
Pensar en hacer un viaje largo con un bebé es algo que, de buenas a primeras, genera temores y ansiedad en los padres. Y no es para menos: ya sea en coche o en avión, viajar con un bebé no…
Descubrir cuál es el momento para que un niño deje el pañal depende de varios niveles de maduración, tanto física como emocional. Reconocer las señales que da el niño es la mejor estrategia.
Muchas veces nos preguntaremos cuál es el mejor momento para que nuestro hijo deje el pañal. Es una pregunta frecuente entre las madres y en las consultas de pediatría. Con menos frecuencia, nos preguntaremos si realmente está preparado para dejar el pañal.
Aunque se parecen, no son iguales. Por muchas razones, los padres queremos que los niños dejen el pañal: ya nos cansamos de la rutina de los pañales, nos lo exigen en una guardería o preescolar, el pediatra lo propuso, hasta razones económicas primarán en el interés de acelerar el proceso.
No obstante, una cosa son las razones que motivan a los padres, y otra es si el niño está preparado para dar ese importante salto en su desarrollo. Estamos hablando no solo de si el niño está listo para controlar sus esfínteres, sino también de si ya es el momento de dejar de ser bebé para ser más independiente.
Los bebés llegan al mundo sin pañal. Somos los padres los que los acostumbramos a usar los pañales y depender del plástico. Les ponemos unos pañales cuya composición desconocemos, porque es lo más cómodo para nuestro estilo de vida. Luego decidimos que debe quitárselo, sin evaluar si está preparado para ello.
Aunque algún bebé logre dejar el pañal antes de los 2 años, no deberíamos ni siquiera considerarlo. Sin embargo, lo hacemos, básicamente, por presiones externas de personas que no conocen el ritmo de crecimiento de nuestro hijo.
En muchas guarderías o preescolares pedirán que el niño de 2 años o menos haya dejado el pañal para ingresar. Así pues, en las vacaciones antes del inicio del año escolar, los niños son sometidos a prácticas tortuosas e irrespetuosas, que incluso pueden dejar la secuela de algunos traumas.
Para dejar el pañal bastaría con tener paciencia. No es cuestión de un día: es un período sensible en el que habrá avances y retrocesos. Para saber que ha llegado el momento, hay que interpretar bien las señales que el niño da para indicar que ha alcanzado la madurez que necesita.
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Entre los 2 y los 3 años, el niño tiene la madurez neurológica para dejar el pañal. Para algunos puede ocurrir antes, para otros después. Lo común es que pueda controlar el esfínter anal a los 2 años. La orina diurna puede controlarla entre los 2 años y medio y los 3, mientras que la nocturna puede tardar un poco más.
No obstante, la madurez neurológica no es suficiente. También tiene que hacer maduración física y emocional, que no necesariamente puede ocurrir de forma simultánea. Para saber que ha llegado el día, deben darse las siguientes situaciones:
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Si controlar la emisión de orina de día tiene su complejidad, de noche es más complicado. Se considera normal que un niño siga mojando la cama hasta los 5 años. El problema es que básicamente no tenemos paciencia y presionamos.
Cuando se presiona mucho a un niño para que deje el pañal diurno se puede demorar el momento en que logre dejar el pañal nocturno. La presión excesiva que pueden generar padres y maestros para que el niño deje el pañal puede dañar el aprendizaje asociado al control de esfínteres. Además, pasan malos ratos que son contraproducentes.
Los padres no deberían alarmarse cuando el aprendizaje se demora, se atasca o incluso tiene períodos de retroceso. Sin embargo, ocurre: nos alarmamos en vez de respetar el ritmo de desarrollo del bebé.
Tener el control sobre el propio cuerpo toma su tiempo. Si fuéramos más pacientes podríamos tener mejores resultados. De nuevo, dependerá del nivel de maduración de cada bebé o niño.