Cómo actuar cuando los niños muerden

No es agradable que la maestra te diga que tu hijo ha mordido a otro niño o que fue mordido. Los pequeños muerden porque no saben cómo regularlas emociones negativas que les afectan.
Cómo actuar cuando los niños muerden

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 06 julio, 2023

Los niños muerden a partir de los 3 hasta los 5 años, aproximadamente. Cuando empiezan a conocer emociones que, por ende, antes no tenían (como ira, frustración, rabia o celos) y no saben cómo canalizar lo que sienten hacia una conducta positiva, lo que les puede ocurrir es que intenten morder.

Es un hecho que no tiene por qué suponer ningún problema grave y es muy frecuente. Los niños aún no saben expresar bien lo que sienten y lo manifiestan mordiendo.

¿Por qué los niños muerden?

Comprender qué hay detrás de la mordida es el primer paso para conseguir que los niños dejen de tener esta conducta agresiva. Generalmente, las mordidas ocurren cuando los pequeños están bajo la vigilancia o el cuidado de personas desconocidas y no cuando están con los padres.

Hábito de morder en niños
Normalmente, el hábito de morder desaparece en torno a los 4 años de edad.

Pero, por supuesto, también puede ocurrir que los niños muerdan a los padres o a los hermanos. La mordida expresa algo y es lo que corresponde averiguar. Los pequeños muerden porque hay situaciones en el hogar que los alteran; estas pueden ser las siguientes:

  • El fallecimiento de un familiar cercano o de un progenitor.
  • La llegada de un nuevo bebé que les genera celos.
  • El divorcio o la separación de los padres.
  • Una mudanza; ya no está en el hogar conocido, sino que cambió su entorno y perdió sus referentes.
  • Es testigo de hechos de violencia intrafamiliar.
  • Porque siente frustración, soledad, impotencia.
  • Hay una necesidad de afecto o de autonomía.
  • Está muy alborotado o excesivamente estimulado.
  • Por imitación, porque fue mordidos o vio a un niño morder a otro.
  • Como muestra expresiva de amor.
  • Porque siente enojo o miedo.

¿Qué hacer cuando los niños muerden?

Así como es común que los niños muerdan a temprana edad, también es frecuente que dejen de hacerlo a medida que van creciendo. No obstante, saber que es normal no tranquiliza a los padres de los pequeños que tienen esta conducta. Y menos aún a los padres de los niños que son mordidos.

Pero cuando te encuentren en la situación de ver a tu hijo morder o que la maestra te informe de que tu hijo ha mordido, te recomendamos seguir las estrategias que te explicamos a continuación. Es una buena manera de ayudar a tu pequeño a superar esta etapa en la mayor brevedad posible.

Atiende al niño mordido sin ignorar al que mordió

Con calma y suavidad, revisa al niño mordido, pero no ignores al que mordió. Atiende primero al chico agredido y asegúrate de que no necesita atención médica, para que el niño que generó la conducta se dé cuenta de que la acción de morder no acapara tu atención. Y así lo evidencia esta información de KidsHealth .

Debes involucrar al pequeño que muerde en el cuidado y la atención hacia el niño agredido, para que pueda percibir que su acción causó daño y dolor. Pero no trates con frialdad al agresor; un trato distante solo logrará que el niño se cierre y no quiera atenderte cuando le pidas explicaciones del porqué de su comportamiento.

Mantén la calma y no castigues

Aunque es fácil dejarse llevar por el disgusto de ver a un hijo teniendo un comportamiento tan agresivo como morder, hay que mantener la calma. Una respuesta violenta, una reprimenda excesiva o un castigo solo alimentarán los sentimientos de ira y frustración que desencadenan malas conductas.

Con mucha calma y suavidad, da una explicación sencilla al niño, para que entienda que morder duele, que es una conducta que no debe volver a repetir, por muy enfadado que esté.

Habla con tu hijo sobre cómo actuar cuando esté enfadado

Enseña a tu hijo a que debe buscar ayuda con el adulto más cercano cuando se enfade. Como las mordidas son más frecuentes en guarderías y preescolares, enseña a tu hijo que debe aprender a expresar lo que no le gusta y avisar a la maestra de que está enojado.

Si otro niño le quitó el juguete con el que estaba jugando, por ejemplo, debe aprender a decirle al otro pequeño que no le ha gustado lo que ha hecho. Luego, tiene que avisar de inmediato a la maestra de lo ocurrido para que sea ella la que resuelva la situación.

Por supuesto, es muy importante que también hables tú mismo con la maestra o cuidadora. Es necesario saber cómo está canalizando las situaciones agresivas que presentan los niños.

Usa refuerzos positivos

Algo mucho más efectivo que centrarse en el comportamiento agresivo es reforzar las conductas positivas. A partir de los 3 años, los niños disfrutan de la compañía de otros niños. Cada vez que esté jugando tranquilamente con sus pares, elogia su buen comportamiento. “¡Qué bien has jugado hoy con tu amigo! Te felicito, lo has hecho muy bien.”

Al mismo tiempo, habla sobre el hecho de morder. Cuando estéis comiendo, conversa sobre por qué se muerde un pan o una fruta (para apreciar su sabor, para alimentarnos, etc.), y explica por qué no se debe morder a los amigos.

Nunca muerdas a tu hijo

Algunos progenitores creen que si devuelven el mordisco al niño entenderá que morder es doloroso. Pero nada más lejos de la realidad, puesto que e l niño que recibe una mordida de sus padres aprende que es una conducta admisible para liberar la ira y el enojo.

El ejemplo que le demos a los hijos es más contundente que los argumentos que podamos enseñarle. No muerdas a tu hijo, ni siquiera como parte de un juego o broma.

Vigila y detenlo


Mientras los niños aprenden a autocontrolarse, hay que estar atentos a cuáles son los factores que detonan las mordidas. De esta manera, es posible visualizar qué circunstancias están desencadenando el momento en el que los niños toman esta represalia y se pueda evitar que ocurra, como evidencia este estudio publicado en Early Childhood and Parenting Collaborative.

En el momento en el que veas que tu hijo está a punto de morder, debes ser contundente. Sin perder la calma, apártalo de la situación y explícale por qué está mal lo que hace. “Está mal morder; no voy a permitir que muerdas a tu amigo”.

Cuando los niños muerden…

Por último, pero no por ello menos importante, recuérdale a tu hijo que lo amas. El amor que le brindes a tu hijo lo ayudará a expresar las razones que lo llevan a morder y a no controlarse. Debe quedarle claro que desapruebas esta conducta, pero que no por eso has dejado de amarle. Entonces, ¿te animas a poner en práctica estos consejos?


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