Cuando ser fuerte es tu única opción

Aunque hay momentos en los que todo parece ir mal, no hay que rendirse, hay que luchar y ser perseverante. Nada está perdido de antemano y, tal vez, lo mejor aún esté por llegar.
Cuando ser fuerte es tu única opción

Última actualización: 05 octubre, 2023

Hay momentos en la vida en los que nada marcha bien. Todo empieza a girar en tu contra y tú no puedes hacer nada para evitarlo. Pero, ante todo esto, ocurre algo de lo que quizás no serás consciente: descubrirás que ser fuerte es tu única opción.

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Lo más habitual es que la vida presente dificultades que nos permitan aprender a no rendirnos. Es verdad que tu interior gritará de impotencia y que te preguntarás por qué te tiene que ocurrirte todo a ti. Pero, a pesar de esto, descubrirás que tú puedes con esto y mucho más. Sólo debes ser fuerte.

La historia de las dos ranas

Para ilustrar este concepto de fortaleza y resistencia, recuperamos un pequeño cuento de Jorge Bucay, la historia de dos ranas que se vieron en un serio aprieto.

“Había una vez dos ranas que cayeron en un recipiente de crema. Inmediatamente sintieron que se hundían; era imposible nada o flotar mucho tiempo en esa masa espesa como arenas movedizas. Al principio, las dos patalearon en la crema para llegar al borde del recipiente pero era inútil, solo conseguían chapotear en el mismo lugar y hundirse. Sintieron que cada vez era más difícil salir a la superficie y respirar.
Una de ellas dijo en voz alta:
-No puedo más. Es imposible salir de aquí, esta materia no es para nadar. Ya que voy a morir, no veo para qué prolongar este dolor. No entiendo qué sentido tiene morir agotada por un esfuerzo estéril.
Y dicho esto, dejó de patalear y se hundió con rapidez, siendo literalmente tragada por el espeso líquido blanco.
La otra rana, más persistente o quizás más tozuda, se dijo:
-¡No hay caso! Nada se puede hacer para avanzar en esta cosa. Sin embargo ya que la muerte llega, prefiero luchar hasta mi último aliento. No quisiera morir un segundo antes de que llegue mi hora.
Y siguió pataleando y chapoteando siempre en el mismo lugar, sin avanzar un centímetro. ¡Horas y horas!
De pronto… de tanto patalear y agitar, agitar y patalear… la crema, se transformó en manteca.
La rana sorprendida dio un salto y patinando llegó al borde del bote. Desde allí, solo le quedaba ir croando alegremente de regreso a casa”.

mujer y vértigo

Nunca te rindas, ser fuerte es tu única opción

¿Sirve de algo rendirse? Todos tenemos un instinto de supervivencia que nos insta a perseverar, aunque muchas personas se abandonan a la suerte como hizo la primera rana. En la perseverancia y resistencia se encuentra la clave.

Es cierto que, a veces, nos rendimos antes de tiempo porque no tenemos la presión necesaria. Pero imagina una de las peores situaciones por las que hayas pasado o que podrías haber experimentado. En estos momentos, tan solo te quedarán dos opciones: dejarte ir o ser fuerte.

De hecho, en ocasiones no tenemos otra opción que ser fuertes. Esto les ocurre a muchas personas que piensan en sus seres queridos, sobre todo padres que tienen hijos a su cargo. Saben que su única opción es ser fuertes porque, si se derrumban, no serán los únicos que caerán.

Pasarás por muchas situaciones complicadas a lo largo de tu vida. Hay personas que se dejan caer hasta el fondo para después no tener otra opción que levantarse; otras, luchan desde un primer momento y, otras, se abandonan a la adversidad.

Nunca te rindas porque lo mejor está por llegar. Ahora lo estás pasando mal, estás sufriendo una circunstancia que parece no tener final. Pero no es un callejón sin salida, aunque lo parezca. Tarde o temprano, con paciencia y perseverancia, asomará una luz. Es entonces cuando todo irá mejor.

Piensa que todo pasa, que nada es permanente. Persevera, lucha, espera… Todo tiene solución, nada dura para siempre.


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