
Encanecer es algo inevitable, al menos para la mayoría de los seres humanos. Es un proceso biológico completamente natural y, por eso mismo, no solemos preguntarnos por qué salen las canas y si esto solamente obedece a la edad o…
El bienestar físico y emocional están estrechamente ligados. Por ello, debes tener en cuenta algunos consejos para cuidarte por dentro y por fuera y gozar de un mayor bienestar general.
La mente y el cuerpo son inseparables. De hecho, es bien sabido que la enfermedad a menudo va acompañada de sentimientos de tristeza, frustración, ansiedad o depresión. Lo que se reconoce menos es que tales emociones también pueden afectar a la salud, lo que demuestra la manera en la cual están ligados el bienestar físico y el emocional.
Es posible que en algún momento de tu vida hayas sufrido algún imprevisto que haya provocado que no estés bien físicamente, como puede ser una lesión o un accidente. Esto te habrá permitido comprobar que, en la mayoría de los casos, el malestar físico conlleva sentimientos negativos.
En cuanto a las emociones, debes saber que aquellas que se experimentan libremente y se expresan sin juicio o apego tienden a fluir sin afectar a la salud. Por el contrario, las emociones que están reprimidas, especialmente las temerosas o negativas, pueden afectar la salud mental.
Asimismo, hay estudios que demuestran que cada emoción tiene un impacto en una determinada zona del cuerpo. Esto explica que todas las emociones básicas, desde la ira hasta la tristeza, tienen una correlación corporal.
Lo primero que debes saber es que el bienestar físico se refiere al funcionamiento equilibrado de los múltiples componentes del organismo. Por contra, una persona que tiene buen bienestar emocional significa que mantiene una actitud positiva, tiene una alta autoestima, está satisfecho con la vida y se comunica y conecta regularmente con otras personas, entre otras cosas.
Asimismo, las personas emocionalmente sanas sienten el control de sus emociones cuando se enfrentan a desafíos sin sentirse abrumados. Para evitar que las emociones afecten al bienestar físico, te proponemos adoptar ciertos mecanismos. Por ejemplo, puedes llevar a cabo actividades de relajación como caminar, leer, escuchar música, hacer yoga o meditar.
Del mismo modo, es recomendable evaluar las situaciones con tranquilidad para sobrellevar mejor las emociones negativas. No debes tener miedo a compartir las emociones que se alojan en tu interior con las otras personas.
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Sentirse bien físicamente es fundamental para ver la vida de una manera positiva. Por ello, siempre y cuando el cuerpo lo respete, es muy recomendable practicar ejercicio físico.
Ciertamente, la actividad física regular tiene muchos beneficios para el bienestar mental. Además, tiene un efecto estimulante en el estado de ánimo y mejora la concentración.
El bienestar físico también tiene beneficios a largo plazo, que incluyen disminuir la probabilidad de que sufras de depresión, ansiedad o estrés y mejorar la calidad del sueño. Esto demuestra la relación entre el bienestar físico y las emociones. No obstante, también puede suceder al contrario.
Las emociones son las causantes de tu bienestar o malestar físico. Por ello, queremos aprovechar para explicarte cómo pueden afectar los sentimientos y cómo estos se traducen en el cuerpo:
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El bienestar personal depende de una mente y cuerpo saludables. Por ello, debes tomarte tiempo para nutrir ambos. Aprovechamos para darte algunos consejos que te ayudarán a fortalecer tu salud mental y física:
Por último, recuerda que es importante aprender a relajarse y a superar el estrés para obtener un mayor bienestar físico. Pensar en positivo e intentar ser feliz es la mejor forma de lograrlo. También te sugerimos practicar otras técnicas, como la meditación o el yoga, que te ayudarán a encontrar un equilibrio entre el cuerpo y la mente.