Qué es y cómo funciona el aparato reproductor femenino

El aparato reproductor femenino está constituido por partes externas e internas y, junto con las hormonas, constituye la esencia de ser mujer; disfrutar de las relaciones sexuales y dar vida son parte de su función.
Qué es y cómo funciona el aparato reproductor femenino
José Gerardo Rosciano Paganelli

Revisado y aprobado por el médico José Gerardo Rosciano Paganelli.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 25 mayo, 2023

El aparato reproductor femenino constituye en sí mismo un tema de anatomía y fisiología fascinante. No solo por cuestiones sexuales o reproductivas, sino por sus características, ubicación, ventajas y desventajas. También por las alteraciones que puede sufrir y mucho más.

Si te interesa conocer en mayor detalle qué es y cómo funciona el aparato reproductor femenino, a continuación te brindaremos algunos datos que serán de tu interés y te ayudarán a saciar tu curiosidad. ¿Listo para tomar nota? ¡Vamos a ello!

El aparato reproductor femenino está compuesto por los órganos genitales femeninos e incluyen la vagina, el útero, las trompas uterinas y los ovarios. Cada uno de esos cumple diversas funciones.

¿Cómo está formado el aparato reproductor femenino?

Tal y como indica la literatura científica, a diferencia del aparato reproductor masculino, el aparato reproductor de la mujer se encuentra localizado dentro de la pelvis. Unos órganos están más a la vista, mientras que otros están ocultos.

Partes externas del aparato reproductor femenino

La vulva, el monte de Venus y los labios –por su forma similar a los labios de la boca– son los órganos reproductores femeninos que están a la vista.

1. Vulva

La parte externa del órgano reproductor femenino se denomina vulva, que significa ‘cubierta’. La vulva cubre la entrada de la vagina y los restantes órganos reproductores internos.

2. Monte de Venus y labios

Sobre la abertura vaginal se encuentra un área carnosa denomina monte de Venus. A partir de ahí, se ubican dos pares de pliegues de piel denominados labios.

En lo que la niña se hace mujer, el monte de Venus y los labios se cubren de vello púbico. Entre los labios se encuentran dos aberturas: la de la uretra –el conducto que transporta la orina desde la vejiga hacia el exterior– y la que da acceso a la vagina.

3. Clítoris

Entre los labios se encuentra el clítoris, una parte del aparato muy sensible. De hecho, es la única parte del cuerpo humano cuya función es brindar placer a la mujer.

4. Himen

La abertura de la vagina está cubierta de forma parcial por una fina lámina de tejido, provista de uno o más orificios, denominada himen. Asimismo, el himen varía de una mujer a otra: en algunas se estira, en otras se rasga durante la penetración sexual.

Partes internas del aparato reproductor femenino

El aparato reproductor femenino está formado por órganos e internos.
Los genitales internos son los que participan de forma más activa en el embarazo.

En el interior de la pelvis, el aparato reproductor femenino incluye: la vagina, el útero, las trompas de Falopio y los ovarios.

1. Vagina

La vagina es un hueco y tubo muscular que se extiende desde la obertura vaginal hasta el útero. En la mujer adulta la vagina puede tener una longitud de 8 a 12 centímetros.

Asimismo, los músculos de la vagina se pueden dilatar y contraer. Esto sirve para las relaciones sexuales, para expulsar la menstruación y para el trabajo de parto. Además, las paredes de la vagina están recubiertas de mucosas que la protegen y mantienen húmeda. 

La vagina conecta con el útero o matriz a través del cuello uterino o cérvix; las paredes del cuello uterino son gruesas y fuertes, y su abertura es muy estrecha.

2. Útero

El útero tiene forma de pera invertida. Sus paredes musculares son tan gruesas y robustas que se consideran de los músculos más fuertes del cuerpo femenino.

En las mujeres que no están embarazadas el útero mide solo 7,5 centímetros de largo y 5 centímetros de ancho. En el útero se da la nidación del óvulo fecundado.

Por tanto, cuando el óvulo y el espermatozoide se unen, se forma el cigoto y se inicia la gestación. El útero protege y nutre al óvulo fecundado hasta que este se convierte en un bebé.

3. Trompas de Falopio

Las trompas de Falopio están en las esquinas superiores del útero; una a cada lado, y conectan al útero con los ovarios. Miden unos 10 centímetros de largo. El extremo de cada trompa tiene forma de embudo; envuelven al ovario sin adherirse a este.

4. Ovarios

Los ovarios son dos órganos de forma ovalada ubicados en la parte superior del útero. Son las gónadas encargadas de producir, almacenar y liberar los óvulos.

En la mujer adulta cada ovario mide entre cuatro y cinco centímetros. También forman parte del sistema endocrino, ya que producen las hormonas sexuales femeninas: los estrógenos y la progesterona.

¿Cómo funciona el aparato reproductor femenino?

Cuando una mujer nace, sus ovarios contienen cientos de miles de ovocitos, los cuales permanecen inactivos hasta que llega la pubertad.

Entre los 10 y los 14 años, la hipófisis genera hormonas que estimulan a los ovarios para que empiecen a producir las hormonas sexuales femeninas. De esta manera, la niña se desarrolla.

Los ovarios de las adolescentes comienzan a liberar óvulos, con lo cual se inicia su ciclo menstrual. El óvulo pasa a las trompas de Falopio y, al cabo de dos semanas, se produce la primera menstruación.

La sangre y los tejidos que recubrieron el útero, por si era fecundado el óvulo, son expulsados en forma de flujo menstrual. Este es el llamado periodo (también conocido como regla o menstruación) que dura entre tres y cinco días.

El útero se encarga de expulsar este flujo con contracciones involuntarias débiles o fuertes, que pueden ser molestas para la mujer. Después de la primera menstruación, el cuerpo de la mujer tarda unos dos años en desarrollar un ciclo menstrual regular.

Como promedio, el ciclo menstrual de una mujer adulta dura 28 días, aunque puede oscilar entre 23 y 35 días.

¿Y si el óvulo es fecundado?

El aparato reproductor femenino es complejo.
La fecundación es un proceso fascinante y que todavía esconde muchos secretos.

Si un óvulo se encuentra con un espermatozoide en las trompas de Falopio se produce la fecundación.

A la semana, el cigoto se transforma en un blastocisto multicelular del tamaño de una cabeza de alfiler. El blastocisto anida en el interior del útero, denominado endometrio.

Los estrógenos y la progesterona hacen que el endometrio se engrose y se mantenga irrigado de sangre. De esta manera, el blastocisto puede anidar bien y absorber los nutrientes. Esto se conoce como implantación.

A medida que las células del blastocisto reciben nutrientes, comienza la etapa embrionaria. Las células se multiplican miles de veces y se mueven a nuevas posiciones hasta transformarse en un embrión, que luego será un bebé.

¿Cómo se produce la gestación?

A las ocho semanas, el embrión es del tamaño de un pulgar, pero ya todos los órganos están casi formados: el cerebro y los nervios, el corazón y la sangre, el estómago y los intestinos, los músculos y la piel. Comienza la etapa fetal que abarca desde la novena semana hasta el nacimiento.

El desarrollo del feto continúa, las células se siguen multiplicando, moviéndose y transformándose. El feto flota en el líquido amniótico que está en el saco amniótico: recibe oxígeno y nutrientes de la sangre de la madre a través de la placenta, que se conecta al feto a través del cordón umbilical. En promedio, el embarazo dura unos 280 días (40 semanas).

Cuando el bebé está listo para nacer, su cabeza presiona el cuello uterino, el cual empieza a relajarse y a dilatarse. Asimismo, el parto comienza y las contracciones son intensas. Por lo tanto, tras horas de dilatación, el bebé es expulsado hacia afuera.

Después del alumbramiento la placenta también es expulsada. Comienza de nuevo el ciclo de la vida, del cual el aparato reproductor femenino es un protagonista estelar.

Ahora que ya conoces un poco más acerca del aparato reproductor femenino, puedes entender un poco más acerca de la importancia de cuidarlo a lo largo de toda la vida, asistiendo de forma periódica a chequeos ginecológicos.


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