Cuando los bolsos y mochilas afectan a la salud

Las molestias por usar mochilas y bolsos son muy comunes. ¿A qué se debe y qué se puede hacer al respecto? Lo analizamos de la mano de los expertos.
Cuando los bolsos y mochilas afectan a la salud
Mariel Mendoza

Revisado y aprobado por la médica Mariel Mendoza.

Escrito por Yamila Papa Pintor

Última actualización: 25 septiembre, 2023

Los bolsos y las mochilas son herramientas muy prácticas. Permiten almacenar y transportar objetos útiles, de manera que son un gran aliado para niños, jóvenes y adultos. Sin embargo, cuando se utilizan de forma incorrecta, pueden tensar los músculos, las articulaciones y generar dolor de espalda. Analizamos los peligros de usar mochilas y bolsos pesados y qué hacer al respecto.

Cuando pensamos en mochilas, en general se nos viene a la mente la etapa escolar. En efecto, los niños y adolescentes son quienes más las aprovechan; pues en ellas transportan sus útiles y materiales académicos. Un uso incorrecto puede devenir en problemas de salud, algunos de ellos permanentes. Sigue leyendo si te preocupa su impacto en el bienestar de tus hijos o en ti mismo.

Peligros de usar mochilas y bolsos pesados

En menor o mayor medida, es muy fácil identificar cuándo una mochila es demasiado pesada para llevar. A pesar de ello, muchos deciden utilizarla de esta forma; bien sea para no llevar un bolso extra o por la necesidad de trasladar todos los objetos dentro de ella. Con todo, a menudo se ignoran las consecuencias que esto tiene en el bienestar.



Te enseñamos los peligros para la salud de usar mochilas y bolsos pesados:

Dolor de espalda

De acuerdo con un trabajo divulgado en Journal of Public Health Research, existe una relación entre el peso de la mochila y el dolor de espalda. En general, las mochilas y bolsos más pesados se relacionan con una mayor probabilidad de desarrollar dolor de espalda; sea este lumbar, cervical o en la zona media.

La relación depende de otros factores, de manera que el peso puede que no sea el único responsable. Por ejemplo, la postura que se tiene en otros contextos, la fortaleza de los músculos de la zona y la condición física pueden determinar la experiencia de cargarla. Aun así, se trata de una de las molestias por cargar mochilas pesadas más reportadas.

Alteraciones en la postura

Para compensar el peso extra, y de forma natural, el cuerpo realiza modificaciones en la postura. Tal y como señala Johns Hopkins All Children’s Hospital, una mochila pesada puede tirar a quien la carga hacia atrás. Como consecuencia, la persona tiende a inclinar sus caderas hacia adelante, también a arquear la espalda como apoyo. Ambas cosas pueden motivar que la columna vertebral se comprima de forma antinatural.

Aunque la asociación es controvertida, y como se recoge en Journal of Education and Health Promotion, se cree que las mochilas muy pesadas pueden incidir en el desarrollo de los niños y adolescentes, y en el mantenimiento de la alineación de sus cuerpos. Al igual que en el caso anterior, depende de muchos factores. Por ejemplo, cargar la mochila en un solo hombro o tirarla de un solo brazo (mochilas con ruedas) puede alterar más la postura que llevarla con el apoyo de los dos.

Alteraciones en la marcha

En línea con lo anterior, las mochilas y bolsos pesados pueden generar alteraciones en la marcha. La cadencia, el ángulo de la pisada, la longitud de la zancada, la velocidad de la marcha y otros factores se ven alterados, tanto en jóvenes como en adultos.

De todo esto se informa en un trabajo publicado en International Journal of Environmental Research and Public Health, el cual advierte, además, que las alteraciones se producen tanto en personas sanas como en aquellas con una condición subyacente de carácter postural. Una vez más, el peso de la mochila, la forma de cargarla, la distancia y otras variables inciden en el impacto real.

Restricción de la capacidad pulmonar

Esta secuela se manifiesta en principio en las mochilas de un solo hombro, las llamadas sling bag o shoulder bag. Así lo advierte al menos un estudio divulgado en Ergonomics, cuyo objetivo era comparar el impacto del tipo de mochila en la fuerza muscular respiratoria y la función pulmonar en niños. El contraste con otros diseños, el de medio lado sobre el hombro fue el más restrictivo en la capacidad pulmonar.

Por otro lado, las mochilas con correas que se ajustan en el pecho también pueden generar este efecto. Esto al menos cuando se ciñen demasiado al cuerpo, una técnica empleada para compensar el peso y mejorar la postura general al cargarla. Se trata de uno de los peligros de usar mochilas y bolsos pesados menos conocidos.

Malestar físico general

El uso continuo de mochilas muy pesadas se traduce en malestares musculoesqueléticos. Se trata de un producto de la suma de todo lo anterior que se manifiesta a través de lo siguiente:

  • Dolor en el cuello.
  • Dolor en el hombro.
  • Curvatura exagerada hacia adelante de la parte superior de la espalda (cifosis).
  • Curvatura hacia adentro de la columna lumbar (lordosis).
  • Fatiga y cansancio luego de cargar la mochila durante mucho tiempo.

¿Las mochilas y bolsos pesados provocan escoliosis?

Una duda frecuente entre los padres es si las mochilas de sus hijos pueden generarles escoliosis. Tal y como señala la Academia Americana de Cirujanos Ortopédicos, las mochilas pesadas no causan escoliosis.

Esta condición se manifiesta por otras causas, como por ejemplo parálisis cerebral, distrofia muscular, lesiones o infecciones de la columna vertebral, cirugías previas en la pared torácica y otras. Pese a ello, las mochilas pesadas pueden empeorar algunos síntomas de la escoliosis, como lo es el dolor de espalda.

Consejos para usar mochilas y bolsos de forma segura

Hasta este punto es evidente que el peso y el diseño de las mochilas pueden comprometer el bienestar de jóvenes y adultos. Para impedir un deterioro en la salud, te dejamos con una serie de recomendaciones que puedes aplicar.

Elige la mochila correcta

El primer paso para utilizar de forma adecuada una mochila es saber elegirla al momento de la compra. Su diseño, tamaño y espacios determinan la distribución del peso y su posible impacto al momento de cargarla. Recopilamos algunas ideas de acuerdo con la Academia Americana de Pediatría (AAP):

  • Adquiere una mochila o bolso proporcional al uso que le darás. También, al tamaño de su portador. Una mochila muy grande no siempre es la mejor elección, ya que aumenta la tentación de incluir más objetos y cosas dentro de ella.
  • Opta por modelos con correas anchas y dobles para los hombros. Deben permitir ajustes en su longitud, y en lo posible ser acolchadas. Las mochilas de una solo correa, diseñadas para cruzarse sobre el pecho, son más incómodas y pueden comprometer tu postura, marcha y respiración.
  • Elige una mochila con la espalda acolchada. Este simple diseño te beneficia en dos sentidos: proporciona mayor comodidad e impide que los objetos dentro de ella presionen o golpeen tu espalda.
  • Busca diseños con correas para el cuerpo. Siempre y cuando no se ajusten en exceso, este accesorio permite distribuir mejor el peso. De ser posible, procura que las correas sean dobles: para el pecho y para la cintura.
  • Compra modelos con varios compartimentos. La razón es muy simple: un mayor número de compartimentos permite distribuir el peso de forma uniforme.

Gradúa el peso que incorporas en ellas

De acuerdo con University of Iowa Hospitals & Clinics, el peso de la mochila no debe superar el 10 % del peso de su portador. Por ejemplo, si pesas 70 kilos; no deberías añadir más de 7 kilos dentro de ella. Ten presente que este es el rango máximo, de manera que lo ideal es que lo mantengas un par de kilogramos más abajo del límite.

Para ello, empaca solo lo esencial. No lleves más cosas de las que usarás, en especial si son pesadas. En el caso de los niños; evita incluir en su mochila útiles, libros o cuadernos que se alejen del uso práctico que tienen para ese día. Un kilogramo puede hacer la diferencia entre la comodidad y el malestar al llevarlas.

Ajusta la mochila de forma correcta

Incluso si eliges el modelo adecuando y limitas el peso que añades en él, una mochila puede generarte problemas si no la ajustas bien. Desde la Clínica Mayo recomiendan lo siguiente:

  • Usa siempre las dos correas o asas para los hombros, nunca una sola.
  • La parte superior de la mochila debe quedar a la altura de los omóplatos. Por su parte, la parte baja por encima de los glúteos.
  • La espalda y los músculos abdominales son los encargados de sostener la mochila. Se debe asumir una postura con la espalda recta para que estos así lo hagan.
  • La mochila no se debe mover de un lado al otro mientras caminas. Cuando así sucede, es una señal de que está mal ajustada.

Aunque parezcan indicaciones simples, en realidad tienen un gran impacto en la comodidad. Omitir alguna de ellas eleva el riesgo de desarrollar las secuelas señaladas.

Ordena su interior de manera funcional

Como bien señala Harvard Health Publishing, los objetos más pesados deben empacarse cerca de la parte posterior. Los más livianos, en la parte superior. Se deben aprovechar los compartimentos internos y externos de la mochila, ello con el ánimo de distribuir el peso.

Los objetos deben encajar de tal manera que su posición no varíe mucho durante la marcha. De lo contrario, pueden generar desajustes en su reparto.

Adapta su uso en función del modelo

En el caso de usar ese tipo de bolso llamado tote bag (un capazo de gran capacidad para poner muchas cosas), hay que tener cuidado y no sobrecargarlo. Muchas veces, se comete el error de llenarlo hasta el tope sin pensar en el peso que después habrá que llevar.

Si el bolso es una cartera estilo satchel de tiras largas, lo aconsejable es llevarlo cruzado o en el antebrazo, y cambiarlo cada cierto tiempo al otro flanco. Si el bolso es de asas cortas, no lo sobrecargues demasiado y evita usarlo mucho tiempo (hasta 10 minutos por lado). De lo contrario, el codo podría sobrecargarse y generar dolor o malestar.

Los bolsos tipo bandolera son los más adecuados para evitar dolores en la espalda, aunque es preciso tomar ciertas precauciones. Por ejemplo, que tenga una tira acolchada y llevarlo lo más cerca del cuerpo posible para que el balanceo no moleste ni lastime.

En el caso de los clutch, se puede creer que su pequeño tamaño no es problema, pero tampoco hay que despreocuparse por él. Cambia de mano cada cierto tiempo para no forzar demasiado las articulaciones.

Señales de que tu mochila es demasiado pesada

Para complementar todo lo que hemos indicado hasta el momento, es preciso que distingas cuándo tu mochila o bolso tiene mucho peso. Las siguientes señales pueden serte de gran ayuda:

  • La mochila es muy difícil de poner o quitar.
  • Desarrollas dolor durante la carga o al deshacerte de ella.
  • Tienes marcas de las correas en los hombros al retirarla.
  • Tu postura y marcha cambian mientras la usas.
  • Sientes dolor en algún punto de la espalda, en especial en la cervical y en la zona lumbar.

Frente a estas señales, lo mejor es reducir la cantidad de objetos que llevas dentro de ella. Otra alternativa es utilizar un segundo bolso, pero esto puede alterar el equilibrio durante la marcha. Todo depende de la necesidad del momento, también de la distancia y el tiempo que se cargará.

Sea como fuere, en el caso de los niños y los adolescentes, lo mejor es aplicar los consejos señalados. Se pueden valorar opciones, como que los padres lleven los materiales extras si así lo requieren, dejarlos en la escuela o el instituto o considerar las alternativas con el profesor. Todo es válido en pro de su bienestar y salud.



Las mochilas: un gran aliado si se aprovechan de forma correcta

De ninguna manera las líneas anteriores pretenden desaconsejar el uso de mochilas y bolsos. Al contrario, su intención es velar por su buen empleo.

Los bolsos y mochilas son un gran aliado en el estudio y el trabajo; siempre y cuando se aprovechen bien y se limite la cantidad de peso dentro de ellas. En caso de alguna complicación producto de un empleo inadecuado, no dudes en consultar con un especialista.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.



Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.