concreto de la diabetes, su interferencia con el proceso normal de cicatrización sucede por varias razones.

La principal razón está en el daño que sufren los vasos sanguíneos por el azúcar elevada, el cual reduce el flujo de sangre a los tejidos, impidiendo la llegada oportuna de las células encargadas de reparar los tejidos. Además, una vez que llegan, no reciben la cantidad suficiente de oxígeno y de nutrientes para completar su trabajo.

Si una persona ya tiene diagnóstico de diabetes, debe extremar el cuidado de la piel y de las heridas que pudiese tener, pues el retraso en la cicatrización trae aparejados otros problemas, como las infecciones.

9. Infecciones a repetición

La hiperglucemia tiene un efecto deletéreo sobre el sistema inmunitario. Las células de defensa funcionan más lento y con menos eficiencia cuando el azúcar está elevada en la sangre por mucho tiempo.

Algunas de las infecciones más frecuentes en estos casos son las siguientes:

  • Infecciones del tracto urinario o ITUs: en especial, en las mujeres y a causa de bacterias.
  • En la piel: celulitis, forúnculos y micosis.
  • Onicomicosis: son infecciones por hongos en las uñas.
  • Candidiasis: el hongo Candida albicans es uno de los patógenos más habituales entre las personas que viven con diabetes. Puede causar infecciones en la boca y en el aparato genitourinario.

10. Xerostomía o boca seca

No solo como consecuencia de la deshidratación y la poliuria o la sed excesiva. Se supone que la hiperglucemia tiene mecanismos intrínsecos que afectan la producción de saliva, como revelan científicos en el Journal of Diabetes Research.

En la diabetes, por ejemplo, se afectan los nervios y los vasos sanguíneos que llegan a las glándulas salivales. Por ello, se interfiere su correcto funcionamiento.

El problema es que la sequedad bucal aumenta la susceptibilidad a las infecciones bucales. De este modo, micosis como la candidiasis oral se vuelven más frecuentes.



11. Hormigueo en las extremidades

Este hormigueo puede ser indicativo de una neuropatía diabética, que es un daño grave en los nervios, sobre todo periféricos, causado por la hiperglucemia persistente. En general, junto con esta señal hay sensación de ardor, dolor y hasta entumecimiento en pies y manos.

Una posibilidad es que evolucione el cuadro a la pérdida de sensibilidad. Por lo tanto, las personas se vuelven incapaces de reconocer estímulos dolorosos. Ello hará que se lastimen, no lo noten y dejen la herida abierta que, por las dificultades para cicatrizar, podría infectarse.

12. Prurito

La diabetes puede estar asociada con la sensación de picazón en la piel, que se conoce como prurito. No es un síntoma específico, pero se origina por la neuropatía, los problemas circulatorios y la sequedad por la deshidratación.

Así como las glándulas salivales están afectadas, también lo están las sudoríparas y las sebáceas. La falta de hidratación y de sebo en la epidermis estimula los receptores nerviosos, originando sensaciones diversas en la piel.

13. Coloración oscura en la piel

En algunas personas, sobre todo aquellas que tienen obesidad junto con la hiperglucemia, aparecen parches oscurecidos de piel en los pliegues. La situación se denomina acantosis nigricans.

No cursa con dolor ni picazón. Y, aunque se asocia con la diabetes tipo 2, también puede estar vinculada al síndrome de ovario poliquístico u otros trastornos hormonales.

En sí, no es un síntoma que represente un peligro, pero sí indica un mal control de la glucemia y se asocia, por ello, con complicaciones en otros órganos a largo plazo.

14. Disfunción eréctil

Los problemas de erección se vinculan a los hombres que tienen diabetes. Tanto las alteraciones nerviosas como las de circulación influyen para su aparición.

La diabetes también cambia los niveles hormonales de otras sustancias, incluida la testosterona. Y no se pueden descartar las influencias de los otros síntomas, que alteran la calidad de vida y aumentan el estrés, lo que, al final, puede complicar el desempeño sexual.

¿Qué puedes hacer si tienes señales de un nivel alto de azúcar en sangre?

Si has experimentado algunos o muchos de los síntomas mencionados, es recomendable que acudas a tu médico. Comunícale tus sospechas y no temas comentarle con detalle acerca de tu estilo de vida. Mientras más datos le puedas proporcionar, mejor.

Evita tomar medidas sin haber consultado antes y automedicarte. Podrías empeorar tu cuadro al ingerir medicamentos que aumentan el nivel de azúcar.

Lo ideal sería la realización de un análisis de sangre para medir la glucemia y establecer si tienes una alteración compatible con diabetes o prediabetes. En dicho caso, se establecerá un tratamiento para devolver los niveles de glucosa a sus rangos normales.


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