
La saliva es fundamental en la cavidad oral, ya que mantiene húmedos los tejidos y ayuda a la limpieza de la boca. Por eso, cuando disminuye o cambia de consistencia, haciéndose por ejemplo más espesa, produce variaciones en el balance…
La agranulocitosis puede provocar infecciones frecuentes, fiebre, escalofríos y otros síntomas inespecíficos.
La agranulocitosis es una enfermedad de la sangre. Consiste en la disminución de granulocitos en sangre. Los granulocitos son células presentes en nuestra sangre, que se encargan principalmente de combatir las infecciones.
Existen tres tipos de granulocitos:
La agranulocitosis también se denomina neutropenia o granulocitopenia. Según la definición más extendida, se produce cuando el número de neutrófilos es menor a 1.000 – 1.500 células por milímetro cúbico de sangre.
Es una patología poco frecuente, pero potencialmente grave. En este artículo te explicamos en qué consiste y cuáles son sus síntomas.
Como hemos mencionado, la agranulocitosis consiste en que el número de neutrófilos en sangre disminuye. Esto puede ocurrir por dos causas:
Los neutrófilos son células encargadas de combatir las infecciones bacterianas. Por ello, su sobreuso se da en esas situaciones. Por otro lado, la destrucción precoz puede darse por ciertos medicamentos, como el metamizol. También por radiaciones o procesos autoinmunes.
De esta forma, podemos decir que la etiología de la agranulocitosis puede ser:
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La gravedad de la agranulocitosis se clasifica según el número de neutrófilos en sangre. De esta manera, puede ser:
Esta patología no tiene síntomas específicos. De hecho, puede incluso pasar desapercibida. Algunos de los signos más comunes son:
En el caso de la mujer, puede darse un cambio en las secreciones vaginales. Lo importante es saber que el paciente sufre infecciones con mayor frecuencia. Además, suele tratarse de infecciones poco usuales.
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Los médicos sospechan esta patología cuando, como hemos dicho, se padecen infecciones frecuentemente. En primer lugar, se realiza un análisis de sangre. En él aparecerá un número bajo de granulocitos. Además, se puede examinar la médula ósea mediante una biopsia o aspiración.
Otras pruebas que sirven para llegar al diagnóstico son:
El tratamiento depende de la causa y de la gravedad del caso. De esta manera, si la causa es farmacológica, es necesario retirar el medicamento que lo produce. Si no se puede, lo ideal es escoger otro fármaco. Además, se deben realizar análisis de sangre de control.
En caso de que haya infección, el paciente debe tomar antibióticos. La estrategia más extendida es tomar antibióticos contra los microorganismos más comunes. Cuando la agranulocitosis se debe a un trastorno autoinmune, los corticoesteroides dan buenos resultados.
Además, en la actualidad existen tratamientos más específicos, como por ejemplo:
La agranulocitosis es una patología sanguínea compleja. Es necesario acudir al médico si sufres infecciones con frecuencia. También si sientes debilidad, fiebre o cualquier otro síntoma mencionado. El médico realizará los exámenes pertinentes y establecerá el tratamiento necesario.