Dicloxacilina: usos y efectos secundarios

La dicloxacilina es un medicamento utilizado para combatir las infecciones bacterianas. Está indicado en adultos y niños mayores de 12 años. ¿Cómo funciona y cuáles son sus efectos secundarios? Aquí lo detallamos.
Dicloxacilina: usos y efectos secundarios
Fabiola Marín Aguilar

Revisado y aprobado por la farmacéutica Fabiola Marín Aguilar.

Última actualización: 14 febrero, 2024

La dicloxacilina es un antibiótico betalactámico perteneciente al grupo de las penicilinas y resistente a las penicilinasas, que son enzimas que producen ciertos microorganismos, capaces de hidrolizar e inactivar la penicilina.

Se utiliza para el tratamiento de infecciones causadas por bacterias gram positivas, como por ejemplo Staphylococcus aureus, y para tratar infecciones causadas por espreptococos del grupo A como Streptococcus pneumoniae.

Un poco de historia

El primer antibiótico que se utilizó ampliamente en medicina fue la penicilina G o bencilpenicilina, descubierta por Alexander Fleming en 1928, por la que obtuvo un Premio Nobel. Desde entonces, los avances en la ciencia han permitido el desarrollo de nuevas moléculas para el tratamiento específico de las diversas infecciones causadas por bacterias.

En la actualidad, existen diferentes grupos de betalactámicos, además de la penicilina G, como la ampicilina, la amoxicilina o las penicilinas resistentes a penicilinasas, como la dicloxacilina que estamos tratando en este artículo.

Medicamentos con penicilina.
Además de la penicilina G, hay otros antibióticos betalactámicos como ampicilina, amoxicilina o penicilinas resistentes a penicilinasas, como la dicloxacilina.

Indicaciones terapéuticas de las penicilinas

La dicloxacilina está indicada en adultos y niños mayores de 12 años, en el tratamiento de las siguientes infecciones bacterianas:

  • Faringoamigdalitis estreptocócica aguda. Se trata de una condición bastante frecuente que, según una publicación de la Clínica Mayo, podría causar complicaciones como la fiebre reumática y las glomerulonefritis en caso de que no se trate adecuadamente.
  • Infecciones de las estructuras dentarias y periodontales. Sus manifestaciones clínicas principales son la halitosis (mal aliento), el enrojecimiento de las encías, los dientes flojos y el sangrado fácil de provocar. Al igual que en el caso anterior, es importante administrar tratamiento en casos de periodontitis ya que las complicaciones son diversas.
  • Infecciones de la piel y estructuras anexas tales como la escarlatina, el impétigo o los forúnculos. Los microorganismos de la piel son especialmente sensibles a la acción de las penicilinas. Sin embargo, la resistencia bacteriana a estos fármacos ha hecho que su uso se haya restringido.

La posología y la duración del tratamiento vendrán determinados por el tipo de afección para la que esté indicada.

Mecanismo de acción

El mecanismo de acción de las penicilinas se asocia a la activación de enzimas que alteran la pared celular de las bacterias actuando como bactericidas, es decir, destruyen las bacterias.

Algunas advertencias y precauciones de empleo

Es importante que antes de iniciar el tratamiento con dicloxacilina se notifique si alguna vez ha habido reacción alérgica a las penicilinas u otros betalactámicos. Al igual que muchos antibióticos, este puede dar lugar a diarrea o colitis pseudomembranosa causada por Clostridium difficile.



¿Puede la dicloxacilina interaccionar con otros medicamentos?

A la hora de tomar dicloxacilina es necesario tener en cuenta que se trata de un tipo de penicilina. Se ha descrito que las penicilinas pueden reducir la excreción de metotrexato cuando se consumen conjuntamente. Esta reducción de la excreción del medicamento puede conllevar un aumento de su toxicidad.

Además, es posible que las penicilinas en general interaccionen con los anticonceptivos orales, disminuyendo su eficacia y, por consiguiente, aumentando el riesgo de embarazo.

Esto se trata de un tema polémico, ya que si bien estudios amplios aseguran que no ha podido demostrarse esta relación, otros recomiendan utilizar métodos de barrera adicionales durante un tratamiento con dicloxacilina, ya que todavía se trata de un tema en investigación.

Embarazo, lactancia y dicloxacilina

Los estudios sobre la seguridad de la dicloxacilina en embarazadas revelan que este medicamento se categoriza como clase B. Según las categorías farmacológicas en el embarazo, esto quiere decir que no existen evidencias de riesgo en la especie humana, por lo que generalmente se usan con seguridad.

Hasta la fecha, la experiencia clínica parece indicar poco riesgo durante el embarazo, el feto o el recién nacido. No obstante, lo ideal es evaluar el riesgo/beneficio existente antes del inicio del tratamiento con dicloxacilina.

En el caso de la lactancia, parece que las penicilinas se excretan en una proporción muy baja en la leche materna, con lo cual es poco probable que el bebé manifieste efectos perjudiciales. Así lo revela una publicación de la Asociación para la Promoción e Investigación Científica y Cultural de la Lactancia Materna (APILAM).

De hecho, la dicloxacilina es un medicamento utilizado para tratar las mastitis en las madres lactantes. Las concentraciones obtenidas en leche materna son clínicamente insignificativas, por lo que no suelen ocasionar problemas en los bebés.

Embarazo, lactancia y dicloxacilina
El uso de dicloxacilina en el embarazo se considera seguro. Hasta la fecha no hay investigaciones que demuestren que causa riesgos relevantes en la medre o el feto.

Efectos secundarios de la dicloxacilina

Al igual que la mayoría de los antibióticos (y fármacos en general), la dicloxacilina está vinculada a algunos efectos adversos, tal y como explica una publicación de MedlinePlus. Los más frecuentes suelen ser los de origen gastrointestinal, destacando los vómitos, las náuseas, la diarrea, las flatulencias y el dolor epigástrico (la parte central y superior del abdomen).

Muchos de estos pueden ser tolerados o manejados en casa sin necesidad de acudir al médico, a menos que los síntomas sean muy intensos. Sin embargo, la alergia a la penicilina es una situación históricamente destacable y que muchas veces genera alteraciones que pueden poner en riesgo la vida.

De hecho, un estudio reveló que la prevalencia de esta condición en poblaciones pediátricas es de alrededor de 1,7 al 5,2 %, cifras que pudiesen estar sobreestimadas debido a que solo una pequeña fracción de los casos reciben un diagnóstico adecuado.

Los síntomas pueden ser muy variables, empezando con una reacción cutánea tipo urticaria (con lesiones enrojecidas y picazón), hasta una anafilaxis caracterizada por dificultad respiratoria e hipotensión. Este último cuadro puede ser mortal, aunque algunas investigaciones comentan que se trata de una situación poco frecuente.



Un fármaco ampliamente utilizado

La dicloxacilina resulta una alternativa de fácil acceso, económica y efectiva en muchas condiciones, a pesar de los problemas de resistencia bacteriana. Según una publicación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se trata de uno de los problemas de salud pública más importantes en la actualidad.

Es importante que tengas muy en cuenta que los antibióticos están indicados en el tratamiento de infecciones por bacterias y no son efectivos en los casos de infecciones víricas.

Por lo anterior, el uso de antibióticos para el tratamiento de una gripe o un resfriado no va a ser efectivo y, además, corremos el riesgo de crear resistencias. Consulta siempre al médico.


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