¿Cómo salvar una relación de pareja? 11 consejos que podrían ayudarte

Antes de considerar ponerle punto final a una relación de pareja, hay algunas estrategias que pueden ayudar a rescatarla. Descubre varias recomendaciones.
¿Cómo salvar una relación de pareja? 11 consejos que podrían ayudarte
Bernardo Peña

Revisado y aprobado por el psicólogo Bernardo Peña.

Última actualización: 25 mayo, 2023

Hay algunas estrategias que pueden ayudar a salvar una relación de pareja cuando las cosas ya no funcionan como antes. Aunque a veces lo más saludable es decir adiós, algunos hábitos favorecen un último intento antes de tomar la decisión final.

Es importante partir del hecho de que todas las relaciones atraviesan episodios difíciles en los que uno o ambos miembros se preguntan si es sano continuar. Ya sea por la falta de comunicación, por una infidelidad, por desconfianza o por problemas no resueltos, los conflictos se vuelven una constante y las dudas aparecen.

De ser así, hay que discernir primero si hay razones para continuar o si lo mejor es dar por terminado el compromiso. En caso de querer intentarlo, hay algunos consejos que pueden ser útiles para reparar y fortalecer el vínculo. Eso sí, las dos personas involucradas deben trabajar en conjunto para que sean efectivos. Veamos.

¿Cómo saber cuándo salvar una relación de pareja y cuándo dejarla ir?

Antes de intentar salvar una relación de pareja hay que evaluar si vale la pena hacerlo o si lo más sano es tomar caminos separados. Con cierta frecuencia, es solo uno de los miembros el que se mantiene optimista con la idea de superar el conflicto. A veces, ambos están de acuerdo, pero uno no lo asume con suficiente compromiso.

Entonces, ¿cuándo hay posibilidades? ¿En qué momento es mejor dejar ir? En primer lugar, hay que tener presente que el amor por sí solo no es suficiente. Como lo explica John Amodeo en una de sus publicaciones en Psychology Today, la confianza y la seguridad son necesarias para que la relación prospere.

Esto quiere decir que el vínculo puede funcionar si existe un ambiente de seguridad emocional. Si ambos miembros experimentan la libertad de ser auténticos, de comunicar sus dolores y molestias y de anhelar sin temor a ser juzgados, es más probable superar las dificultades con éxito.

Caso contrario ocurre cuando uno o ambos están en una actitud defensiva y tienen dificultades para comunicarse. Al no existir ese ambiente seguro, hablar se hace difícil, el contacto entre la pareja disminuye y las heridas pueden maximizarse.

En este punto, ambas personas deben ser conscientes de sí mismas, del problema y de lo que están dispuestas a hacer o no por mantener la relación. Si una de las partes no reconoce sus errores, no tiene deseo de reparar la relación y se muestra desconectado emocionalmente, lo mejor será terminar.

Lo mismo ocurre si las faltas de respeto han sido repetidas o si se han presentado agresiones físicas o psicológicas. Hay que saber poner límites y priorizar el bienestar propio por encima de todo. 

Otras señales que pueden indicar que lo mejor es dejar ir a la otra persona son las siguientes:

  • Tú o tu pareja prefieren hacer otros planes por separado antes que pasar tiempo juntos.
  • Te sacrificas a ti mismo para que la otra persona esté bien o para evitar conflictos.
  • Una de las partes hace que el otro se sienta indigno o insuficiente.
  • Sientes que no eres tú cuando estás en pareja o te cohíbes de hacer lo que te gusta.
  • Tu pareja te responsabiliza de los conflictos y no asume su parte. Incluso, le acabas pidiendo disculpas por situaciones que esta provocó.
  • Experimentas inseguridad cuando no estás cerca de la otra persona.


Consejos para salvar una relación de pareja

El punto de partida para salvar una relación de pareja es que ambos deben estar involucrados. Si las dos personas han encontrado motivos para continuar, pero tienen dificultades para resolver los conflictos, es posible implementar varias acciones para superar las dificultades.

En una publicación de Psychalive, la Dra. Lisa Firestone recomienda «volver a lo básico» y «mantener las cosas simples». Es decir, empezar de nuevo con actos simples de bondad, afecto y amor.

No significa dejar de lado los problemas reales, sino conectarse con aquellas cosas que quizá se han dejado de lado y que son determinantes para que la pareja funcione en el mismo equipo a la hora de abordar los problemas. ¿Qué hacer entonces?

1. Identificar el problema

En muchas ocasiones, la crisis de pareja es la consecuencia de pequeños problemas que no han sido solucionados. Detalles que parecían insignificantes, pero que poco a poco han originado desconfianza, celos y otros sentimientos que no son saludables.

Aprender a reconocer cuál o cuáles son los problemas y ser sinceros el uno con el otro es el primer paso para encontrar una solución. De este modo, será más fácil que tú y tu pareja se liberen de las emociones dañinas, y busquen alternativas para estar mejor.

2. Expresar los sentimientos

Para salvar una relación de pareja es importante que se cuenten el uno al otro lo que sienten y cómo se sienten. De hecho, no solo se trata de manifestar los sentimientos negativos que han provocado la crisis; también es preciso recordar que aún hay amor y otras emociones de por medio.

3. Comunicar de manera asertiva

Al tratar de resolver una situación en la que están involucrados los sentimientos, es posible que las personas se dejen dominar las emociones y terminen diciendo algo que no es agradable o, incluso, algo que no es cierto.

Si han acordado discutir la situación, deben dialogar con calma, con respeto y ecuanimidad, sin herir los sentimientos. Una forma asertiva de hacerlo es comenzar con frases como «me siento…», «me sentí…» o «me he estado sintiendo…» en lugar de «me haces sentir…». Esta última te pone en una postura crítica contra tu pareja y la responsabiliza, lo que puede empeorar la discusión.

Hablen, sí; pero de manera clara, directa, dejando de lado sarcasmos, ironías y reproches.

Una comunicación asertiva es determinante tanto para superar los conflictos como para tener una relación satisfactoria, según una investigación compartida en Frontiers in Psychology.

4. Aceptar los errores propios para seguir adelante

Parte de solucionar los problemas de pareja es aprender a aceptar los errores propios. En ocasiones, es difícil superar la crisis porque uno o ambos involucrados se dejan llevar por el orgullo e insisten en señalar un culpable.

Si es así, es esencial aceptar lo que está mal en ambos, y buscar la forma de corregirlo; si no es posible, porque no se puede cambiar el pasado, reconocer el error es un primer paso.

5. Pedir disculpas cuando sea necesario

Una de las cosas más difíciles al querer salvar una relación de pareja es dar y pedir perdón. Sin embargo, como lo detalla una investigación en Scientific Reports, ofrecer disculpas es importante para promover el perdón.

Cuando uno de los dos —o los dos— han cometido errores, mostrar arrepentimiento abre las puertas al diálogo y a posibles soluciones. Además, libera de cargas, permite sanar y es una oportunidad para mejorar la calidad de la relación.

6. Respetar los espacios del otro

Adueñarse de los espacios de la otra persona es perjudicial para la relación. Incluso, este suele ser uno de los primeros motivos por los que hay constantes crisis. Por ello, los dos deben hacer un acuerdo para respetar esos espacios y establecer así un equilibrio en el que los momentos para sí mismos también sean importantes.

7. Olvidar las expectativas

Es normal idealizar a la otra persona con ciertas cualidades especiales; no obstante, no está bien pretender cambiar su manera de ser o pensar. Se pueden hacer sugerencias, explicar los motivos por los que no se está de acuerdo con algo, pero no obligar ni exigir al otro ser quien no es.

La idealización, como lo detalla la Enciclopedia de la Personalidad y las Diferencias Individuales, es una defensa que distorsiona la imagen y en la que una persona se atribuye cualidades positivas exageradas a sí mismo o a los demás.

Si se tiene una imagen distorsionada de la pareja, la frustración será una constante. Es necesario romper esas expectativas y entender que la pareja no está para completar o aliviar al otro; sino para compartir o hacer «parte de».

8. Darse espacio para hablar en calma

Cuando hay discusiones constantes, se debe aplicar eso de «pensar antes de actuar».  Si ambos miembros de la pareja se alteran o se agreden, es probable que lleguen a un punto en el que no se puedan soportar, porque se hacen daño. Así pues, es mejor respirar profundamente y esperar a que pase el momento de rabia.

9. Tener paciencia con el proceso

Una de las cualidades de toda relación saludable es la paciencia. En momentos de crisis, esta cobra un papel relevante, sobre todo cuando ambos deciden trabajar para superar las dificultades. El proceso de restaurar la relación viene con altibajos en los que habrá que esperar con calma para avanzar.

Hay que dejar a un lado la idea de que todo estará bien de la noche a la mañana. Algunas cosas cambiarán, otras van a mejorar y, quizá, algunas permanecerán igual. Tener paciencia es saber sobrellevar estas situaciones sin caer en nuevas discusiones.

10. Fortalecer el contacto físico

Tal y como lo afirma una investigación compartida a través de Adaptive Human Behavior and Physiology, el tacto es una parte importante de la comunicación emocional y de la creación de vínculos. De ahí que el contacto físico sea determinante en toda relación de pareja.

No obstante, es un hecho que los episodios conflictivos disminuyen esa conexión. Por eso, si el fin es salvar la relación, es necesario buscar espacios para la intimidad, los besos, las caricias y los abrazos. Algunas acciones que ayudan con esto son las siguientes:

  • Organizar citas fuera de casa.
  • Ir a dormir juntos.
  • Besar y abrazar al momento de despedirse, de acostarse o de levantarse.
  • Intercambiar masajes relajantes.


11. Salir de la rutina

Muchos de los problemas de las relaciones tienen su origen en la rutina. La pareja se deja atrapar por la monotonía, deja de esforzarse por mejorar y hasta hace a un lado detalles que son importantes. Así con los días, una o ambas partes acaban frustradas o aburridas.

Considerando esto, hacer un plan que rompa la rutina no es descabellado cuando se quiere recuperar y reforzar la relación. Salir de viaje, organizar una cita romántica, hacer detalles y buscar nuevas experiencias puede ser muy enriquecedor en este proceso.

La terapia de pareja puede ayudar a salvar la relación

Poner en práctica los consejos mencionados puede ser de gran ayuda cuando se desea salvar la relación de pareja. Sin embargo, no siempre es suficiente. Si hay conflictos difíciles de resolver, problemas de confianza y mala comunicación, lo más conveniente para ambos es buscar ayuda terapéutica.

La terapia de pareja orientada por un profesional otorga nuevas herramientas para mejorar la comunicación, entender los puntos de vista de cada uno y reforzar el vínculo. Si esto no es posible, también facilita una separación en mejores términos.

Superar una crisis de pareja es cosa de dos

Es un hecho que todas las parejas atraviesan momentos de crisis en los que se puede considerar la ruptura como una opción. Sin embargo, es frecuente encontrar razones para querer continuar y superar los conflictos. De ser así, es necesario que ambas personas se involucren en el proceso y aprendan de la situación.

El amor, el compromiso, la paciencia y la comunicación asertiva son valores claves para superar las dificultades. Además, a veces es necesario solicitar apoyo terapéutico para encontrar formas adecuadas de afrontar los problemas y reforzar el vínculo.


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