Aprender a vivir, de eso se trata

La vida es un continuo de golpes, caídas y lecciones aprendidas. Estas, aunque no lo creas, te guiarán en tu camino hacia la felicidad. Te lo contamos en el siguiente artículo.
Aprender a vivir, de eso se trata

Última actualización: 18 diciembre, 2020

Para aprender a vivir no hay un manual de instrucciones. Por eso, se madura a base de tropiezos, errores y equivocaciones, mientras se trata de adquirir nuevas enseñanzas por el camino. Sin embargo, muchas veces esto puede resultar muy complicado. Los golpes duelen, las heridas escuecen y, en ocasiones, se tiene miedo de volver a intentarlo.

No obstante, no hay que dejar que el pánico se adueñe de las elecciones vitales. Quedarse en la zona de confort por miedo a salir herido es una equivocación que, a la larga, provocará una gran frustración en la persona. Por eso, a continuación vamos a brindarte 3 reglas básicas para ayudarte, dentro de lo posible, a conseguir esa meta. ¡Toma nota!

3 reglas fundamentales para aprender a vivir bien

Reglas fundamentales para vivir bien.

1. Aprender a vivir implica aceptar

A lo largo de la vida hay algo que es realmente difícil: aceptar una situación que no se ha elegido. Esto, en muchas situaciones, como las relacionadas con la pérdida de otra persona, es complicado y causa mucho sufrimiento. No obstante, es necesario para madurar y salir fortalecido. Así, poco a poco, es como se aprende a gestionar las emociones y a atravesar el proceso de duelo, sea del tipo que sea.

De la misma forma, la aceptación también se refiere a la relacionada con los demás y contigo mismo. Aprender a tolerar al ser humano con sus virtudes y sus defectos, sin mitificar y sin esperar nada a cambio, aunque a veces uno se lleve golpes en el proceso.

Ten en cuenta que las decepciones también son necesarias. Te enseñan a valorarte y a tenerte en cuenta, por un lado, y a identificar a las personas adecuadas, por el otro. Descubrirás quienes son tus verdaderos amigos y quienes estaban, simplemente, ocupando un lugar inservible en tu corazón.

2. Mañana será otro día

Hay que ser conscientes de que la vida no siempre será luminosa y llena de alegría, sino que también tendrá sus momentos de oscuridad. Eso sí, aprender a vivir implica saber darle a cada cosa su justa importancia. 

Seguramente, hay muchas ocasiones en las que, cuando miras hacia atrás, piensas ¡no fue para tanto! Sin embargo,en aquel momento, para ti estaba siendo una tragedia sin precedentes. Por eso, es importante aprender a ver la vida con perspectiva. La mayoría de las veces, uno se preocupa por cosas sin importancia, que luego valora cuando ocurre algo malo de verdad. No esperes a que esto te pase.

Observa la vida con optimismo y positivismo, aunque lo hagas de manera realista. Así, te darás cuenta de que las circunstancias vitales son una gama de grises, no una estática combinación de blancos y negros.

3. Disfruta y valora lo que tienes

Otra regla fundamental para aprender a vivir bien es saber disfrutar del momento y valorar todas las cosas buenas que hay en tu vida. El tiempo pasa rápido, así que no desperdicies tus días en gente que no merece la pena o en problemas imaginarios.

Trata de disfrutar cada pequeño momento, ya sea en soledad o con la gente que quieres. Estos recuerdos quedarán almacenados en tu memoria y, cuando los necesites en épocas más tristes, estarán a tu disposición.

Deja de pensar en lo que quiere el mundo de ti, y suéltate un poco el pelo. Atrévete a ser feliz sin importarte lo que puedan pensar otros. Esto no quiere decir que dejes de lado tus obligaciones, sino que procures dedicarte cada día un momento para ti, por pequeño que sea. Notarás como te sientes mucho mejor y cómo tus ánimos se disparan.

Haz cosas que te gusten y que te hagan sentirte bien. Mímate, cuídate y trátate con el mismo amor y la misma gentileza con la que sueles tratar a los demás.

Aprender a vivir es complicado, pero merece la pena pasar por ello

Como has podido ver, aprender a vivir es complicado, pero siempre merece la pena. Sin embargo, al tratarse de un proceso constante, es importante que sigas esta máxima: “la felicidad no es una meta, es un estilo de vida”. No esperes a mañana, ni al año que viene para luchar por tu felicidad.

No temas equivocarte, porque de las equivocaciones surgen las grandes enseñanzas. Cada tropiezo te hará más sabio y te enseñará a enfocarte en las cosas que realmente merecen la pena.


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