Cómo eliminar los callos de manos y pies de manera natural

Los callos en las manos y los pies son un problema estético que pueden afectarnos día a día a nivel de imagen y autoestima. Por ello, es importante saber cómo eliminarlos.
Cómo eliminar los callos de manos y pies de manera natural
Carlos Fabián Avila

Revisado y aprobado por el médico Carlos Fabián Avila.

Última actualización: 06 julio, 2023

Eliminar los callos de las manos y los pies de manera natural puede ser el objetivo de muchas personas. Estos son un problema estético común que, si bien no suele derivar en mayores complicaciones, sí llegan a perjudicar la imagen.

Los callos son engrosamientos de la capa más externa de la piel. Generalmente se producen como consecuencia del roce y la fricción, como cuando utilizamos un calzado nuevo o muy apretado.

Si bien es cierto que, a la hora de eliminarlos, lo más adecuado es acudir al podólogo, hay algunos trucos para poner en práctica, deshacerse de ellos y volver a tener tanto unas manos como unos pies sanos y bonitos.

Toma nota de los siguientes trucos que vamos a comentarte para que los tengas en cuenta si tienes callos en los pies. ¿Listo para descubrirlos? ¡Vamos a ello!

1. Baño de manzanilla, una opción para eliminar los callos

Toma un recipiente donde puedas meter la mano o pie que se haya visto afectado. Coloca agua hirviendo y manzanilla en el envase. Una vez que el líquido alcance una temperatura soportable para que puedas hidratar el área afectada, introdúcela y mantenla allí durante 10 minutos. Así, el callo se aflojará y luego podrá retirarse fácilmente con ayuda de una piedra pómez suave.

2. Ácidos naturales

Toma un limón y pícalo en rodajas. Colócalas en el área afectada y envuelve con una gasa estéril. Según creencias populares, el ácido de la fruta cítrica ayudará a ablandar el callo y a facilitar su eliminación.

El ácido cítrico también actuaría como una especie de exfoliante natural de la piel. Ayudaría a remover las células muertas de la piel y a hacer que la piel vuelva a lucir suave y sana.

Este remedio tarda un poco más que el mencionado en el primer punto, por eso se recomienda tener la zona vendada toda la noche.

3. Mezcla de agua y bicarbonato de sodio

Para eliminar los callos, te sugerimos preparar una pasta hecha a base de agua tibia y un poco de bicarbonato de sodio.

Normalmente solo debes usar tres cucharaditas del bicarbonato y una taza de agua para la mezcla. Una vez que obtengas la consistencia requerida, aplícala sobre el callo como si se tratara de una crema. Deja actuar unos minutos y luego enjuaga bien.

Nota: hay personas que, en vez de bicarbonato de sodio y agua, utilizan una pasta hecha con aspirinas pulverizadas y un poco de agua o miel de abejas para eliminar los callos de los pies.

4. Ungüento de ajo

Si tienes ajo y aceite de oliva, haz otro remedio casero para eliminar los callos de las manos y los pies de manera natural.

Toma un diente de ajo y machácalo en una pequeña porción de aceite para crear un ungüento casero. Al igual que en la explicación referente al limón, tiene un efecto un tanto tardío, así que deberías aplicarlo durante toda la noche para poder apreciarlo.

5. Cebolla

La cebolla es un alimento al que se le atribuyen propiedades antiinflamatorias. Por ello, se considera que sería útil para el cuidado de la piel callosa. Supuestamente, al restregarla sobre la piel se podrían eliminar las células muertas y, con ello, el callo.

Este es un posible remedio aún más lento que los anteriores, por lo que es necesario tener paciencia.

6. Vinagre blanco

El vinagre es un líquido ácido que, según creencias populares, podría servir para hacer frente a los callos de las manos y los pies. En concreto, porque se considera que podría ayudar a ablandar la piel endurecida. 

Mézclalo con agua y humedece el callo en la solución. Cubre la región durante toda la noche y a la mañana siguiente, repite el procedimiento y pásate la piedra pómez suavemente. Después, enjuaga bien la zona con abundante agua y jabón.

7. Ortiga

La ortiga es otra planta a la que se le atribuyen propiedades antiinflamatorias. Se cree que preparando una pasta con sus tallos y flores se podrían eliminar con mayor facilidad los callos.

Cuando acudir al médico

Si a pesar del tratamiento natural el callo no cede, duele, crece y en general, temes que podría tratarse de otra cosa, ve al médico para que este diagnostique y determine la aparición de un quiste o una verruga. Por lo demás, una imagen radiográfica ayudaría a revelar si la anomalía es más profunda.

Entre las acciones que puede acometer el profesional estarían:

  • Reducir la piel engrosada con un bisturí.
  • Prescribir la aplicación de ácido salicílico.
  • Practicar una cirugía.

Valga observar que en un estudio sobre las remisiones de médicos generales a dermatólogos, se estableció un error del 52,1 % en el diagnóstico de verruga vulgar que en verdad se trataba de fibromas blandos en un 26,5 % y de nevus intradérmicos en un 10,9 %. Otro error frecuente se registró en el diagnóstico de lipomas, con un 46,2 % de error al confundirse con quistes epidérmicos.

Aprende a prevenir los callos y olvídate de las molestias

Para evitar la aparición de callos, puedes cumplir algunas medidas muy sencillas. Por ejemplo, aplicarte crema hidratante con regularidad en todo el cuerpo, haciendo hincapié en las zonas que tienen mayor tendencia a resecarse, como codos, rodillas, pies.

Y cuando adquieras un calzado, pruébatelo y comprueba que no te quede apretado ni te moleste. Ten en cuenta que esto podría no parecer un problema al principio, pero luego afectará la zona más temprano que tarde.

A su vez, debes evitar usar un calzado inadecuado (incómodo, duro, caluroso, apretado, etc.) para que los callos de los pies no empeoren ni surjan nuevos. En el caso de las manos, sería lo mismo, pero con relación a los guantes.

Por último, te en cuenta que, como los callos también aparecen en las manos, es recomendable que te las cuides a diario. Para ello, usa cremas humectantes regularmente y procura lavar los platos con guantes, ya que los lavaplatos suelen resecar en exceso la piel.


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