Amor apasionado frente a amor estable

Aunque muchas veces querríamos que el amor apasionado durara para siempre, lo cierto es que ese torbellino de emociones tiene fecha de caducidad para dar paso a uno mucho más maduro.
Amor apasionado frente a amor estable
Bernardo Peña

Revisado y aprobado por el psicólogo Bernardo Peña.

Última actualización: 06 julio, 2023

El amor apasionado es un amor loco, lleno de torrentes de emociones incontrolables. El amor estable, por su parte, es lo que conocemos como amor maduro. Más pausado, más tranquilo, más sopesado. Por eso, a veces las relaciones se derrumban cuando el amor estable aparece, ya que el apasionado tiene un tiempo limitado.

A continuación te ayudamos a reflexionar un poco más acerca de estas dos etapas de la pareja para que puedas sacar tus propias conclusiones.

El amor apasionado tiene los días contados

Amor apasionado

Podemos identificar el amor apasionado como el que surge en la fase de enamoramiento. La fase en la que conocemos a la otra persona, en la que tenemos la necesidad de verla y pasar tiempo con ella.

Es en esa primera etapa de toda relación surgen las denominadas “mariposas en el estómago”, fruto de esos nervios por conocer al otro. Sin embargo, en ocasiones confundimos ese enamoramiento con lo que es el amor. 

Las películas, la publicidad, lo que nos cuentan, nos hace creer que el amor apasionado es el de verdad. Un amor en el que la chispa siempre está encendida sin apenas esfuerzo, por sí sola. No obstante, esto no es real.

El amor apasionado no dura para siempre y, si lo asociamos a la fase de enamoramiento, su tiempo estimado engloba un período de entre 6 meses y un año.

Es inimaginable la idea de vivir siempre con esos nervios a flor de piel. Pues, en cuanto ya conocemos a nuestra pareja e incluso convivimos con ella, las cosas, de manera inevitable, cambian.

No hay discusión posible. La relación por fuerza ante las innovaciones que se introducen cambia, algo a lo que las personas le tienen un gran temor.

La rutina y la convivencia

La rutina, la reducción de los encuentros sexuales, el “acomodamiento”, las discusiones, creer que la pareja tiene que saber lo que pensamos… Todo esto empieza a hacer mella, fruto de la convivencia, del tiempo y de la creencia de que el amor tiene que tener la llama siempre encendida por sí mismo.

Sin hacer esfuerzo alguno, como era al principio. De hecho, muchas parejas suelen decir: al principio todo era diferente, ojalá pudiésemos volver atrás.

Es imposible dar pasos para atrás y no hay que tener miedo a lo que viene delante. El amor maduro, el estable, es un paso más allá después del amor apasionado.

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El amor estable, ¿amor de verdad?

Pareja enamorada

Al contrario que el amor apasionado, el amor estable puede durar toda la vida. Es un amor que se construye día a día, con cuidado, con cariño y atención por ambas partes.

Con estos ingredientes el amor estable es más relajado, pues los lazos que unen a la pareja son más fuertes. No obstante, este tipo de amor atemoriza a muchas personas porque lo asocian con rutina, acomodarse, falta de pasión y de tiempo para estar juntos y, sobre todo, falta de ganas.

Esto no tiene por qué ocurrir. Es más, cuando una pareja se encuentra en este punto en el que su amor es maduro, sabe que tiene que seguir conquistándose día a día, que las ganas de estar con el otro no decaen aunque el tiempo los limite a estar juntos y disfrutar de su intimidad.

Sin embargo, muchas parejas no logran pasar por este tipo de amor. Esto sucede porque para ello es necesario que ambos miembros de la relación estén seguros de estar el uno con el otro. Para ello, se necesita madurez.

El amor no es lo que nos han contado

Pareja

Todas las parejas que hayan llegado a experimentar el amor estable se han dado cuenta de lo mismo. Hay muchos cuentos y mitos girando alrededor de lo que es el amor y de cómo son las relaciones de pareja.

La realidad es muy diferente. Quizás, esto eche abajo muchas de las expectativas que tenemos y que son un gran peso con el que cargar. Claro está que para llegar al amor maduro, primero hay que enamorarse y pasar por esa etapa de euforia, de nervios a flor de piel y mariposas que nos enloquecen.

No obstante, lo importante viene después. Cuando todo esto se esfuma, las mariposas vuelan y tan solo estamos nosotros y la otra persona.

Es entonces cuando un gran camino se abre ante nosotros, miramos a nuestra pareja y respondemos a la pregunta: ¿Es esta la persona con la que quiero continuar creciendo y compartiendo mi vida?


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