Cómo congelar calabacín

Conocer esta técnica para conservar el calabacín es muy útil para disfrutarlo en perfectas condiciones nutritivas y de sabor durante mucho tiempo. Te explicamos los pasos y las consideraciones a tener.
Cómo congelar calabacín
Anna Vilarrasa

Escrito y verificado por la nutricionista Anna Vilarrasa.

Última actualización: 09 julio, 2023

Esta verdura se encuentra en el mercado durante todo el año, pero ¿sabías que su mejor época son los meses de julio, agosto y septiembre? Si se tiene un huerto propio con una gran producción o se quiere disfrutar de su sabor y calidad óptimos más tiempo se puede optar por congelar el calabacín.

De esta manera y en unos sencillos pasos se conserva bien y se tiene a punto para preparar en cualquier momento que se necesite. Una opción muy interesante, pues se trata de un alimento ligero, muy versátil en la cocina y con un aporte relevante de vitaminas, fibra y minerales. En el siguiente artículo explicamos cómo hacerlo con seguridad.

Cómo es mejor congelarlo: ¿entero o cortado?

Una de las primeras preguntas acerca de cómo congelar el calabacín hace referencia a la conveniencia o no de cortarlo. Existen algunas razones prácticas por las que se aconseja trocearlo antes. Por un lado, esto otorga la opción de envasar en porciones más pequeñas que ocupan menos espacio.

Pero además, congelar el calabacín cortado permite calcular mucho mejor las cantidades que son necesarias en la elaboración de un plato y adaptarlas a las personas que van a comer. Así, solo se descongela lo que se va a usar y se evitan desperdicios.

Las posibilidades de cortes son infinitas, ya sea en tiras, bastones, cubos o rodajas. Todo depende del uso posterior que se le quiere dar.

A estas cuestiones de comodidad hay que añadir razones de seguridad y calidad alimentaria. Como se indica en el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, antes de congelar las verduras se aconseja someterlas a un blanqueado previo para fijar algunos nutrientes y evitar su descomposición posterior.

Vegetales congelados.
El calabacín puede congelarse para usarlo luego y evitar que pierda su propiedades nutricionales de inmediato.

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Escaldar y congelar

Tal como recomiendan los expertos, el método más recomendado para congelar el calabacín es con un pequeño escaldado previo. De esta forma se inactivan las enzimas causantes del deterioro y se mantiene en mejores condiciones y con un color brillante.

Este blanqueamiento permite reducir la pérdida inicial de nutrientes, sobre todo de vitaminas hidrosolubles, según señalan diferentes estudios. Sin embargo, hay que tener presente que mantener los alimentos congelados no los preserva de forma indefinida.

Para llevar a cabo esta técnica con éxito sigue los siguientes pasos:

  • Lavar el calabacín y retirar bien los restos de tierra y suciedad. Cortar en la forma deseada. 
  • Preparar un bol grande con agua y hielo para enfriar de forma posterior.
  • Poner agua en una cacerola al fuego (unas tres cuartas partes de la capacidad). No añadir sal, ya que de lo contrario se descomponen con más facilidad.
  • Cuando empieza a hervir, echar la verdura en el agua y dejar cocer solo unos minutos. El tiempo depende del tamaño del corte, pero alrededor de 3 minutos es suficiente.
  • Retirar del fuego, colar y pasar al cuenco de agua fría para parar la cocción. Dejar otros 3 minutos, escurrir la verdura y secar muy bien con un paño o papel de cocina. Este paso es importante, pues así se evita su reblandecimiento.  

Una vez hecho el escaldado es el momento de envasar. Un truco para evitar que se peguen los trozos entre ellos es extenderlos bien en una bandeja apta para el congelador e introducirlos durante unas 2 horas. Después, ya están a punto para meter en las bolsas o recipientes escogidos.

Congelar calabacín crudo

Si bien es preferible someter de forma previa el alimento a una pequeña cocción, también se puede introducir en el congelador el calabacín crudo. Sin embargo, las bajas temperaturas detienen el deterioro del alimento mientras dura la congelación, pero este se acelera de forma rápida al descongelar.

Entonces, aparece una pérdida de sabor y de propiedades nutricionales con mayor rapidez. Seguir los pasos adecuados permite minimizar estas consecuencias:

  • Lavar y secar la verdura con cuidado para evitar los restos de humedad. 
  • Cortar en los trozos y forma deseados. 
  • Poner en una bandeja en una sola capa para evitar que queden todos juntos y pegados. Introducir unas dos horas en el congelador. 
  • Pasado este tiempo, almacenar en los recipientes deseados, ya sean tarros de cristal o bolsas de congelación. 

Consejos para descongelarlo

Una vez congelado el calabacín de alguna de las dos formas explicadas, se mantiene en buenas condiciones durante unos dos meses. Es aconsejable marcar las fechas de congelado en los recipientes a fin de poder tener los tiempos bajo control. Así se dispone de verdura en condiciones muy parecidas a las de los ejemplares frescos.

Cuando se quiere usar el calabacín, solo es necesario pasar al frigorífico y dejar descongelar. El tiempo depende del tamaño de los trozos y de la cantidad. No es aconsejable descongelar los alimentos a temperatura ambiente, pues de esta forma el riesgo de contaminación es mayor.

Calabación cortado antes de congelarlo.
Cortar el calabacín antes de congelarlo permite armar porciones pequeñas para evitar desperdicios posteriores.

Lee más: Congelar y descongelar los alimentos: ¿qué tener en cuenta?

Recomendaciones finales para congelar calabacín con seguridad

El mantenimiento a temperaturas bajo cero es una de las diferentes técnicas de conservación de alimentos. Es un buen método para almacenarlos cuando se tienen en cantidades abundantes y no se van a usar en poco tiempo. También permite alargar la temporada óptima.

La calidad de las verduras congeladas depende en gran parte de la que tiene el producto en origen. Es necesario elegir piezas firmes y con un color brillante sin daños en la superficie. También es importante congelar cuando todavía está en buen estado. De lo contrario, su sabor, aspecto y nutrientes se pueden ver mermados.

Hacer un escaldado previo es la mejor manera de evitar la pérdida de nutrientes. De la misma forma, al cortar en trozos se conserva a punto para un uso posterior más sencillo. Los recipientes adecuados evitan la aparición de quemaduras por frío en el alimento.

Como indican las normas básicas de seguridad alimentaria, una vez descongelado no se puede volver a congelar, pues el riesgo de contaminación aumenta. Es preferible cocinar lo antes posible, sobre todo si el calabacín está crudo.

Por fortuna, el calabacín admite un gran numero de preparaciones y recetas variadas. Además, su sabor suave y su fácil digestión lo convierten en un alimento perfecto para todas las edades y apto para consumir, incluso si se padecen problemas gástricos.


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