Asumir el pasado para vivir el presente

Hemos de aprender a dejar a algunas personas en el pasado, para permitirnos ser felices. Asumir el pasado para aprender de él, no para perdemos el presente.
Asumir el pasado para vivir el presente
Bernardo Peña

Revisado y aprobado por el psicólogo Bernardo Peña.

Escrito por Valeria Sabater

Última actualización: 31 mayo, 2023

La vida es movimiento, son ciclos que iniciar y puertas que cerrar. Si nos aferramos a la idea de que todo debe permanecer, lo más probable es que nos neguemos a asumir el pasado. A pasar página.

Estamos seguros de que, el día de hoy, en tu memoria están alojadas muchas personas que dejaste atrás. No importa el motivo. Tal vez fue por simple necesidad de avanzar o porque te traían más lágrimas que alegrías.

Si están ahí, en tu pasado, es porque no encajaban en tu futuro, y por ello diste un paso a la madurez: a dejar ir, a asumir y entender que, en ocasiones, para ser feliz hemos de aprender a decir adiós.

Asumir tu pasado para vivir el presente

Debemos asumir el pasado para vivir el presente

A menudo suele decirse que las personas pasamos gran parte del día recordando cosas, rememorando aspectos vividos. Ello no tiene porqué ser algo negativo, siempre y cuando esa mirada al pasado se asuma con tranquilidad y equilibrio.

El recuerdo sin rencores nos permite vivir mejor el presente. La mirada al ayer que no se llena de lágrimas y pesares es permitirse ser feliz de nuevo. Es importante superar el proceso de duelo.

Ahora bien, tenemos claro que no es sencillo dar el paso, porque implica algo muy duro: asumir que una persona, una relación, debe dejar de formar parte del “aquí y ahora” para ser pasado.

Las personas solemos aferrarnos mucho a lugares, a personas y a costumbres que, de algún modo, nos ofrecen seguridad. Hay personas que son incapaces de dar por finalizada una etapa.

El hecho de romper vínculos y el salir de la zona de confort supone encontrarnos de nuevo a nosotros mismos en soledad, y ello se ve a veces como una amenaza.

Tomarse el tiempo para sanar

Asumir que lo vivido debe aceptarse poco a poco y sin sufrimiento requiere tiempo. Nadie puede pasar página de forma rápida. Se trata de un proceso muy lento que va a implicar todas estas etapas:

  • Decir en voz alta que no vamos a seguir adelante con la relación requiere valentía y, ante todo, sinceridad. Debemos dejar claro qué sentimos y las razones por las que vamos a dar la relación por finalizada.
  • Apoyarse en tu familia y tus amigos. Comprender que ese cierre de etapa personal no es un final requiere darse cuenta de que tenemos gente que nos quiere, que las relaciones sociales son una base esencial en el día a día.
  • A pesar del apoyo social, hay algo que debemos tener claro: asumir el pasado es un acto que se hace en soledad. Solo tú sabes lo que has vivido, lo que has perdido y las heridas que debes sanar.
  • Entender que un final de etapa es una nueva oportunidad para ser feliz. Si hay personas que forman ya parte del pasado es porque no merecían estar en el presente.
  • El pasado no se borra ni se edita, se acepta. Y no hay peor error que recordar un pasado que ya no tiene sentido en el presente.

Lo lamento, ya no encajas en mi presente

“Lo lamento, tu forma de entender y vivir la vida ya no encaja con la mía, porque me siento un actor secundario en un escenario que has creado para ti mismo”.

Darnos cuenta es un gran paso. Porque, en muchos casos, el amor y el cariño siguen muy presentes a pesar de las discrepancias y decepciones.

Ahora bien, hemos de saber que las relaciones afectivas no se sustentan solo con el amor. Los siguientes pilares son también parte esencial de una relación de pareja feliz y estable:

  • El respeto.
  • La pasión.
  • La reciprocidad.
  • La complicidad.
  • La comunicación empática y constructiva.
  • Saber respetar espacios privados y saber construir el espacio propio de la pareja.
  • Favorecer el crecimiento personal de la pareja.

En el momento en que falla uno o varios de estos principio, empezamos a arrastrar tristezas, decepciones, escondemos palabras y fingimos que todo va bien porque pensamos que las cosas cambiarán. Que la situación acabará mejorando.

No obstante, muchas veces las personas no son como creíamos. Tendemos a idealizar, a dar por sentadas ciertas cosas que la cotidianidad y la convivencia nos demuestran que no son así. Hasta que, al final, vemos con claridad que esa persona no encaja con el presente.

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Asumir tu pasado: aceptar, perdonar y seguir adelante

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Aceptar que determinadas personas no deben formar parte del presente es entender a su vez el ciclo de la vida. En ocasiones, hay quien ha tenido que dejar en su pasado hasta a seres tan significativos como una madre, o un hermano.

Si alguien nos hace daño y nos causa sufrimiento hasta vulnerar la autoestima o incluso la seguridad, no lo dudes. Es mejor dejar distancia y permitir que se queden en el pasado.

Es importante saber perdonar. Aunque cueste, aunque duela: El perdón es una forma de liberación y de cerrar una puerta sin que siga pesando en el interior. El perdón es el descanso del alma para vivir un presente más libre luego de asumir el pasado.


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