7 cosas que puedes hacer todos los días para mejorar tu digestión

Saber alimentarse es fundamental para digerir bien los alimentos y, por supuesto, tener una buena salud en líneas generales. 
7 cosas que puedes hacer todos los días para mejorar tu digestión
Nelton Abdon Ramos Rojas

Revisado y aprobado por el médico Nelton Abdon Ramos Rojas.

Última actualización: 24 mayo, 2023

Si después de las comidas presentas dolor y molestias varias, quizás deberías evaluar tus hábitos alimenticios y comenzar a poner en práctica algunas acciones para mejorar tu digestión.

A menudo, es probable que no te des cuenta del gran impacto que tiene la forma en que te alimentas. Por ello, muchas personas creen que, simplemente con comer cuando el estómago ruge de hambre es suficiente para tener salud.

Sin embargo, cuando no se cuida la calidad de los alimentos, los tiempos para comer y otros aspectos afines, no se está obteniendo ningún beneficio para la salud sino todo lo contrario.

Por ello, a continuación te presentamos las 7 cosas que puedes hacer a diario para mejorar tu digestión y así, aprovechar los nutrientes que ofrecen los alimentos. 

1. Bebe suficiente agua a lo largo del día

Beber agua

Es bien sabido que es necesario beber suficiente cantidad de agua a lo largo del día. Sin embargo, muchas veces se olvida el por qué se hace esta recomendación.

El agua es esencial para el organismo, dado que contribuye al correcto funcionamiento de sus diversos sistemas. Y no hay que olvidar que, el cuerpo humano en sí, está compuesto casi por un 65% de agua.

En pocas palabras, el agua ayuda a descomponer los alimentos para que así se pueda absorber fácilmente sus nutrientes (vitaminas, minerales, etcétera).

También ayuda a eliminar todas aquellas sustancias tóxicas y desechos, mediante la orina y el sudor. Además, ayuda a ablandar las heces y, con ello, previene el estreñimiento.

A la hora de comer, es importante moderar el consumo de agua y prestar atención a la temperatura de la misma. Se considera que el consumo excesivo de líquidos entre bocados, así como el agua fría dificultan la digestión.

2. Evita el consumo de comida rápida

La comida chatarra resulta atractiva para los consumidores, no solo por su sabor, sino porque representa una opción rápida y fácil de alimentación.

Sin embargo, su consumo excesivo acaba por afectar la salud, ya que está cargada con carbohidratos procesados, grasas y azúcares que son irritantes para el sistema digestivo.

La chatarra provoca un desequilibrio en la flora bacteriana que protege el intestino y, a su vez, conduce al desarrollo de enfermedades metabólicas.

Por lo tanto, para evitar digestiones lentas u otros trastornos asociados, lo idóneo es excluirla de la dieta y tomarla solo ocasionalmente.

3. Incrementa el consumo de probióticos

El intestino está poblado por un grupo de bacterias saludables, conocidas como bifidobacterias, que son necesarias para la salud gastrointestinal e inmunitaria.

Las bifidobacterias impiden el ataque de microorganismos infecciosos malignos y, a su vez, participan en la descomposición de los desechos.

Los alimentos ricos en probióticos aportan bacterias vivas, iguales o similares a las de esta flora, las cuales ayudan a mantener su equilibrio. Incluirlos en la alimentación previene molestias digestivas e infecciones.

Para mejorar tu digestión y cuidar el equilibrio de la flora bacteriana, te recomendamos tomar: kéfir, chucrut, yogur natural, té de kombucha o sopa de miso..

4. Incorpora más fibra a tu dieta

La fibra es uno de los nutrientes esenciales que apoyan el proceso de digestión, pues impide la acumulación de desechos en el colon.

Esta estimula el movimiento intestinal, por lo que facilita el paso de las heces por el intestino para su posterior expulsión. Además, crea un efecto saciante que ayuda a controlar la ansiedad por la comida.

Para mejorar tu digestión puedes consumir mayor cantidad de los siguientes alimentos:

  • Frutos rojos.
  • Frutos secos.
  • Manzanas y peras.
  • Cereales integrales.
  • Vegetales de hoja verde.
  • Semillas de chía, lino y girasol.

5. Bebe jugo de aloe vera

Incluir aloe vera en la dieta, ya sea en su forma natural o en zumos, previene dificultades digestivas asociadas al estreñimiento o la irritación estomacal.

El jugo natural de aloe vera tiene un ligero efecto laxante que favorece la eliminación de los desechos que se acumulan en el colon.

Sus propiedades regulan el pH del estómago, por lo que ayudan a controlar la producción excesiva de jugos ácidos y reducen la irritación.

6. Reposa tus comidas

Para mejorar tu digestión, es importante que aprendas a reposar tus comidas. Con tan solo 15 o 20 minutos sentado tranquilamente en el sofá es suficiente.

En este sentido, debes saber que no es recomendable tomar una siesta inmediatamente después de comer puesto que esto solo contribuye a que cierta cantidad de los jugos gástricos suban hasta el esófago y causen ardor.

Por otra parte, debes saber que no se recomienda realizar actividad física inmediatamente después de comer porque se promueve la indigestión.

7. Ejercítate con regularidad

demasiado ejercicio

La práctica de ejercicio a diario es sumamente positiva para la salud en general y, en lo que respecta a la salud gastrointestinal, debes saber que ayuda a desinflamar, promover el tránsito intestinal y a regular las deposiciones.

Una vez pasadas, al menos, dos horas después de la comida, se puede realizar ejercicios. Ahora, es necesario realizar entre 20 y 30 minutos diarios para prevenir el estreñimiento y la pesadez.

¡Anímate a mejorar tu digestión!

Para mejorar tu digestión no hace falta hacer grandes cambios en tu estilo de vida, sino estar más consciente de qué es lo más saludable a la hora de comer.

Si te sientes pesado o tienes inflamación abdominal, sigue las recomendaciones mencionadas y, en caso de que no obtengas alivio, consulta con tu médico.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.



Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.