Cómo debe ser tu alimentación si tienes piedras en la vesícula

Una ingesta elevada de fibra y vitamina C y la presencia de aceite de oliva, frutas, proteínas vegetales y pescado ejerce un factor protector de los cálculos en la vesícula biliar.
Cómo debe ser tu alimentación si tienes piedras en la vesícula
Maricela Jiménez López

Revisado y aprobado por la médico Maricela Jiménez López.

Última actualización: 24 noviembre, 2022

La alimentación cuando se padecen piedras en la vesícula puede ayudar a prevenir un ataque de cálculos y mejorar algunos de los síntomas relacionados.

Para ello deberían vigilarse las cantidades ingeridas, la hidratación, la presencia de grasas o el aporte de alimentos con fibra.

Sin embargo las pautas adecuadas no sustituyen el tratamiento clínico prescrito por el médico, que puede incluir el uso de algunos medicamentos para aliviar los síntomas.

¿Qué son las piedras en la vesícula?

Las piedras en la vesícula son depósitos duros que pueden obstruir los conductos biliares. Su oportuna intervención puede ayudar a evitar complicaciones en la salud.

La aparición de cálculos en la vesícula biliar es un problema frecuente. Las piedras en la vesícula o cálculos biliares son unas partículas sólidas que se forman en este órgano y originadas por la cristalización de la bilis y otros fluidos digestivos.

La vesícula biliar es un órgano pequeño que junto al páncreas y el hígado se encargan de producir enzimas digestivas y bilis para digerir las grasas. Los cálculos biliares impiden que la vesícula ejecute su trabajo dificultando la digestión de los alimentos.

Algunos datos estiman que más del 12 % de la población mediterránea padece litiasis biliar, cuya incidencia es mayor en la medida que las personas envejecen. Por su parte, el 60 % de los pacientes pueden ser asintomáticos, por lo que el estilo de vida juega un papel crucial para evitar futuras complicaciones.



Síntomas de piedras en la vesícula

Las piedras en la vesícula pueden obstruir los conductos de drenaje y producir síntomas agudos. Esta se manifiesta con un dolor agudo en la región superior derecha del abdomen.

Este puede durar varias horas y desaparece cuando el cálculo se mueve y deja de taponar los conductos biliares. Sin embargo, si esto dura más de unas pocas horas, pueden aparecer complicaciones.

Si los ataques de piedras se acompañan de alguno de estos síntomas, es necesario consultar con un médico de inmediato:  

  • Dolor abdominal que dura varias horas.
  • Vómitos y nauseas.
  • Fiebre (de leve a fuerte), escalofríos.
  • Ictericia o color amarillo de la piel y el blanco de los ojos.
  • Heces claras y orina con un color parecido al té.

Alimentación para los pacientes que sufren piedras en la vesícula

Existen algunos hábitos alimentarios que están ligados con la posible formación de los cálculos biliares. Asimismo, cuando estos ya se han formado, la aparición de síntomas y su gravedad puede moderarse con una dieta adecuada.

Por lo tanto se puede decir que seguir una dieta apropiada es importante en esta enfermedad, su evolución y el bienestar de los pacientes.

De hecho existen datos que relacionan la llamada dieta “occidental” con una mayor probabilidad de desarrollar cálculos de colesterol. Esta se caracteriza por un alto contenido calórico, poca fibra, alta en azúcares refinados y grasa).

Para aquellas personas en las que estos ya han aparecido, los expertos señalan diferencias en la dieta a aplicar según si los afectados experimentan síntomas o no. 

Dieta para personas sin sintomatología

Las personas que no tienen ninguna sintomatología pueden seguir una dieta normal y variada. Esta podría basarse en el patrón de la dieta mediterránea o la dieta DASH (enfoque alimentario para detener la hipertensión).

Además debería tener en cuenta otros aspectos adicionales:

  • Evitar las comidas abundantes haciendo pequeñas colaciones varias veces al día (entre 5 y 6).
  • Comer despacio, masticar bien los alimentos y hacerlo en un ambiente tranquilo. Después de comer sería aconsejable reposar sentado durante una media hora.
  • Hacer cocciones sencillas como el vapor, los sofritos suaves, el hervido o la plancha. No usar condimentos fuertes ni muy grasos y evitar las frituras, los guisos, los rebozados o los empanados.

También es importante no comer una cantidad elevada de alimentos que aportan grasas de una sola vez. No están prohibidos, solo se debe moderar su consumo en las mismas comidas. Entre ellos se encuentran:

  • Huevos.
  • Aceitunas y frutos secos.
  • Aceite.
  • Embutidos y carne roja (de forma más esporádica).

Alimentación para personas con piedras en la vesícula y con síntomas

Cuando las personas que padecen cálculos tienen síntomas, es necesario aplicar otras medidas dietéticas adicionales con el fin de disminuir el dolor y evitar la estimulación de la vesícula biliar.

Por lo tanto, la alimentación debería cumplir los requisitos mencionados con anterioridad y añadir las siguientes pautas:

  • Tomar los líquidos y el agua en pequeñas cantidades, fuera de las comidas y repartidos a lo largo del día. Debería asegurarse una ingesta de unos 2 litros diarios como mínimo. Entre las bebidas de elección hay que evitar las gaseosas y los zumos.
  • Evitar los estimulantes como el café, las bebidas a base de cola y el alcohol.
  • Prescindir de todos alimentos que no se toleren bien a nivel personal.
  • Reducir o limitar la presencia de vegetales flatulentos y legumbres que puedan causar gases. La digestión de estos mejora si se pasan por el pasapurés.

Además es necesario controlar bien la cantidad y la calidad de las grasas en la dieta. Cuando se ingieren alimentos, la vesícula libera bilis para hacer la digestion de los lípidos.

Si la vesícula está inflamada podría causar dolor y empeorar el estado general. Por este motivo se aconseja consultar con el médico sobre este aspecto de las dietas.

Alimentos permitidos

Existen algunos alimentos que en general son bien tolerados y no estimulan demasiado la actividad de la vesícula biliar. Por lo tanto estos podrían introducirse sin ningún problema en la dieta.

  • Frutas, excepto coco, aguacate y açaí. Las compotas y las frutas cocidas pueden ser mejor toleradas.
  • Vegetales en general, en especial los cocidos, ya que facilitan la digestión.
  • Granos integrales (como arroz, pasta y pan integral) y alimentos feculentos como las patatas.
  • Carnes bajas en grasa, pescado, huevos.
  • Aceite de oliva, mejor en crudo.
  • Lácteos desnatados o semidesnatados, queso fresco y bajos en grasa.


Qué más saber acerca de la alimentación para las piedras en la vesícula

La aparición de piedras en la vesícula y sus síntomas está determinada por varios factores que se relacionan con la genética y el ambiente. Entre estos últimos algunos vinculados con la alimentación.

De aquí la importancia de aplicar los consejos dietéticos comentados. Pero aparte de los alimentos y nutrientes concretos hay que tener en cuenta otros aspectos.

Dos de los factores de riesgo de la formación de cálculos son el sobrepeso y la obesidad. Por este motivo los expertos recomiendan mantener un peso adecuado y evitar las dietas con una densidad calórica por encima de las necesidades.

Del mismo modo, si es necesario perder peso, este debe disminuir de forma paulatina ya que las bajadas repentinas inciden en la aparición de piedras en la vesícula. Además, tampoco son aconsejables los ayunos o los períodos prolongados sin comer. 

Cuida tu alimentación si tienes piedras en la vesícula

Los hábitos de vida pueden influenciar en gran medida sobre el riesgo de padecer cálculos biliares. Por este motivo la dieta influye en la prevención y la mejora de los síntomas.

Una dieta saludable, con suficiente fibra, grasas saludables, verduras, frutas y proteínas magras siempre es positiva. Pero ante cualquier duda, y con el fin de obtener un plan personalizado, lo mejor es acudir a un especialista en nutrición.

Asimismo cabe señalar que la dieta es un acompañante del tratamiento (cuando este es necesario). Y que ante cualquier síntoma de la enfermedad es preciso consultar con el médico.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


  • Alberta Health Services. Low-fat diet for gallbladder disease: care instructions. Febrero 2022.
  • Covarrubias C, Valdivieso V, Nervi F. Epidemiology of gallstone disease in Chile. En: Copocaccia L, Ricci G, Angelico F, Editores, Epidemiology and prevention of gallstone disease. Lancaster, England: MTP; 1984. p. 26-30.
  • Di Ciaula A, Garrutti G, et al. The role of diet in the pathogenesis of cholesterol gallstones. Current Medicine Chemistry. 2019. 26 (19): 3620-3638.
  • Gómez-Ayala A. E. Litiasis biliar. Actualización. Farmacia. Noviembre 2007. 21 (10): 48-54.
  • Jessri M, Rashidkhani B. Dietary patterns and risk of gallbladder disease: a hospital-based case-control study in adult women. J Health Popul Nutr. 2015;33(1):39–49.
  • Jüngst D, Gussmann E, Zündt B, Meyer G, Jüngst C, del Pozo R, et al. Solubility of cholesterol in the crystal-free gallbladder bile of gallstone patients. J Lab Clin Med 2004; 144: 134-40.
  • Kotrotsios A, Tasis N, et al. Dietary intake and cholelithiasis: a review. Journal of Long-terme Effects of Medical Implants. 2019. 29 (4): 317-326.
  • Mayo Clinic. Cálculos biliares. Agosto 2021.
  • Medline Plus. Cálculos biliares. Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos. Abril 2021.
  • Moreira V., Ramos Zabala F.. Litiasis biliar. Rev. esp. enferm. dig.  [Internet]. 2005  Oct;  97 ( 10 ): 752-752.
  • National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases. Síntomas y causes de los cálculos biliares. Noviembre 2017.
  • Rivera Irirgoin R. Recomendaciones nutricionales para pacientes de colelitiasis. Fundación Española del Aparato Digestivo.
  • Tseng, M., Everhart, J. E., & Sandler, R. S. (1999). Dietary intake and gallbladder disease: a review. Public Health Nutrition.
  • Wirth J, Song M, et al. Diet quality scores and the risk of symptomatic gallstones disease: a protective cohort study of male US health professionals. International Journal of Epidemiology. Diciembre 2018. 47 (6): 1938-1946.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.