¿Qué causa un derrame ocular y cómo tratarlo?

Cuando el derrame ocular se presenta con mucha frecuencia, especialmente en el ojo izquierdo, puede ser señal de problemas cardíacos o de hipertensión.
¿Qué causa un derrame ocular y cómo tratarlo?
Alejandro Duarte

Revisado y aprobado por el biotecnólogo Alejandro Duarte.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 25 mayo, 2023

El derrame ocular es una patología relativamente frecuente y casi siempre inofensiva. Se caracteriza por una mancha roja en la esclerótica (parte blanca del ojo). Para muchas personas resulta antiestética. Sin embargo, lo habitual es que se cure por sí misma, sin generar ninguna consecuencia.

Otros nombres con los que se conoce al derrame ocular son hemorragia subconjuntival o hiposfagma. Se ocasiona por la ruptura de algunos vasos sanguíneos o capilares en la conjuntiva del ojo. Así, la sangre queda alojada entre la conjuntiva esclerótica y la bulbar.

Normalmente, este derrame ocular se presenta sin que haya una lesión. La persona nota la hemorragia solo cuando se mira al espejo y ve una mancha roja brillante en la parte blanca del ojo. Casi nunca produce dolor, ni afecta la visión en absoluto.

Es importante anotar que la conjuntiva ocular es una membrana bastante fina que recubre el ojo. Una especie de tela elástica y transparente que cubre la esclerótica. La hemorragia ocurre cuando los vasos sanguíneos de esa capa se rompen.

Causas del derrame ocular

Existen múltiples causas que pueden dar origen a un derrame ocular. Sin embargo, lo más común es que se produzca sin ninguna causa en especial. De todas formas, aquí te dejamos la lista de las más destacadas según la Biblioteca de Medicina de los Estados Unidos:

  • Traumatismo.
  • Oclusión venosa en la retina.
  • Elevación de la presión arterial.
  • Inflamación de la conjuntiva o la úvea.
  • Enfermedades reumatológicas, anemia o diabetes.
  • Ingestión de medicamentos que alteran la presión sanguínea.
  • Alta presión en los capilares causada por un estornudo, tos o grandes esfuerzos.
  • Malformaciones o anomalías en los vasos sanguíneos del ojo. Estas normalmente son de carácter congénito o hereditario.

Solo en casos excepcionales el derrame ocular está ocasionado por causas graves como el cáncer de ojo. Tampoco es habitual que su origen sean enfermedades circulatorias o hematológicas.

Síntomas y diagnóstico

Lo normal es que el derrame ocular no ocasione ningún síntoma. Solamente será una mancha roja, compacta y claramente visible en la parte blanca del ojo. Aunque la sangre se aprecia a simple vista, esta no sale al exterior, ni genera dolor. Tampoco ocasiona disminución de la visión.

Solo en contados casos se presentan algunos indicadores que son síntomas de alarma. Si presentas cualquiera de ellos debes acudir inmediatamente al médico. Aquí te los dejamos:

  • Sangrado externo: un derrame ocular solo ocasiona sangrado interno.
  • Rastros de sangre en la zona del iris.
  • Dolor persistente: se experimenta una presión fuerte en el globo ocular.
  • Sensibilidad a la luz o fotofobia.
  • Visión borrosa, nublada o bloqueada parcial o totalmente.
  • Protuberancia en el iris o la pupila que se aprecia al mirar el ojo de perfil.

Si se presenta alguno de esos síntomas, probablemente no estamos hablando de un derrame ocular, sino de una hemorragia en la córnea. Ésta es una urgencia médica que debe ser atendida inmediatamente. No se debe tomar ningún analgésico, ni aplicar presión sobre el ojo. Tampoco se deben realizar movimientos bruscos.

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Tratamiento del derrame ocular

El derrame ocular no necesita tratamiento médico. Lo usual es que desaparezca espontáneamente, al cabo de unos días.

De hecho, pueden pasar algunas semanas antes de que se desvanezca por completo, dependiendo de su extensión. Lo recomendable es no dormir apoyado en el lado donde esté el derrame y evitar el tabaco y el alcohol.

Lo normal es que la mancha tenga al comienzo un color rojo brillante y, con el paso de los días, va tomando un color más oscuro e intenso. Después comienza a desvanecerse, poco a poco, hasta que desaparece por completo. Es habitual que el ojo tenga una coloración amarilla hacia el final del proceso.

Lo más recomendable es no tocarse el ojo, ni frotarlo, ya que esto puede incrementar la hemorragia. Tampoco es aconsejable automedicarse. Eso sí, si lo que produjo la hemorragia fue una lesión, es necesario visitar al médico para determinar el grado del daño.

Si el derrame ocular se presenta con mucha frecuencia, es necesario acudir al médico. También monitorizar la tensión arterial. Si lo habitual es que se produzca en el ojo izquierdo, esto podría sugerir problemas del corazón o de hipertensión arterial.


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