El dolor neuropático: ese molesto compañero nocturno

El problema del dolor neuropático es que no hay dos personas que lo sientan de la misma forma, por lo que los tratamientos deben ser individualizados y acorde a nuestras necesidades particulares
El dolor neuropático: ese molesto compañero nocturno
Maricela Jiménez López

Revisado y aprobado por la médico Maricela Jiménez López.

Escrito por Valeria Sabater

Última actualización: 25 mayo, 2023

Puede que la expresión “dolor neuropático” nos suene algo extraña. Sin embargo, si te hablamos de ese dolor, picazón o entumecimiento de manos y pies que se intensifica por la noche, es posible que el tema te resulte muy familiar.

Este tipo de trastorno se parece mucho a una descarga eléctrica. A instantes nos hace sentir quemazón u hormigueo y, aunque pueda desaparecer en unas semanas, vuelve al poco con más fuerza, hasta el punto de impedirnos conciliar un sueño profundo y reparador.

El dolor neuropático afecta a un 10 % de la población. Resta calidad de vida y, a su vez, cabe decir también que no hay un tratamiento efectivo que haga desaparecer este problema por completo. Asimismo, puede ir acompañado de otro tipo de sintomatología que vale la pena tener en cuenta.

Si es tu caso, te recomendamos acudir a un buen especialista. Hay diversos tipos de enfoques terapéuticos y, lo más adecuado, es probar aquellos que más se ajusten a nuestras características.

Por nuestra parte, te mostramos a continuación algunas claves básicas y te explicamos por qué esta dolencia se intensifica por las noches.

¿Qué origina el dolor neuropático?

El dolor neuropático se origina por una pequeña alteración del sistema nervioso. Se asocia, además, a aquellas personas que sufren dolor crónico. En ocasiones, se pueden encontrar algunas lesiones en la médula espinal que derivan en estas molestas descargas.

Asimismo, el dolor neuropático puede relacionarse también con trastornos inmunitarios o con problemas en los nervios periféricos. Tanto es así que en muchas ocasiones la molestia se localiza en el nervio trigémino de la cara o en el nervio intercostal.

Es un tipo de dolencia muy compleja; tanto, que va mucho más allá del clásico adormecimiento de manos y pies. Por ello, serán siempre los especialistas quienes nos ofrezcan un diagnóstico adecuado según nuestra sintomatología.

El cerebro no siente dolor

¿Qué síntomas puedo tener?

El dolor neuropático es crónico. Tal y como te hemos señalado al inicio, va y viene, por temporadas. No obstante, los pacientes siempre se quejan del hecho de que por las noches el dolor es insufrible.

A la molestia localizada de pies y manos, también se suelen añadir diversas alteraciones sensitivas en todo el cuerpo, es decir, solo con rozarnos podemos sentir dolor.

¿Por qué la molestia es más intensa por las noches?

Los especialistas nos dicen que el dolor neuropático está infradiagnosticado. Si esto es así se debe a diversas razones:

  • Este dolor no está relacionado con los huesos o las articulaciones. Hablamos de nervios y neuroglías, es decir, un tipo sensibilización central localizado en las células gliales.
  • El dolor neuropático no se va con una aspirina. De hecho, es común que los pacientes se muestren desesperados al no encontrar alivio. Poco a poco, y en caso de no obtener una solución, podemos sentir cierto abatimiento.

Por  su parte, si por la noche el dolor se intensifica es por nuestra quietud. Mientras estamos en movimiento nuestro cuerpo aplaca, en cierto modo, esa alteración en los nervios.

Ahora bien, al permanecer en reposo las descargas eléctricas son más intensas. Los músculos ya no se ejercitan y ahora la tensión se concentra en mayor grado en las extremidades, como son los pies y las manos. Asimismo, la hipersensibilidad también se intensifica durante la noche. Es como tener alfileres por todo el cuerpo.

¿Existe alguna terapia efectiva para el dolor neuropático?

Estamos ante un dolor crónico. Esto requiere, ante todo, de una concienciación. Esa molestia, esos dolores que, en ocasiones, nos incapacitan y que nos quitan el sueño, nos van a acompañar siempre. Ahora bien, la clave no está en la rendición, sino en esa búsqueda continua por conseguir una adecuada calidad de vida.

Esta batalla es muy personal. Esto quiere decir que mientras a una amiga nuestra le puede ir bien un determinado tipo de tratamiento, puede que nosotros necesitemos uno diferente. Por lo tanto, es importante que tengamos en cuenta diversas alternativas:

  • La medicación. Tal y como hemos indicado antes, los fármacos no garantizan que el dolor neuropático desaparezca al 100 %. No obstante, hay que probar diversas medicaciones, como los esteroides antiinflamatorios u otros que nuestro médico nos recomiende.
  • La fisioterapia pasiva, como masajes o la aplicación de calor-frío, puede aliviarnos. Asimismo, las terapias activas como el ejercicio moderado también pueden ayudarnos.
  • La cirugía. Serán los especialistas quienes nos informen sobre la posibilidad o no de esta opción con la cual encontrar ese foco que ocasiona el dolor y corregirlo.
Neurostimulador para el dolor neuropático.

Los neuroestimuladores

Este tipo de técnicas clínicas también suelen ofrecer una buena calidad de vida. Se trata de enviar pequeños impulsos eléctricos muy suaves al espacio epidural cercano a la columna vertebral.

De este modo, se alivia la percepción del dolor intenso reemplazándolo por una sensación de hormigueo casi imperceptible.

Para concluir, diremos que el dolor neuropático es una realidad muy delicada para la cual existen muchos tipos de tratamientos. Es adecuado que vayamos probándolos para ver cuál se ajusta a nosotros y reducir así el impacto del dolor.


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