6 tips para combinar el trabajo con la maternidad

Aunque pueda resultar complicado conciliar ambos, para que exista un equilibrio entre el trabajo y la maternidad, hay que aprender a organizarse y a anteponer las prioridades.
6 tips para combinar el trabajo con la maternidad

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 01 junio, 2023

Para ser madre no tienes que dejar a un lado tu vida profesional. Sabemos que mantener un equilibrio entre tus dos roles más importantes puede ser un poco complicado, pero es posible combinar el trabajo con la maternidad sin sacrificar ninguno de los dos.

¿Se puede compaginar el trabajo con la maternidad? Seguro que te has hecho esta pregunta alguna vez. En este sentido, es importante revisar los pros y los contras. No obstante, sí se puede combinar el trabajo con la maternidad. No es fácil, pero tampoco imposible; solo necesitas mucha disciplina y paciencia.

Para lograr el éxito en tu vida profesional y disfrutar de la maternidad debe existir equilibrio en tu vida en general. La organización también es una de las claves para mantener alejado el estrés y poder cumplir con todas las tareas que demanda el trabajo y la maternidad. Ser profesional y madre al mismo tiempo es un reto que, con constancia, puedes lograr.

Consejos para combinar el trabajo con la maternidad

Puede pasar que de tantas cosas que tienes por hacer te estreses y sientas que no puedes más. En estos momentos no puedes desesperarte. Debes aprender a establecer prioridades y no sobrecargarte de tareas. A continuación, te damos algunos consejos que te ayudarán a ser mamá y una gran profesional al mismo tiempo.

1. Planifícate y organízate bien

La mejor manera de combinar el trabajo y la maternidad es organizándote. Para poder planificarte y cumplir con tu familia y tu trabajo, te recomendamos que lleves una agenda. De esta manera, podrás anotar, ordenar y distribuir todas tus obligaciones.

Sabemos que, como madre, debes asistir a reuniones del colegio, cumplir con tu trabajo, realizar quehaceres en el hogar y pasar tiempo con tu familia. Por esta razón, es importante que establezcas horarios para cada cosa. Estos deben ser lo suficientemente flexibles para que no te agotes pero te dé tiempo de hacer todo.

2. Involucra a tu pareja

Los padres son dos y lo mejor que puedes hacer es contar con el apoyo de tu pareja en las actividades en las que necesites ayuda. Desde el comienzo, debe participar en las tareas que involucren al niño. Por ejemplo, bañarlo, darle de comer, cambiarlo, dormirlo e incluso, calmarlo cuando tú no estés.

En el caso de que los dos trabajéis, tenéis que buscar la forma de que todas las obligaciones no recaigan en una sola persona. Esto va de la mano con la organización y la planificación que hemos mencionado. Una buena solución para que ambos podáis descansar es dormir sin interrupciones una noche cada uno.

Si estás amamantando a tu hijo, puedes llenar varios biberones con leche materna. Esto lo puedes hacer con un extractor o un sacaleches durante el día. Para que puedas dormir toda la noche, mantén estos biberones en la nevera y deja que tu pareja se encargue de todo.

3. Examina el trabajo que desempeñas

Recuerda que ahora eres madre y tienes obligaciones contigo y con tu familia. Un trabajo que requiera el 100 % de ti y no tenga vacaciones no te conviene. Querrás vivir esta etapa al máximo con tu hijo, sin perderte ningún momento. Por eso, es importante que examines si tu trabajo actual te permite compartir tiempo con tu pequeño y tu pareja.

Si tu actividad laboral no te permite combinar el trabajo con la maternidad, quizá puedas trabajar desde casa. En este caso, puedes planteárselo a tu jefe y, si es factible, tomar la decisión final junto a tu pareja.

4. Comparte tiempo de calidad con tu hijo

No se trata de la cantidad sino de la calidad. Tu hijo necesita relacionarse con las demás personas. Por eso, no es recomendable que pase todo el día contigo. Por ejemplo, cuando tu pequeño está en el colegio sin tu presencia, va creando responsabilidades e independencia que después aplicará en el hogar.

Sin embargo, es importante que saques tiempo para compartir momentos con él. De esta manera, sentirá y valorará tu compañía. Los fines de semana deben ser estrictamente familiares, por lo que olvídate de trabajar. Sal con tu pareja y tu hijo, comentad las anécdotas de la semana y planificad vuestras vacaciones.

5. Establece prioridades

Combinar el trabajo con la maternidad es sinónimo de balance. Cuando consigues un equilibrio entre ambas cosas, las dos pueden ser prioridad. No obstante, en muchas ocasiones suele resultar un poco difícil. En este caso, deberías preguntarte cuál de las dos cosas es más importante en este momento de tu vida.

Si no sabes qué hacer, te damos un par de consejos que puedes aplicar:

  • Puedes pedirle a tu jefe trabajar a tiempo parcial durante unos meses.
  • Evita largos y agotadores viajes e intenta conseguir un trabajo más cerca.
  • Busca ayuda. Puedes contratar a una persona que te ayude a limpiar, lavar y planchar. De esta manera, ya tendrás ese trabajo adelantado y podrás utilizar ese tiempo para compartir con tu familia.

6. Pide ayuda para combinar el trabajo con la maternidad

Pedir ayuda no está mal. No puedes hacer mil cosas tú sola, aunque quieras; puedes crear un sistema de apoyo. Además de involucrar a tu pareja, invita a tu familia y amigas a que te ayuden.

Tu niño será el consentido de la familia, eso quiere decir que muchas personas van a querer pasar tiempo con él, por eso, seguro que los miembros de tu familia estarán dispuestos a ayudarte con su cuidado.

Combinar el trabajo con la maternidad es difícil, pero no imposible

Combinar el trabajo con la maternidad puede que no sea una tarea fácil, pero puedes lograr todo lo que te propongas. Es decir, puedes ser una gran profesional y disfrutar de la maternidad sin sentimiento de culpa ni ningún tipo de sacrificio.

No puedes permitirte llenarte de tareas y que el estrés te consuma. Procura siempre llevar las obligaciones al día, según tu ritmo. Descansa lo suficiente y comparte mucho tiempo con tu familia. Al final del día, la sonrisa de tu hijo por haber jugado con él o haberte ayudado en las tareas te harán sentir que todo el esfuerzo que haces es recompensado.


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