Aprende a identificar a un abusador de niños

El abuso infantil se da en cualquier escenario. Por ello, padres y representantes deben estar atentos a quienes rodean y se relacionan con sus hijos. Aquí, las señales para identificar a un abusador de niños.
Aprende a identificar a un abusador de niños
Bernardo Peña

Revisado y aprobado por el psicólogo Bernardo Peña.

Escrito por Bernardo Peña

Última actualización: 06 julio, 2023

Ser capaz de identificar a un abusador de niños es un tema fundamental en los tiempos que corren. No obstante, reconocerlo puede llegar a ser una tarea difícil, ya que son personas que se ganan la confianza de los pequeños y pueden lograr pasar desapercibidos. Estos no tienen una característica física en especial, pueden ser de cualquier etnia, religión o sexo.

Además de ello, el abuso puede darse en cualquier escenario. Se han conocido casos que han ocurrido en el propio hogar. Esto ha implicado que los críos desarrollen algunas complicaciones a futuro como depresión, dependencia del alcohol y drogas, intentos de suicidio, trastornos de pánico y estrés postraumático.

En el siguiente artículo comentaremos algunas de las características que pueden ayudar a identificar a un abusador de niños. Sin embargo, esto no quiere decir que sea una guía infalible. Por ello, se recomienda profundizar con un experto en el tema.

Una clave para identificar al abusador de niños: suele ser de su entorno

En primer lugar, el abusador de niños trata de relacionarse con la familia, de caerles bien, de ser sociable y dado con ellos. Asimismo, los cuida, los lleva a pasear, establece una amistad, busca ganar la confianza y suele comprometerse a trasladarlo a cualquier lugar que la familia necesite. Es una persona que enfoca mucho la atención en el pequeño, más que en el resto que lo rodea.

Niños

En este orden de ideas, algunos niños abusados fueron víctimas de un familiar. También, un alto porcentaje ha sido víctima de un adulto que era conocido y una minoría fue atacada por un desconocido. En general, estas personas cuentan con un historial de abuso en el pasado, ya sea físico o sexual. Algunos padecen trastornos psíquicos o de personalidad.

“Se estima que entre un 10 y un 20 % de la población en España ha sufrido algún tipo de abuso sexual durante su infancia.”

Save the Children España, 2021

Un estudio sobre la epidemiología del abuso, refiere que más del 80 % de los abusadores son conocidos por los niños y las niñas y cerca del 50 % de las agresiones suceden en el entorno familiar. Por otro lado, el abuso se da en todo tipo de familias y contextos, con progenitores divorciados, separados, con la tutela a cargo de un familiar o de varios, o en espacios de la Administración Pública. Solo en el 12,5 % de los casos el agresor tiene antecedentes.

En niños o menores de 13 años suele tratarse en la mayoría de los casos de un familiar o allegado, en niños más grandes prevalecen las personas desconocidas.

De acuerdo a un estudio publicado por una Revista de Psiquiatría, el comportamiento de un adulto agresor hacia un menor no suele ser violento. Lo habitual es que logre convencerlo para mantener la relación. Esto se debe a que la inocencia hace del pequeño un ser manipulable. Además, estos sujetos tienden a retraerse de manera social y le temen a la humillación. Esto conlleva que se relacionen mejor con los críos, ya que los adultos les generan ansiedad.

Por consiguiente, a este patrón de comportamiento sexual se le llama paidofilia o pedofilia . Además, es complicado cambiar esta condición por medios propios y ajenos al paciente. En su mayoría, requieren de tratamiento psiquiátrico. Sin embargo, el abusador no es víctima, ya que se hace ver de esa forma. El que abusa de menores es consciente de ello y es conducido por una condición psicopatológica.



¿Cómo se acercan a la víctima?

En muchos casos, pasan un tiempo considerable en el que comparten con ellos, personas como: entrenadores, niñeras, profesores, entre otros. Estos aseguran que aman a los niños y dan la vida por ellos. Seguido de esto, buscan emplear trucos, actividades y juegos para ganarse la confianza de los menores.

En algunos casos, el agresor le pedirá al pequeño que guarde secretos y lo amenazará si los revela a algún adulto. De acuerdo a los juegos, estos van a tratarse de contenido sexual, cariño, besos, tocamientos indebidos, entre otros. Tratarán de exponerlo a material pornográfico, extorsión y soborno. No obstante, lo van a combinar con afecto y amor para confundir y aislar al crío.

El abuso a niños, niñas y adolescentes por internet es hoy cada vez mayor. El abusador se gana la confianza del menor a través de internet para obtener concesiones de contenido sexual. Incurre en ciberacoso o grooming, cuando busca dañarlo con ataques personales de connotación sexual; o bien, a través del sexting, que es el envío de contenidos eróticos o pornográficos a través del móvil.

Lo peligroso de este medio es la facilidad de acceso desde cualquier lugar, el anonimato, la invisibilidad, la ausencia de percepción de riesgo y la disociación entre el entorno natural y el virtual, que se traduce en mayor desinhibición.

Aprovechando estas características, el abusador desconocido (o conocido/pero encubierto) utiliza el engaño y el soborno, ofreciendo dinero o bienes materiales. Los niños sin control parental en sus dispositivos podrían acabar siendo víctimas fáciles de los aberrados.

Otras características que ayudan a identificar al abusador de niños

Algunas otras características notables para identificar a un abusador de niños suelen ser las siguientes:

  • Guarda recuerdos, prendas, libros y juguetes: no se enfoca en un solo niño, lo que conlleva abusar de varios pequeños dentro del mismo rango o periodo.
  • No siente culpa de dichos actos: se le define como sociópata porque no desarrolla empatía ni remordimiento de las acciones que lleva a cabo.
  • Muchas veces la víctima es considerada un objeto: algunos expertos expresan que es una manera de evitar el propio sufrimiento que ellos padecieron.
  • En general, los abusadores fueron víctimas en la infancia: experiencias sexuales y de violencia pueden ser el origen de los trastornos que padezcan.

Consejos para prevenir un posible ataque de un abusador de niños

  • No dejar solos a los niños: en la calle, el parque, la cancha, la piscina, algún taller o curso, entre otros. Estar atentos de quiénes son los profesores o los que rodean al menor, incluso saber de la hora de entrada y de salida de las actividades cotidianas.
  • Orientar y comunicarle al niño de los peligros: explicarle los límites que debe imponer de que nadie, ni siquiera un familiar le debe tocar las partes íntimas. Además, ningún adulto le debe pedir hacer algo sin el consentimiento de los padres.
  • Identificar los cambios de ánimo en los niños: si se encuentran callados, deprimidos, encerrados, tristes, puede ser una señal de que algo sucede. Por ello, es crucial la comunicación con ellos.
  • Tener control de las redes sociales que frecuentan: estar al tanto de que no publiquen fotos propias, que no llamen la atención ni se expongan porque no saben quiénes están tras las pantallas. Además, estar atentos de que el menor no brinde información personal.
  • Los padres deben tener las claves de acceso: para monitorear los mensajes privados y las solicitudes de amistad, es importante tener acceso a las redes que manejan los críos. Hay que saber identificar al abusador sexual, ya que puede ser de cualquier sexo.

El niño tiene que sentirse apoyado emocionalmente

Los niños que no tienen apoyo son la presa más fácil para los abusadores. Es fundamental hablar con el pequeño y establecer una relación de amistad y confianza. Hay que abrirse para que el menor cuente si tiene algún problema.

Un estudio realizado en la Universid- ad de Málaga concluyó que el abuso infantil implica el posible desarrollo de múltiples problemas emocionales, sociales, conductuales y físicos. Por lo tanto, es primordial observar cada detalle del comportamiento del menor y saber reconocer el problema a tiempo.

Además, es importante buscar ayuda si se sospecha de alguna situación y estar alerta con las personas que lo rodean. Para concluir, se aconseja romper el silencio y realizar denuncias sobre el caso. Los niños deben ser protegidos hasta tanto se conviertan en personas autosuficientes.


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