Consecuencias de la extracción de las amígdalas

La cirugía de extracción de las amígdalas podría incidir en el aumento de la vulnerabilidad a enfermedades respiratorias. ¿Por qué motivo? Te lo contamos en detalle.
Consecuencias de la extracción de las amígdalas
José Gerardo Rosciano Paganelli

Revisado y aprobado por el médico José Gerardo Rosciano Paganelli.

Última actualización: 09 julio, 2023

Desde hace muchas décadas, los médicos aconsejan la extracción de las amígdalas de los niños como medida para tratar los dolores de garganta persistentes. De hecho, a veces sugieren una intervención llamada  adenoidectomía, en la cual también se extirpan las adenoides.

Estas estructuras del tejido linfático actúan como primera barrera del sistema inmunitario para detener el paso de los agentes patógenos hacia el tracto respiratorio. Sin embargo, suelen inflamarse en los primeros años de vida, detonando molestias en las zonas circundantes.

Dado que en la comunidad médica se considera que su ausencia no afecta la salud en la edad adulta, muchos profesionales optan por operarlas cuando hay infecciones recurrentes, dificultades respiratorias o agrandamiento de las mismas. ¿Son recomendables estos procedimientos?

Pues bien, de acuerdo con una investigación publicada en JAMA Otolaryngology-Head & Neck Surgery, esta práctica podría estar incidiendo en la aparición de enfermedades en el futuro.

Detalles del estudio

Consecuencias de la extracción de las amígdalas.

Un grupo de investigación, dirigido por el Dr. Sean Byars de la Universidad de Melbourne, realizó el análisis de una recopilación de datos masivos de 1,2 millones de niños daneses,  nacidos entre 1979 y 1999. El resultado del análisis concluyó que sí puede haber consecuencias por la cirugía de extracción de las amígdalas (amigdalectomía).

Los participantes y grupos de control se seleccionaron de tal modo que su salud no difirió de manera significativa antes de la intervención. Después de comparar datos, el Dr. Byars y su equipo de trabajo encontraron que hay una relación entre la amigdalectomía y el riesgo de algunas enfermedades respiratorias.

Para ser más específicos, los sujetos a quienes se les extirpó las amígdalas o adenoides antes de los 9 años de edad tenían hasta tres veces más incidencia de padecer afecciones alérgicas e infecciosas como asma, influenza y neumonía, en años posteriores. Quienes se sometieron a una adenoidectomía tuvieron una tasa dos veces mayor de las mismas enfermedades.

Sorprendentemente, el análisis agregó que muchos de los síntomas de la amigdalitis y adenoiditis que las cirugías de extirpación buscan mejorar, regresan poco después de la intervención. Esto quiere decir que la persona puede volver a tener infecciones respiratorias e inflamación crónica de los oídos.

Por lo tanto, se concluyó que cualquier beneficio a corto plazo es insignificante en comparación con los riesgos que acarrea. Debido a esto, los expertos sugirieron evitar dichos procedimientos cuando hay otros tratamientos alternativos disponibles.

Añadieron, además, que si se agotan las opciones, los médicos deberían intentar retrasar la cirugía el mayor tiempo posible. Esto con el fin de permitir un mejor desarrollo de las funciones inmunitarias del niño.

¿En qué casos se debería realizar una extracción de las amígdalas?

Las adenoides y amígdalas se van encogiendo conforme el niño crece; por eso, no siempre se requiere una intervención. En concreto, hay ciertos casos en que la amigdalitis se debe tratar con cirugía, lo cual es determinado por un otorrinolaringólogo. Estos incluyen:

  • Irritaciones recurrentes de la garganta: el niño debe haber tenido por lo menos seis infecciones. A lo largo de un año, durante dos años consecutivos.
  • Apnea obstructiva del sueño: si el agrandamiento de las amígdalas o adenoides incide en la obstrucción de la vía área durante el sueño. Esta condición produce paradas en la respiración mientras se duerme y somnolencia durante el día.
  • Infecciones de oído: como en el caso de la garganta, estas deben presentarse de manera repetitiva, en un periodo mínimo de dos años.

¿Qué alternativas hay a la extracción de las amígdalas?

Para no recurrir a una cirugía de extracción de las amígdalas, el profesional encargado puede indicar tratamientos alternativos. Si el niño tiene adenoides agrandados, que bloquean el paso de aire por la nariz, el tratamiento con esteroides puede ayudar a aliviar el problema.

Los medicamentos analgésicos y antibióticos pueden sugerirse para dar alivio temporal a los síntomas de la amigdalitis. Sin embargo, es importante administrarlos bajo supervisión médica, averiguando previamente si hay riesgos de efectos secundarios. Otras medidas útiles son:

  • Tomar líquidos fríos o comer paletas.
  • Ingerir bebidas suaves y tibias (nunca calientes).
  • Hacer gárgaras con agua tibia con sal.
  • Consumir caramelos específicos para la inflamación.
  • Tapar la garganta para que no se enfríe.
  • Consumir alimentos ricos en vitamina C.
  • Evitar el consumo de alimentos irritantes y picantes.

Resumiendo…

Las amígdalas cumplen funciones inmunitarias que ayudan a prevenir enfermedades. Por esto, los estudios apuntan a que su extracción puede incrementar el riesgo de infecciones o alergias respiratorias. Aunque se requieren más evidencias para confirmar esta relación, lo ideal es explorar otros tratamientos antes de la cirugía.


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