Artritis infecciosa crónica: todo lo que debes saber

Algunas infecciones pueden dar lugar a procesos inflamatorios en las articulaciones sin necesidad de que la infección haya afectado directamente a la articulación. Suele ocurrir cuando la infección alcanza el torrente sanguíneo.
Artritis infecciosa crónica: todo lo que debes saber
Nelton Abdon Ramos Rojas

Revisado y aprobado por el médico Nelton Abdon Ramos Rojas.

Última actualización: 25 mayo, 2023

La artritis es la afección por la cual se inflaman las articulaciones. Cursa con pérdida de movilidad que a la larga puede generar deformidad de la zona. Existen muchas causas y tipos de artritis, pero la que ahora nos ocupa es la artritis infecciosa crónica.

La artritis inflamatoria, también denominada séptica, es aquella producida por microorganismos. Además, que sea crónica quiere decir que se prolonga en el tiempo.

En la artritis en general, los lugares más afectados son las grandes articulaciones, como la rodilla o la cadera.

Causas de artritis infecciosa crónica

Artritis crónica.
La artritis inflamatoria se produce porque los microorganismos infectan la articulación.

De acuerdo al Manual MSD, la artritis infecciosa crónica representa el 5 % de las artritis infecciosas.

Para que se produzca una artritis inflamatoria crónica tienen que darse de manera encadenada una serie de sucesos. Primero, tiene que producirse la artritis inflamatoria, y luego cronificarse. 

Causas de artritis inflamatoria

Una artritis inflamatoria o séptica, puede producirse por dos vías:

  • Un traumatismo “sucio” en una articulación: al dañarse e infectarse la zona, los microorganismos colonizan e infectan también la articulación.
  • Una infección en cualquier otro lugar del organismo: los microorganismos asentados en otra zona llegan al torrente sanguíneo y luego, a la articulación, que es una zona profusamente irrigada.

Descubre: Artritis séptica: síntomas y causas

Predisponentes de artritis

Existen ciertas circunstancias que predisponen a que el individuo padezca una artritis. Algunas de ellas son:

  1. Haber experimentado el implante de articulaciones artificiales.
  2. Haber sufrido artroscopias, cirugías, o cualquier tipo de traumatismo en una articulación.
  3. Tener una infección bacteriana en otra parte del cuerpo.
  4. Presentar bacterias en la sangre.

Individuos con ciertos tipos de enfermedades crónicas (como la diabetes) o que consumen medicamentos inhibidores del sistema inmunitario son más propensos a padecerla.

Por último, los individuos que consumen drogas por vía intravenosa también tienen más probabilidades de padecer una artritis.

Esto es porque cabe la posibilidad de que el material de inyección contenga microorganismos que, al entrar en la sangre, puedan llegar a la articulación.

Causas de artritis infecciosa crónica

Como ya hemos dicho, la artritis inflamatoria crónica se produce por microorganismos. Así, los microorganismos que más frecuentemente producen la artritis séptica son los estafilococos y los estreptococos.

Sin embargo, los más frecuentemente causantes de artritis infecciosa crónica (o artritis séptica crónica) son Mycobacterium tuberculosis  Candida albicans.

El primero es el microbio causante de la tuberculosis (por ejemplo, pulmonar) y el segundo, el causante de candidiasis (la más conocida es la candidiasis vaginal).

Desde sus focos originarios (vagina y pulmones, por ejemplo), los microorganismos llegan al torrente sanguíneo y alcanzan la articulación que infectarán.

Por otro lado, la artritis infecciosa crónica es también frecuente en niños. En ellos, el caso más frecuente es el de un niño de 3 años con una artritis séptica de cadera.

Predisponentes de cronificación

Algunas circunstancias que promueven la cronificación son la edad y la salud de la articulación previa a la infección. También tienen gran influencia la respuesta inicial a los antibióticos y la gravedad de la infección.

Síntomas de artritis infecciosa crónica

Dolor de huesos y articulaciones.
La artritis infecciosa se puede manifestar a través de dolor articular intenso, hinchazón o rubor, entre otros síntomas.

Al tratarse de una forma crónica, habrá siempre unos síntomas de base que se harán más evidentes en las llamadas “épocas de reagudización”. Las más frecuentes son el dolor articular intenso y la rigidez.

También se pueden manifestar signos de infección de la zona, tales como: hinchazón, rubor, dolor, impotencia funcional (imposibilidad para llevar a cabo su función), febrícula (fiebre baja) y fatiga.

Cómo distinguir una artritis bacteriana de una vírica

Los síntomas varían enormemente si se trata de una infección por una bacteria o por un virus:

  1. La bacteriana se localiza en una o pocas articulaciones y presenta calor, rubor e hinchazón.
  2. La vírica afecta a múltiples articulaciones y sólo se experimenta dolor.

Por otro lado, la bacteriana a menudo trae consigo fiebre y escalofríos, iniciándose de manera muy súbita, a diferencia de la vírica, que se inicia de manera gradual después de cualquier infección viral y se acompaña de fiebre más pronunciada.

Por último, las artritis infecciosas bacterianas se curan (normalmente) con antibióticos. Los virus no se curan con antibióticos. En el caso de las artritis, generalmente desaparecen por sí solas.

¿Has comprendido cómo se origina la artritis infecciosa crónica?


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


  • Goldenberg, D. L. (1998). Septic arthritis. Lancet. https://doi.org/10.1016/S0140-6736(97)09522-6
  • Sibilia, J., & Limbach, F. X. (2002). Reactive arthritis or chronic infectious arthritis? Annals of the Rheumatic Diseases. https://doi.org/10.1136/ard.61.7.580
  • Cook PP, Siraj DS. Bacterial arthritis. In: Firestein GS, Budd RC, Gabriel SE, McInnes IB, O’Dell JR, eds. Kelly and Firestein’s Textbook of Rheumatology. 10th ed. Philadelphia, PA: Elsevier; 2017:chap 109.
  • Kaplan SL. Septic arthritis. In: Kliegman RM, Stanton BF, St. Geme JW, Schor NF, eds. Nelson Textbook of Pediatrics. 20th ed. Philadelphia, PA: Elsevier; 2016:chap 685.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.