
La saliva es fundamental en la cavidad oral, ya que mantiene húmedos los tejidos y ayuda a la limpieza de la boca. Por eso, cuando disminuye o cambia de consistencia, haciéndose por ejemplo más espesa, produce variaciones en el balance…
La anhidrosis se puede producir por quemaduras, patologías genéticas o lesiones nerviosas, entre otros.
La anhidrosis es una afección caracterizada por una falta anormal de sudor en respuesta al calor. Las glándulas sudoríparas no producen sudor o lo hacen en una cantidad insuficiente. También obedece a otros nombres como hipohidrosis, adiaforesis, oligohidrosis, etcétera.
La anhidrosis puede afectar a todo el cuerpo a una sola parte. Es una patología poco frecuente que, en ocasiones, puede ser difícil de diagnosticar.
Sin embargo, es importante estar pendiente de sus posibles síntomas ya que puede llegar a ser mortal. Sin sudar, el cuerpo no puede disminuir su temperatura y podría alcanzar un calor excesivo. En este artículo te explicamos en qué consiste la anhidrosis y cuáles son sus causas.
Existen numerosas causas de anhidrosis. Lo más común es que se deba a un traumatismo de la piel, es decir, a quemaduras, infecciones u otras lesiones. También puede estar provocada por medicamentos como la morfina o el bótox.
Otros factores que provocan anhidrosis son:
También hay que destacar que se puede producir anhidrosis por deshidratación. Del mismo modo, puede ser causada por el Síndrome de Sjögren, caracterizado por sequedad en las mucosas y en los ojos.
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El principal síntoma de anhidrosis es la ausencia de sudor o su escasez. Además, se pueden dar otros síntomas como mareos y sensación de calor, ya que el sudor es la manera que tiene el organismo de regular la temperatura.
Del mismo modo, se pueden producir calambres musculares, debilidad y enrojecimiento en algunas zonas del cuerpo, principalmente en la cara y en el cuello.
Existen dos tipos de anhidrosis, en función de su extensión en el cuerpo:
El golpe de calor se produce cuando el cuerpo supera los 40ºC. Es una situación urgente ya que, si no se trata, puede producir el daño de diferentes órganos o, incluso, la muerte.
Al principio, causa confusión, delirio, náuseas y vómitos. La respiración se acelera, al igual que la frecuencia cardíaca. Hay que actuar cuanto antes para reducir la temperatura corporal y evitar así la disfunción del organismo.
Cabe destacar que los niños son muy vulnerables a los golpes de calor. Esto se debe a que su temperatura interna aumenta más rápido que la de los adultos. Además, liberan el calor con menos eficacia. Por tanto, hay que prestar atención a estos casos.
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Como hemos mencionado antes, la anhidrosis suele ser una patología difícil de diagnosticar. Para hacerlo, es necesario que el médico realice una buena historia clínica y conozca todos los síntomas.
Además, se pueden realizar pruebas complementarias como un análisis de sudor. Este consiste en cubrir al paciente con un polvo que cambia de color en contacto con el sudor. Se le introduce en una cámara que aumenta la temperatura corporal y se observa si suda o no mediante fotografías digitales.
También se puede llevar a cabo una biopsia de la piel, aunque es una técnica más invasiva. Se suele realizar en pacientes que solo presentan anhidrosis parcial.
El tratamiento va a depender de la causa de la anhidrosis. Cuando esta se debe a un medicamento, es necesario suspenderlo. Cuando la causa de la anhidrosis es una obstrucción, en ocasiones, el uso de exfoliantes sirve para desbloquear los conductos sudoríparos.
Lo más común es que no se pueda prevenir, pero hay ciertas medidas que pueden evitar un golpe de calor, por ejemplo. En primer lugar, es esencial llevar ropa ligera y evitar la exposición al sol y la actividad física intensa en días calurosos. También se puede usar un pulverizador de agua para refrescarse.
Cuando la anhidrosis es parcial, no suele dar problema ni necesitar tratamiento. Aun así, es conveniente consultar con el especialista para que sea él el que valore el caso.
Son varias las causas por las que se puede sufrir anhidrosis y, a menudo, pasa inadvertida. Si notas alguno de los síntomas mencionados, no dudes en acudir a tu médico. Él te hará los exámenes pertinentes y te propondrá el tratamiento o las medidas necesarias para combatirlo.