Alimentación en el cáncer de páncreas: ¿qué se recomienda?

La alimentación es clave para que los pacientes con cáncer de páncreas aumenten su bienestar y su tolerancia al tratamiento.
Alimentación en el cáncer de páncreas: ¿qué se recomienda?
Saúl Sánchez Arias

Revisado y aprobado por el nutricionista Saúl Sánchez Arias.

Última actualización: 27 junio, 2023

La alimentación desempeña un papel relevante en el marco del tratamiento del cáncer de páncreas. A menudo, estos pacientes experimentan déficits nutricionales, pérdida de peso y efectos secundarios a los tratamientos (deshidratación, náuseas, vómitos, entre otros) que deterioran su calidad de vida.

Además, como lo expone una investigación en Frontiers in Oncology, alrededor del 50 % de los casos de este tipo de cáncer tienen relación con una dieta poco saludable que se puede evitar. Por eso, tanto para prevenir como para tratar la enfermedad, hay varias pautas enfocadas en mejorar el estado nutricional.

Importancia de la alimentación en el cáncer de páncreas

El páncreas contribuye a la descomposición de los carbohidratos. Asimismo, libera enzimas que ayudan en la digestión de las proteínas y las grasas.

Existen varias razones por las que la alimentación requiere especial atención en los pacientes con cáncer de páncreas. Para entenderlo mejor, hay que hacer un breve repaso sobre las funciones de este órgano. El páncreas está ubicado en la zona abdominal, justo detrás del estómago, cerca al intestino, la vesícula y el duodeno.

Dado que interviene en la digestión de los alimentos y en la regulación de los niveles de azúcar en la sangre, el deterioro de su salud por enfermedades como el cáncer trae complicaciones a nivel nutricional. En consecuencia, los músculos y la grasa tienden a descomponerse, provocando una pérdida de peso y un estado de fatiga.

En una revisión de la literatura, divulgada a través de Cancer Management and Research, los investigadores encontraron que una dieta abundante en azúcar, grasas y carnes rojas y procesadas puede aumentar el riesgo de cáncer de páncreas.

Entre tanto, incluir frutas, verduras y otras fuentes de fibra, antioxidantes y polifenoles puede colaborar en su prevención y su tratamiento. Si bien la dieta debe adaptarse a las necesidades individuales de cada paciente, hay algunos consejos que se pueden implementar a nivel general. Veamos en detalle.



Alimentación en el cáncer de páncreas

Una vez diagnosticado el cáncer de páncreas, el equipo de atención médica trabaja en colaboración con los nutricionistas para intentar minimizar los efectos negativos que sufre el estado nutricional debido a los tratamientos y a la propia enfermedad. Algunas recomendaciones son las siguientes.

Consumir agua y bebidas saludables

Algunos de los tratamientos utilizados contra el cáncer de páncreas pueden conducir a un estado de deshidratación. Debido a esto, es primordial asegurar un óptimo consumo de agua diario, mínimo de 3,7 litros en el caso de los hombres y 2,7 litros en el caso de las mujeres.

Sumado a lo anterior, se recomienda ingerir líquidos una hora antes y una hora después de cada comida principal. Las bebidas con electrolitos y nutrientes son una buena elección. Además, conviene evitar al máximo las que contengan cafeína y alcohol.

Realizar comidas pequeñas

Dado que el páncreas reduce su capacidad de colaborar en el proceso digestivo, hay que procurar minimizar la carga que recibe con las comidas. En este sentido, hay que tener presente que las comidas pequeñas, realizadas varias veces al día (5 o 6), son mejor toleradas que las que son muy abundantes.

Una publicación en PearlPoint Nutrition Services destaca que hacer comidas pequeñas también ayuda a disminuir efectos secundarios del tratamiento contra el cáncer, como las náuseas.

Consumir fuentes de proteína

Los alimentos que contienen proteínas de alto valor biológico son esenciales para mantener la salud muscular y el peso. Este macronutriente colabora en la reparación de las células dañadas y, de paso, favorece las defensas del cuerpo.

De hecho, una investigación compartida en Clinical Nutrition determinó que mejorar la ingesta de proteínas en la dieta ayuda a mejorar el pronóstico de los pacientes con cáncer de páncreas avanzado que reciben quimioterapia.

Algunas fuentes recomendadas son las siguientes:

  • pollo
  • pavo
  • pescado
  • huevos
  • frutos secos
  • yogur y queso

Ciertas veces, los pacientes tienen dificultades para comer los alimentos mencionados. De ser así, se puede considerar el consumo de suplementos líquidos de proteína, ya sean disueltos en agua o en batidos. Otras proteínas líquidas son los caldos de huesos, las sopas en puré y el yogur griego.

Elegir alimentos de fácil digestión

Los tratamientos contra el cáncer de páncreas suelen reducir su capacidad de colaborar en el proceso digestivo. De ahí la importancia de elegir alimentos que no resulten pesados y que puedan digerirse con mayor facilidad.

Las carnes rojas, el cerdo y las verduras crudas están desaconsejadas. Asimismo, se recomienda picar bien los alimentos, ablandarlos y hervirlos para que la digestión sea más sencilla.

Consumir alimentos integrales

Los alimentos integrales cumplen una doble función en la dieta de los pacientes con cáncer de páncreas. Por un lado, su aporte de fibra dietética colabora con el proceso de digestión. Por el otro, sus hidratos de carbono complejos ayudan a mantener un buen nivel de energía.

Los productos recomendados son los siguientes:

  • avena
  • pan de grano entero
  • arroz integral
  • pasta integral
  • cebada
  • mijo

Elegir fuentes de grasas saludables

Mientras que las frituras y las grasas trans dificultan la digestión y deterioran la salud de los pacientes con cáncer de páncreas, las grasas saludables son una buena fuente de energía que, de paso, ayudan a combatir la inflamación. 

Se pueden encontrar en los siguientes alimentos:

  • aceite de oliva,
  • aceite de Canola,
  • aguacate,
  • frutos secos y semillas,
  • pescados grasos.

Aumentar la ingesta de antioxidantes

Los antioxidantes suelen encontrarse en grandes cantidades en alimentos como las frutas y los vegetales. Se recomienda ingerir por lo menos cinco porciones al día para obtener cantidades óptimas. Las bayas, los cítricos y las verduras de hojas verdes son excelentes opciones.

Un estudio divulgado en American Journal of Epidemiology determinó que el consumo de frutas y vegetales puede proteger contra el cáncer de páncreas. 

Evitar el consumo de dulces y azúcares

Como lo hemos comentado, el páncreas interviene en el proceso de regulación de la glucosa en sangre. Al reducir su función debido al cáncer, los dulces y los azúcares no pueden digerirse de forma óptima. Esto conlleva no solo a un aumento de los niveles de glucosa, sino a otras complicaciones metabólicas.

Hay que evitar la ingesta de estos alimentos. Ni postres, ni gaseosas, ni pasteles u otros dulces deben hacer parte de la alimentación de los pacientes con cáncer de páncreas.

Tomar suplementos de enzimas pancreáticas

Es posible que el médico sugiera complementar la alimentación con un suplemento de enzimas pancreáticas. Su función es colaborar en la funcionalidad de este órgano para que pueda seguir interviniendo en la digestión. Incluso, ayuda a disminuir síntomas asociados a las dificultades digestivas.



¿Qué hay que recordar sobre la alimentación en el cáncer de páncreas?

Una adecuada alimentación es clave en el tratamiento del cáncer de páncreas. Su objetivo es disminuir el estado de desnutrición, mantener un peso corporal sano, aumentar la fuerza muscular y reducir algunos de los efectos secundarios de los tratamientos. Asimismo, ayuda a apoyar la función digestiva de este órgano.

Se recomienda priorizar el consumo de frutas, vegetales, cereales integrales, proteínas y grasas saludables. Además, hay que vigilar que los hábitos alimentarios no resulten pesados para la digestión.

Comer despacio y en cantidades más pequeñas suele ser bastante útil. Lo mismo consumir agua y mantener activos.

De cualquier manera, cada paciente debería recibir un tratamiento nutricional personalizado. El nutricionista puede orientar de manera más precisa cómo deben ser las comidas y qué nutrientes se deben priorizar según las necesidades de cada caso.


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