Diez consejos para limpiar el hígado: ¿es necesario desintoxicar este órgano?

Mantener un hígado sano es la forma adecuada de optimizar sus funciones de desintoxicación. Recopilamos 10 hábitos claves para su cuidado.
Diez consejos para limpiar el hígado: ¿es necesario desintoxicar este órgano?
Leonardo Biolatto

Revisado y aprobado por el médico Leonardo Biolatto.

Última actualización: 16 febrero, 2024

Durante muchos años se han divulgado una amplia variedad de consejos para limpiar el hígado. La creencia de que este órgano acumula toxinas ha conducido a la implementación de dietas y remedios que prometen remover los desechos. Sin embargo, existe controversia respecto a esto.

Para empezar, hay que considerar que el hígado es el órgano interno más grande del cuerpo humano y se encarga de alrededor de 500 funciones. De estas, algunas de las más relevantes abarcan la eliminación y neutralización de las toxinas. Además, interviene en la digestión, mediante la producción de bilis.

Dicho esto, hay que tener presente que, en condiciones normales, este órgano se limpia por sí solo porque es precisamente su función. Lo que sí es posible es la implementación de hábitos saludables que coadyuven a la preservación de su salud. ¿Quieres saber más sobre esto? A continuación, todos los detalles.

Lo que debes saber sobre la limpieza del hígado

En condiciones normales, el hígado tiene la capacidad de filtrar las toxinas y desechos que llegan al organismo. De hecho, hay quienes lo llaman el «desintoxicante natural». Siempre y cuando esté en un óptimo estado de salud, limpia el cuerpo y segrega bilis para mantener la digestión saludable.

Ahora bien, a raíz de estas funciones, hay quienes creen que durante el proceso de filtración se van acumulando desechos que conducen a estados de enfermedad. Así las cosas, síntomas como la ictericia, la hinchazón, los cálculos, las náuseas y la diarrea encienden las alertas.

Lo cierto de esto es que un hígado enfermo no trabaja con la misma eficiencia a la hora de filtrar los residuos. Sin embargo, las limpiezas hepáticas no son una solución para este problema. Si hay sospecha de una patología en este órgano, será el médico el responsable de determinar un tratamiento adecuado.

Por ahora, no existen estudios concluyentes sobre la efectividad de las dietas o suplementos detox para el hígado. Contrario a esto, se cree que su consumo puede derivar en reacciones indeseadas.

Aun así, sí es cierto que algunas estrategias y cambios en el estilo de vida ayudan a mantener sano este órgano para que cumpla sus funciones sin problema. ¿Qué puedes hacer para ayudar al hígado a limpiar el cuerpo? A continuación, 10 recomendaciones.



Cómo limpiar el hígado de forma natural: 10 consejos para aplicar cada día

Queda claro que no hay como tal un método específico para desintoxicar el hígado, sino que hay que promover su buen funcionamiento. Siempre que esté en óptimas condiciones, este órgano se desintoxica y limpia el cuerpo por sí solo.

Por supuesto, el punto de partida es alejarse de aquellos hábitos que pueden perjudicar su funcionamiento, como el consumo de alcohol, el tabaquismo, la ingesta de alimentos procesados y la automedicación.

Sumado a esto, vale la pena poner en práctica una serie de estrategias nutricionales y del estilo de vida que coadyuvan con su salud. Veamos en detalle las 10 más relevantes.

1. Incrementar el consumo de frutas y verduras

Hay varias razones por las que las frutas y las verduras se destacan como aliadas para cuidar el hígado. Por una parte, son una fuente importante de antioxidantes como los carotenoides y los polifenoles, que se asocian con la protección hepática frente a lesiones causadas por la inflamación.

Estas mismas sustancias ayudan a inhibir los efectos negativos de los radicales libres, unas moléculas que en exceso afectan las células hepáticas y conducen a estados de enfermedad. De igual manera, esta variedad de alimentos se considera básica a la hora de «limpiar el hígado graso».

Aunque como tal no ocurre un proceso de limpieza, su contenido de fibra ayuda a inhibir la formación de grasa hepática y disminuye el riesgo de hígado graso no alcohólico y de las comorbilidades metabólicas asociadas.

Dicho esto, algunas variedades recomendadas son las siguientes:

Como recomendación adicional, hay que apuntar que, sin excepción, hay que lavar bien las frutas y verduras antes de su consumo. ¿La razón? Pueden contener restos de pesticidas o plaguicidas empleados en los cultivos.

De acuerdo con las investigaciones, los químicos de estos productos están vinculados a un aumento del riesgo de patologías hepáticas crónicas, como el cáncer y el hígado graso no alcohólico.

Un tip para complementar el lavado de estos alimentos consiste en sumergirlos en agua con un poco de vinagre blanco. 

2. Optar por los cereales integrales

Otra estrategia nutricional que optimiza las funciones del hígado es la ingesta abundante de cereales integrales. Lo ideal es elegir esta variedad por encima de los refinados. ¿La razón? Son abundantes en fibra y micronutrientes que favorecen la salud de este órgano.

En un metaanálisis compartido por Hepatobiliary Surgery and Nutrition se destaca que los granos integrales son fuente de fibra dietética, betaína, colina y otros fitoquímicos beneficiosos. Dada esta composición, se determinó que su consumo promueve la resiliencia hepática e inflamatoria en personas con sobrepeso.

Entre otras cosas, se informó que favorece un óptimo metabolismo de los lípidos hepáticos, lo que conduce a la reducción del riesgo de enfermedades como el hígado graso. Los recomendados abarcan las siguientes opciones:

  • Avena.
  • Arroz integral.
  • Pan de centeno.
  • Harina integral.
  • Mijo.

3. Incluir grasas saludables en la dieta

Mientras que una ingesta elevada de grasas saturadas y grasas trans se vincula a las enfermedades hepáticas, un consumo de grasas saludables como el omega-3 se asocia con beneficios. Este tipo de grasa poliinsaturada tiene efectos hepatoprotectores, ya que disminuye el riesgo de hígado graso, cáncer de hígado y cirrosis.

Una revisión compartida a través de Annual Review of Nutrition detalla lo siguiente:

«El tratamiento con ácidos grasos omega-3 puede tener efectos beneficiosos en la regulación del metabolismo de los lípidos hepáticos, la función del tejido adiposo y la inflamación».

Así pues, es conveniente aumentar su ingesta, en especial mediante fuentes naturales como los pescados grasos, los frutos secos, el aceite de linaza, el aceite de canola, los mariscos y los vegetales verdes.

4. Incrementar el consumo de agua

Optimizar la ingesta de agua es una de las formas más eficientes de impulsar el hígado para que pueda limpiar el cuerpo de toxinas. Este órgano requiere del líquido vital para mantener sus reservas, filtrar los desechos y prevenir estados de enfermedad.

De hecho, cabe destacar que el agua interviene en la mayoría de funciones fisiológicas básicas del hígado. En particular, esta bebida promueve la circulación sanguínea, ayuda a disolver los nutrientes, facilita la secreción de bilis y apoya el metabolismo.

Al favorecer un peso corporal saludable, la oxidación de las grasas y el consumo total de energía, su ingesta también se vincula a una reducción del riesgo de hígado graso. Eso sí, tampoco debe ingerirse en exceso. Demasiada agua altera la función hepática y puede ser letal.

Ahora mismo, la recomendación diaria para el consumo de agua es de 3,7 litros para los hombres y 2,7 litros para las mujeres. Esta cantidad puede variar según el nivel de actividad física, el estado de salud, la edad y otros factores. Si tienes dudas, consulta al médico.

5. Adoptar medidas de seguridad al manipular productos químicos

Los compuestos volátiles de varios productos químicos de uso doméstico e industrial se asocian con un mayor riesgo de enfermedades del hígado.

Los aerosoles, los insecticidas, la pintura y los productos de limpieza desprenden partículas que puedan ingresar al cuerpo a través de la piel, de las mucosas o del sistema respiratorio.

Por lo anterior, es fundamental adoptar medidas de precaución al manipular estos elementos. El uso de mascarillas, guantes y gafas no debe pasarse por alto. Además, lo ideal es hacerlo en lugares ventilados.

6. Hacer ejercicio físico

7. Tener precaución con la ingesta de medicamentos

No solo los medicamentos con receta pueden derivar efectos secundarios en la salud hepática. Una ingesta desmedida de analgésicos de venta libre como el acetaminofén se vincula a fallos en este órgano. De igual manera, hay que tener precaución con fármacos para el control del colesterol y con los antibióticos.

Los riesgos de daño hepático por medicamentos se elevan si estos se toman de forma simultánea con bebidas alcohólicas. 

Con relación a esto, hay quienes se preguntan «¿cómo limpiar el hígado por medicamentos?». No obstante, no existe un remedio, tratamiento o fórmula para esto. La única manera de detener el daño hepático causado por la toma de un fármaco es suspender su consumo

8. Tener cuidado con los suplementos herbales

La idea de que los suplementos herbales son buenos por el hecho de ser naturales es bastante peligrosa. Al igual que los medicamentos, estos productos pueden derivar lesiones en el hígado cuando se toman de forma desmedida o sin precaución.

Antes de tomar estos productos complementarios, sea en infusiones, tinturas, cápsulas, polvos o cualquier otra presentación, es conveniente consultar al médico o al herbolario. Estos pueden orientar sobre medidas para su consumo seguro y sobre los casos en los que están contraindicados.



9. Cuidar el hígado con boldo

En la cultura popular, el boldo (Peumus boldus), es uno de los remedios más conocidos para «desintoxicar el hígado», prevenir el hígado graso y, en general, cuidar la salud hepática. Ahora bien, ¿funciona? ¿Hay evidencias?

Hasta la fecha, no hay estudios en humanos que respalden las propiedades hepatoprotectoras del boldo. Aun así, algunas investigaciones realizadas en ratas sugieren que la abundante concentración de antioxidantes de esta planta es beneficiosa para promover la salud del hígado.

El extracto de sus hojas ha exhibido potencial para inhibir el daño del ADN, la generación de especies reactivas de oxígeno, la peroxidación lipídica y la inflamación hepática en modelos animales.

Por otro lado, se ha identificado que la bolidina, al igual que la forskolina y la barbatusina –componentes presentes en la planta– estimulan la producción de bilis. Es así como también apoya al hígado en su función de desintoxicación.

Entonces, ¿puedo tomar boldo para limpiar el hígado?

Por sí solo, el boldo no tiene súper propiedades para estimular las funciones del hígado y apoyar el proceso de desintoxicación del cuerpo. Pero incluido en el marco de una dieta y un estilo de vida saludable, se puede considerar un coadyuvante.

  • La forma habitual de tomarlo es una infusión que se prepara agregando una cucharadita de hojas de la planta (5 gramos) en una taza de agua hirviendo (250 mililitros). Esta se deja reposar 10 minutos, se cuela y se bebe. Se puede consumir dos veces al día, antes de las comidas. Se recomienda ingerir por alrededor de cinco y ocho días. Por ningún motivo, hay que exceder la ingesta por más de tres semanas seguidas.
  • El boldo también está disponible como suplemento en polvo, cápsulas, tinturas y bolsitas de té. Es importante seguir las recomendaciones de consumo del fabricante para no exceder la dosis.

A pesar de los beneficios atruibuidos al boldo para la salud hepática, su ingesta está desaconsejada en personas diagnosticadas con enfermedades hepáticas o de la vesícula biliar. Dado que estimula la producción de bilis, puede ser contraproducente en estos contextos.

El consumo de grandes dosis de boldo puede causar lesiones hepáticas debido a su contenido de ascaridol. En cualquier caso, no es muy probable que esto ocurra con la preparación de té de boldo. 

10. Evitar las dietas detox restrictivas

Por último —pero no menos importante— cabe recordar la importancia de evitar la práctica de las dietas detox extremas. En particular, hacemos referencia a aquellas dietas altamente restrictivas, basadas en un solo grupo de alimentos, en jugos o que proponen reemplazar las comidas principales con tés o suplementos.

Tal cual lo comentamos al inicio, no es necesario acudir a estas medidas para limpiar el hígado. Si se mantienen hábitos saludables, la desintoxicación es un proceso que este órgano hará como parte de sus funciones.

En cambio, mantener o repetir este tipo de alimentación tiende a ser peligroso para la salud. No solo lleva a déficits nutricionales, sino que puede causar efecto rebote, pérdida de masa muscular, trastornos óseos, entre otros. La mejor opción es asesorarse siempre con un profesional en nutrición.

¿Puedo desintoxicar el hígado luego de beber alcohol?

Algo que muchos usuarios se preguntan con regularidad es si existe la posibilidad de «desintoxicar» el hígado tras el consumo excesivo de alcohol. Este órgano es el que más interviene en el metabolismo de esta sustancia, junto al páncreas.

Por eso, no es extraño encontrarse jugos para desintoxicar el hígado del alcohol, suplementos herbales, dietas detox, entre otras modalidades. Pues bien, como ocurre con los fármacos, las drogas y otras sustancias tóxicas, hace falta alejarse del alcohol en sí para poder lograr algún efecto.

Según explica la Dra. Christina Lindenmeyer, hepatóloga de la Clínica Cleveland, se requieren entre dos y cuatro semanas de abstinencia al alcohol para que el hígado descanse de los efectos de la ingesta excesiva de esta sustancia.

Además, el proceso de desintoxicación depende de factores como la edad, el peso, la frecuencia de bebida, la cantidad de alcohol ingerida y la preexistencia de enfermedades.

No existe un remedio que acelere el proceso. Sin embargo, evitar por completo la bebida y adoptar una dieta saludable, abundante en vegetales, ayuda. 

Consejos para limpiar el hígado: nutrición y buenos hábitos

En definitiva, no hay consejos específicos para «limpiar el hígado» pues este órgano se desintoxica por sí mismo cuando se encuentra en óptimas condiciones. Aun así, una buena nutrición y la práctica de hábitos saludables se ve reflejado en su buen funcionamiento y en su capacidad para eliminar las toxinas del cuerpo.

La adecuada elección de alimentos, sumada a la práctica de ejercicio, la hidratación y la precaución al manipular químicos y medicamentos, es clave en el cuidado de este órgano. Si hay signos de enfermedad o un mal funcionamiento, es mejor dejarlo en manos del médico. 


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